Una mirada a… La verdad sobre el caso Savolta

Patricia Zama

Un industrial catalán, Savolta, que vendió armas a los Aliados durante la Primera Guerra Mundial es asesinado en Barcelona. Este hecho sirve a Eduardo Mendoza para contar parte de la historia de su ciudad natal en formato de novela de detectives, con un desparpajo, ironía y sentido del humor tan efectivos, que 41 años y 15 novelas después, gana el Premio Cervantes 2016, considerado el Nobel de las letras en castellano, dotado con 125 mil euros.

La verdad sobre el caso SavoltaEn la “Nota del autor” a la edición de bolsillo de 2006, explica cómo nació La verdad sobre el caso Savolta: “Nací, crecí y me eduqué en un país caracterizado por la paz, el orden y la garantía de que casi todo lo que podía suceder era previsible. Desde luego, todos sabíamos que esta placidez reposaba sobre una violencia inaudita, cuyos orígenes eran complejos y se remontaban a un largo pasado; pero en la calle un velo de discreción parecía cubrir este pasado y los libros de historia solo suministraban al respecto datos fríos del rigor académico. Quiero decir que no disponíamos de una narración que nos permita reconstruir este pasado como algo vivo, y en consecuencia, reconocernos en él. Por supuesto, cuando empecé a escribir La verdad sobre el caso Savolta no pretendía cubrir esta carencia: ni mi ambición era tan grande ni mi intención tan precisa; simplemente acometí su escritura movido por este impulso.”

Aquí un fragmento:

El doctor Flors abrió una puerta e invitó a pasar a su acompañante. No pudo evitar el comisario Vázquez un estremecimiento al trasponer el umbral. La celda era cuadrada y alta de techo, como una caja de galletas. Las paredes estaban acolchadas, así como el suelo. No había ventanas ni agujero alguno, salvo una trampilla en la parte superior que dejaba penetrar una incierta claridad. Tampoco existía mobiliario. El enfermo reposaba en cuclillas con la espalda erguida apoyada en la pared. Sus ropas estaban hechas jirones y apenas si ocultaban su desnudez, lo que aumentaba su ruindad. Llevaba semanas sin afeitar y se le había caído el pelo en forma irregular dejando al descubierto aquí y allá franjas de cuero cabelludo. Un aire denso y pestilente se respiraba en la celda. Cuando el comisario hubo entrado el doctor cerró la puerta con llave, y el policía y el enfermo se quedaron solos frente a frente. Lamentaba el comisario Vázquez no haber traído su pistola. Se volvió a la puerta y al mismo tiempo se abrió una mirilla por la que asomó la cara del médico.

—¿Qué hago? —preguntó el comisario.

—Háblele despacio, sin levantar la voz…

 

Novedades en la mesa

Anagrama lanza una reedición de Duo de Colette, con nueva traducción y un prólogo de Milena Busquets, quien dice: “La situación parte de un esquema clásico: un matrimonio lleva una vida armoniosa y feliz hasta que el marido descubre fortuitamente que la esposa ha tenido una aventura, cuyo alcance ignora, con su socio y amigo… el marido se debate obsesivamente ante el dilema: ¿qué podría soportar mejor: la comunión espiritual entre la mujer y el intruso, o la lujuria desencadenada que podría ser tan solo un capricho de la carne?”