Joaquín Pérez  Sánchez

Avivada por el triunfo del Brexit en el Reino Unido y luego por la escandalosa victoria de Donald Trump en Estados Unidos, la extrema derecha europea se prepara para continuar escalando escaños este año que empieza en el revuelto escenario europeo. Las elecciones francesas son el objetivo claro que busca destrozar el actual proceso unificador.

En Francia, la candidata del extremo derechista Frente Nacional, Marine Le Pen, aumenta su iniciativa propagandística en los ejes temáticos inmigración y terrorismo. Utiliza el resultado del referéndum del Brexit en Reino Unido y la victoria de Trump en Estados Unidos para tratar de convencer a los indecisos  de que se avecina un cambio en el “orden mundial”.

Los argumentos económicos en contra de la “globalización” han pasado a un segundo plano, ante la cercanía de la última etapa de campaña electoral, los mensajes son claros en contra del islam, la inmigración y los procesos de seguridad europea.

El atentado de Berlín en diciembre pasado, fue utilizado por Le Pen, para atacar el Acuerdo de Schengen, el cual permite la circulación sin visado por varios países de la Unión Europea y que la candidata de extrema derecha ha calificado de “terrorismo sin fronteras”.

Las elecciones francesas están programadas para realizarse el 23 de abril próximo y en caso de una segunda vuelta, como pronostican la mayoría de analistas, basados en encuestas de opinión, el resultado final sería el 7 de mayo. Es en este contexto que la ultraderecha europea apuesta porque Le Pen incline la balanza en favor de los euroescépticos.

Tanto para la extrema derecha francesa, como para sus iguales en otros países del viejo continente, el factor Trump, será un componente importante en sus aspiraciones, ya que su figura, pero sobre todo su triunfo es vendido como ejemplo de que se puede cambiar el rumbo tomado hasta ahora.

El tema Brexit por ejemplo, ha pasado a segundo plano, sobre todo por las evidentes dificultades que están teniendo para su implementación, hecho que, incluso les ha disminuido simpatías. En cambio el componente Trump adquiere mayor importancia, en lo que serán sus primeros meses de gobierno.

Si el resultado es positivo, no cabe duda que la extrema derecha europea se abrazará a Trump para alcanzar el poder. Si 2016 fue un año difícil e incierto, el año que ahora arranca luce más tendiente a la desestabilización.

Las elecciones en Francia serán cruciales para definir el nuevo escenario que desde ya luce cada vez más conservador.