Entrevista con Luis Miguel González/Director editorial El Economista.
Por Emma Islas
Como todo en esta vida existen claros y oscuros. El candidato republicano Donald Trump y su equipo —tras una jornada electoral larga— recibieron el mejor premio: la silla presidencial. Mientras que del otro lado de la frontera todo se fue obscureciendo. El peso, en una montaña rusa resentía las primeras consecuencias. La incertidumbre permea sobre todo por las consecuencias que implicaría una renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte.
Canadá ha sido muy claro. Su embajador en Washington, David MacNaughton, se dijo abierto a renegociar el TLC. “Estamos listos para negociar. A Canadá le preocupa particularmente la promesa de renegociar el TLC, pero se puede mejorar cualquier acuerdo”.
Y es que en el ámbito mundial hay preocupación. Guillermo Aboumrad, director de Estrategias de Mercado de Finamex Casa de Bolsa, señaló que ante el contexto global que se vive, donde el comercio internacional está estancado y las políticas monetarias del mundo, agotadas, el triunfo de Trump resulta preocupante porque aumenta la vulnerabilidad.

Luis Miguel González, cortesía de El Economista
Para el analista económico Luis Miguel González, director general editorial de El Economista, es necesario tomar en serio la llegada del magnate a la presidencia de Estados Unidos “no porque vayan a tener que ocurrir al 100 por ciento sus promesas de campaña, sino porque va a meter presión o tensión para los mexicanos que viven allá; para las empresas que ya no podrán trasladar procesos a México, pero sobre todo, en lo que se pondrá en la mesa en caso de tener que renegociar el TLC”.
“Las negociaciones de por sí arrancan de una manera complicada, no sabemos ni cuándo será la negociación, ni quién estará del otro lado. Además, está la molestia de parte de la sociedad norteamericana por la relocalización de fábricas que estaban allá y hoy en territorio mexicano. Si en los primeros 20 años del TLC ese no fue un tema, ahora lo es. La única razón para ser relativamente optimista es que México tiene un buen equipo de negociadores, ya llevamos 22 años siendo una economía abierta, tejiendo tratados comerciales y eso se refleja en un cuerpo profesional de negociadores”.
Al hablar sobre las implicaciones que tendrá la llegada de Trump, destaca que hasta ahora lo que se hable serán generalidades ya que no se sabe cómo se conducirá. “Hay dos formas de verlo. La primera es tener la idea de que lo que pasó en la campaña se queda en la campaña; o pensar que tratará de cumplir lo que prometió. Dependiendo cuál de las dos rutas siga, serán las implicaciones para México”.
El peso en una montaña rusa
Luis Miguel González afirma que lo que sucedió en los últimos días con el peso fue algo excepcional, “una especie de montaña rusa. Lo que sucede en un mes completo, o en más tiempo, ocurrió en menos de 24 horas. Pasamos de 18.20 a 21.70, para luego quedar en 19.70. Vamos a seguir en un escenario en el que será imposible hacer un pronóstico sobre en cuánto quedará el tipo de cambio, “es una misión imposible”.
“La incertidumbre nos obliga a pensar en temas de rangos. Ahora tenemos una especie de piso en los 18.50 con un techo cercano a los 21 o 21.50. ¿Hasta cuándo durará ese rango?, probablemente hasta fin de año, después, dependiendo de las rutas que decida el nuevo mandatario, la cotización se podrá ir o más arriba o más abajo. Después del brexit podemos descartar los escenarios más extremos, no se va a materializar lo peor de lo peor, pero sería absurdo pensar que no pasó nada con la elección”.
“En los últimos nueve días, hemos visto todas las combinaciones posibles: euforia, angustia, nerviosismo, tranquilidad, pero mientras Trump no asuma la presidencia y empiece a desplegar lo que será su forma de gobernar, todo va a ser especulación. Estamos ante un nerviosismo que se va alimentar por el vacío, sólo hay preguntas en el aire”.
Respecto a las remesas, el especialista anticipa que vienen tiempos duros para los migrantes, “no solo por lo que el nuevo presidente haga o deje de hacer, sino porque el triunfo de Trump equivale a legitimar una actitud más agresiva contra los migrantes. Este año hemos hablado de niveles récord de remesas y sin temor a equivocarme podemos afirmar que no los volveremos a ver, pues al tomar posesión se dará una disminución de las remesas que mandan a México”.