López Obrador y el 2018

Las encuestas lo muestran en la punta de las preferencias ciudadanas, se ha repuesto lo mismo a un infarto que a los ataques de sus adversarios políticos, dejó el partido que lo hizo jefe de gobierno de la Ciudad de México y candidato presidencial que estuvo a punto de ganar la elección, para fundar una nueva fuerza política que se muestra competitiva en varias zonas del país. Lleva una década entera en los primeros planos del escenario nacional y, al parecer para algunos, podría ser cuestión de tiempo para que coseche lo que ha sembrado en su carrera partidista.

Andrés Manuel López Obrador es visto como el rival a vencer en la elección presidencial de 2018. No son solamente los sondeos, son las opiniones de analistas, información dada a conocer en columnas, el activismo de sus partidarios en redes sociales, incluso informes de inteligencia de Estados Unidos le dan la posibilidad del triunfo el año entrante.

Siempre! revisó algunas facetas de quien también es un fenómeno político y el aspirante más adelantado en la competencia por la carrera presidencial. Las opiniones se encuentran divididas entre quienes ven que el actual contexto económico, las protestas ciudadanas y la inconformidad social serán los factores que los conduzcan a la victoria, y quienes ven una izquierda dividida que no servirá de plataforma para sus aspiraciones.

A López Obrador se le odia o se le quiere, su personalidad no admite medias tintas. Su carrera política muestra a un líder dispuesto a adaptarse a las exigencias del momento, controlando su temperamento, que le ha ganado muchos enemigos a su paso por la escena pública.

Su trayectoria es seguida con interés lo mismo por empresarios que por académicos, es alguien a quien no hay que perder de vista por las posibilidades que tiene de capitalizar la ira ciudadana en el marco de la desconfianza que los ciudadanos muestran hacia los partidos. De hecho, su instituto político evita usar la denominación “partido”, para nombrarse simplemente como un movimiento con un objetivo preciso, la regeneración nacional, aludiendo en su acrónimo a una característica del mexicano, el color de su piel morena, que habla de la habilidad de López Obrador para aprovechar las tendencias que se presentan en la arena electoral.

Sin duda, se trata de uno de los políticos mexicanos que ofrecen un abanico de opciones para abordar su trayectoria, en especial lo que podría venir en el futuro, en un mundo que ha demostrado que si hay algo seguro, es que todo puede suceder.

Los reporteros Emma Islas, Irma Ortiz, Armando Reyes, Nora Rodríguez realizaron este trabajo especial.

Posibilidad del triunfo de la izquierda

Un informe de la oficina del director del Consejo Nacional de Inteligencia de Estados Unidos, citado por medios mexicanos el pasado 13 de enero, alude a la difícil situación económica por la que atraviesa el país y cómo puede favorecer el triunfo de un candidato de izquierda en 2018.

La razón que está detrás de esta posibilidad, de acuerdo con el documento titulado Tendencias globales: paradojas del progreso, se ubica en el hecho de que la izquierda en México “presiona para revertir reformas y acuerdos comerciales” ya que estas “no reducen la cruda división económica de México”.

El informe recuerda que uno de los principales candidatos de la izquierda ha culpado al Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLC) de la compleja situación económica por la que atraviesa el país. Además, se agrega, no toda la población está a favor del acuerdo comercial.

Aquí, el nombre del abanderado de Morena, Andrés Manuel López Obrador, es recordado por medios nacionales como quien podría capitalizar lo que se señalado en el informe, un documento que destaca que las causas que podrían llevar a los votantes mexicanos a elegir a un candidato opositor son la alta frustración social, la incertidumbre económica  y la impopularidad del actual gobierno.

“En esta atmósfera —señala el informe—, una recesión económica en la región podría llevar a algunos líderes políticos a adoptar una línea más dura sobre el comercio para tranquilizar a sus votantes, aunque —como generalmente indican los economistas— la tecnología y la automatización han sido factores más importantes en las pérdidas de empleo y los salarios planificados. Es probable que esta situación permanezca así en los próximos años”.

Informe de la oficina de Inteligencia de Estados Unidos: las paradojas del progreso

Bartra: tendría que haber una catástrofe para que triunfara AMLO

En la campaña adelantada que ya ha puesto en la carrera por las elecciones 2018 a diversos aspirantes, uno de los más mencionados para alcanzar el triunfo es Andrés Manuel López Obrador, presidente de Morena. Para algunos, incluso, la elección presidencial ya está definida a su favor.

Pero no todos comparten la idea de que el tabasqueño puede triunfar en las próximas elecciones federales. Es el caso del investigador del Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM, Roger Bartra Muria.

Bartra es claro al desestimar los datos del informe de inteligencia de Estados Unidos, pues en su opinión realmente no están dadas las condiciones para que suceda un triunfo de un personaje como el tabasqueño en nuestro país. “La izquierda en México está en uno de sus peores momentos, dividida, debilitada”, además de que apunta que “en México corren muchas encuestas que le dan a López Obrador una gran ventaja, creo que no están bien basadas pues el apoyo a López Obrador ha ido bajando y, además, sin el PRD —al cual no ha logrado desfondar totalmente— no tiene ninguna posibilidad de ganar, así que no creo que sea algo que deba inquietarnos”.

Roger Bartra Muria

En la opinión del académico, la situación de Estados Unidos y su política pueden tener influencia en México, en especial en el marco de la llegada de Donald Trump a la presidencia de la Unión Americana, pero considerando la manera en que esto podría darse.

“Trump es un fenómeno populista”, sostiene para aclarar que este fenómeno “viene en muy diversas versiones y el de Trump es uno de derecha; en América Latina y en México domina el populismo de izquierda, son muy distantes uno de otro por lo que más bien diría que las agresiones de Trump a México lo que pueden hacer es estimular el patrioterismo mexicano, las versiones más atrasadas del nacionalismo, pero esas están tanto en el PRI, como en la izquierda como en el PAN, así que es difícil pero posible que esa sea una primera influencia de Trump, el estímulo del nacionalismo mexicano, las expresiones patrioteras más atrasadas”.

Por lo anterior, el escenario que visualiza de cara a los comicios de 2018 es uno que, considerando el actual descontento social y cómo podría ser aprovechado por los candidatos, favorecería más al PAN que a López Obrador, sobre quien opinó: “de los que han sido mencionados, uno es —desde luego— López Obrador que ya lo está aprovechando (el escenario de descontento), tanto tiempo en la carrera presidencial que algo acumula, pero creo que la balanza se va a inclinar más bien hacia el PAN, un candidato fuerte puede ser Ricardo Anaya, es inteligente, es joven, es agresivo y representa a un sector de la derecha más inteligente que otros. Veo que el descontento, los problemas económicos van a afectar al PRI y favorecer a la oposición, principalmente al PAN pues la izquierda está dividida y no veo muchas oportunidades de que vaya unida al 2018”.

Bartra Muria concluye al señalar que el único escenario que ve para que López Obrador pudiera ganar la elección es uno en que la vida de México se complique a niveles de catástrofe en el que se agraven temas como la corrupción, impunidad y el deterioro económico.

“Tendría que haber una catástrofe, como la que hubo en Venezuela, que le abrió el paso a un populista como Chávez, alguien que ya había intentado un golpe de Estado, un golpe militar, y a pesar de todo eso ganó. Sí puede ocurrir, pero no veo muchas probabilidades de que suceda en México una situación tan desesperada”, remató.

Armando Reyes Vigueras/@AReyesVigueras

Roy Campos

Roy Campos: López Obrador, candidato antisistémico a la alza

Una encuesta encargada por la Presidencia de la República, levantada entre el 3 y el 6 de enero, ubica a López Obrador como puntero con el 30.3 por ciento de las preferencias de quienes contestaron, dejando en segundo lugar a Margarita Zavala, posible candidata del PAN, y a Miguel Ángel Osorio Chong, secretario de Gobernación y probable abanderado del PRI.

Días más tarde, Reforma confirmaría la tendencia al dar a conocer su encuesta mensual en la que ubican a Morena en la punta con el 27 por ciento, cinco puntos más que en diciembre pasado, en tanto que la aprobación de Enrique Peña Nieto se desplomó de 24 —el mes pasado— a 12 por ciento.

Para Roy Campos, director de Consulta Mitofsky, aunque las encuestas a favor del dirigente de Morena “van hacia arriba” solo reflejan momentos, lo real es que López Obrador es el candidato a vencer, asegura, porque es el único que se ha separado de los demás partidos en materia de disminución de la pobreza corrupción, la economía, entre otros puntos.

López Obrador ha sido muy consistente en su posición, pero hoy es el candidato a vencer y no porque diga que en las encuestas va arriba, porque las encuestas son solo una mentira, es el único que se ha separado de los demás partidos. Sigue siendo el candidato antisistémico, porque aunque formó un partido político, su discurso, su actuar y su comportamiento es antisistémico”.

Al referirse al informe de inteligencia estadounidense que habla del probable triunfo de la izquierda en 2018, Roy Campos puntualiza que ese reporte tiene un error fundamental “a estas alturas de la historia de la humanidad sigue hablando de izquierdas cuando ya no las hay. Si se ven los triunfos del antisistema en el mundo, en Guatemala, Colombia, Grecia y España, no tienen que ver con la ideología, tiene que ver con su sistema o antisistema. Lo que ese reporte tuvo que haber dicho no es que era probable un triunfo de la izquierda, porque ahí podía caber el PT, el PRD o incluso alguna fracción del PRI, sino el triunfo del antisistema.

“Incluso el antisistema podría ser de derecha, incluso fíjate cuando analizas a López Obrador puede ser muy de izquierda en ciertas medidas pero en otras, no. En términos morales nunca ha estado a favor del aborto, del matrimonio igualitario; en términos morales no tiene nada que ver con la izquierda progresista, entonces no es de izquierda, es antisistema por lo que tendríamos que calificarlo”.

Si alguien sabe hacer campañas es López Obrador, asegura, es la quinta que va a realizar “hizo campaña de Tabasco, con todo respeto perdió con Madrazo, hizo campaña en el Distrito Federal, ganó; hizo campaña en 2006 cuando dijo que se la robaron y en 2012 le ganó Peña Nieto. Va a ser la quinta vez, si alguien sabe hacer campaña es AMLO y si se fijan en sus últimos discursos, se ha suavizado, ya no dice que echa para atrás las reformas sino que las va a someter a consulta. Se reúne con empresarios, con sectores, no habla mal de Trump, ya suavizó el discurso, pensando en ese miedo que le tenían, ya está en campaña abierta porque es el único nombre que está seguro de que su nombre aparecerá en la boleta. Todos los demás se están peleando por entrar en la contienda, él ya tiene su partido y nadie le va a competir su candidatura”.

Irma Ortiz @IrmaO_Z

Fernández: la buena voluntad no acaba con la corrupción

Al hablar sobre las posibilidades de Andrés Manuel López Obrador de llegar a la silla presidencial, el investigador asociado de México Evalúa Marco Antonio Fernández advierte que, más que una varita mágica, lo que México requiere para erradicar la corrupción y la situación tan compleja que se vive es, además de un cambio en el gobierno, una transformación institucional que no se logra solo a base de buena voluntad.

“Requerimos no sólo un cambio en el gobierno sino también en la forma en que se integran las instituciones, es un reto de transformación institucional el cual, efectivamente, necesita liderazgo pero también necesita realismo y no promesas demagógicas que ofrezcan que solo con voluntad cambiarán las cosas”.

El especialista en temas de corrupción destaca que es necesario fortalecer la forma en que se integran las instituciones y profesionalizar la manera en que son integradas. “Necesitamos que los tribunales de justicia administrativa hagan correctamente su trabajo, el problema existente en el poder judicial no se termina con el arribo de una sola persona o de unas cuantas personas”.

Fernández puntualiza los candidatos de la oposición capitalizan la indignación y hartazgo social en que estamos inmersos, los errores de los gobernantes, y advierte que en estos momentos, en donde el presidente Peña Nieto y su equipo cometen acciones contrarias al Estado de derecho y errores sustantivos en términos de las finanzas públicas, Morena y su líder los capitalizarán y prometerán un estilo distinto de gobernar, sin que ello implique hablar de los casos de corrupción ligados a su pasado y a sus equipos de trabajo.

“Prometerá ser un político diferente, por lo que será cuestión de la ciudadanía y de la prensa analizar cada una de las posturas, no solo de López Obrador, sino de  los diferentes candidatos de los partidos políticos para ver si realmente hay una congruencia entre el dicho y los hechos de la actuación pasada de estos partidos y sus dirigentes”.

El especialista enfatiza que aunque el lema de López Obrador siempre ha sido el de “honestidad valiente”, al igual que en otras fuerzas políticas, las administraciones del PRD —incluyendo cuando él estaba dentro de ese partido— así como la de Morena que hoy gobierna la delegación Cuauhtémoc han tenido problemas serios de corrupción, por lo que no se puede decir que hay un grupo político puro y libre de este terrible cáncer; “me parece que puede tratar de venderse de manera políticamente atractiva pero los hechos creo que desmienten esta situación”.

Recuerda los casos de distintos personajes que han tenido, en su momento, fuertes vínculos con López Obrador, como el de Martí Batres con su famosa leche Betty —que repartían y que estaba contaminada con residuos fecales—. O bien, el caso de la actual jefa delegacional de Tlalpan, Claudia Sheinbaum, quien tuvo problemas de corrupción ligados a la  cuestión de la obra pública y la regulación ambiental en la Ciudad de México, cuando López Obrador era jefe de Gobierno en la ciudad, además de los escándalos en los que ha estado vinculado Ricardo Monreal, tanto en su época de priista como en la de perredista y ahora de morenista.

En lo personal —afirma Fernández—, Obrador también se ha visto involucrado con algunas cuestiones que no ha podido explicar, como su declaración 3 de 3, el sueldo tan abultado de su chofer conocido como “Nico”, o la falta de transparencia en los contratos asignados para la obra pública del segundo piso durante su paso por la jefatura de la capital.

“Una de sus habilidades políticas es tratar de descalificar a quien lo cuestiona, siempre acude a la figura del complot, o a decir que quien lo critica responde a intereses de la derecha o de la mafia del poder. Hay una falta de congruencia entre lo que presume y lo que en realidad es su actuación”.

Emma Islas @emma_iza

Gómez Tagle: la izquierda al rescate

Para Silvia Gómez-Tagle, profesora e investigadora del Colegio de México (Colmex), el hecho de que la izquierda, encabezada por Andrés Manuel López Obrador, pueda llegar, solo con Morena o en conjunto con otros partidos, a Los Pinos no es nada difícil que suceda.

“Hay un descontento con los partidos políticos que han gobernado el país, el PRI y el PAN, lo que lleva a la gente a desligarse de muchas lealtades o ilusiones depositadas en la alternativa con Acción Nacional; y el regreso del priismo tampoco ha sido precisamente exitoso ni en lo económico ni en lo político”.

Es muy claro que hay un escenario de inestabilidad, hay graves problemas institucionales que llevan al debilitamiento de las instituciones de gobierno, que abren el camino a la posibilidad de un mayor desorden institucional del que ya vivimos, con violencia, sobre todo fuera de control de las instituciones civiles y con un franco predominio de la violencia y de grupos armados y dedicados al crimen organizado,  al narcotráfico, apunta.

Además está en el escenario la actitud de los militares que reclaman parcelas de poder muy significativas, la Ley de Seguridad Interior que abre la puerta para que los militares tomen el control de la política nacional, lo cual no es irracional pues es cierto que se les ha estigmatizado, se les ha encargado una tarea para la cual no fueron ni entrenados ni autorizados en el orden civil, de ahí que haya un cúmulo de quejas por violación de derechos humanos, que son ciertas, pero también es cierto que el Ejército no estaba para esas tareas.

Advierte la especialista que lo que es una falacia, envuelta en una verdad a medias, es el hecho de que la izquierda pueda ser un riesgo. Si acaso podría venir a rescatar el desorden tan pavoroso que existe, si es una izquierda responsable. Normalmente las instituciones de izquierda tienden a propiciar la mayor inclusión de grupos marginales en la sociedad, y uno esperaría también que tiendan a propiciar una mejor y eficaz impartición de justicia, a combatir la corrupción, ese sería su programa.

“No sabemos qué tan eficiente pueda ser cuando llegue al poder, pero en ese sentido la expectativa de que lleguen fuerzas de izquierda probablemente cercanas a Morena y en apoyo a López Obrador es probable, es de las pocas opciones políticas que quedan en pie en este país. No lo veo como una amenaza, al contrario, es lo menos malo que hay en el escenario político a corto plazo, lo que mejor podría ayudar a sacar al país de la crisis en la que se encuentra”.

Considera que la posibilidad de la izquierda de llegar a la Presidencia de la República ni de lejos debe considerarse una amenaza, al contrario, señala, después de las horrendas experiencias que hemos tenido con el PAN y ahora con el regreso del PRI, francamente es una alternativa que es importante explorar en el futuro.

Sin embargo, destaca que Morena tiene una debilidad electoral muy fuerte en los estados del norte y centro del país, donde hay poca presencia de los partidos de izquierda. En entidades como Nuevo León, Chihuahua, Sonora, Baja California Norte. Ojala gane espacios, no solo Morena, sino una izquierda más amplia, más  allá del partido, una centro izquierda ciudadana, más moderada, que recobre fuerza para establecer vínculos con instituciones de diferentes perfiles no solo de la izquierda más recalcitrante, sino también de muchos sectores que tienen una posición más prudente o más de diálogo, pero con una visión critica de lo que pasa.

Gómez Tagle manifiesta que aunque la elección de 2018 se decidirá en las grandes ciudades “que son pocas en el país, son 70, 80 ciudades que concentran la mayor parte de la población, que están plenamente integradas a las comunicaciones, a las redes de Internet y de telefonía celular. Indudablemente estas redes, estas nuevas alternativas de comunicación y de movilización tendrán un impacto muy novedoso, como podría ser la configuración de nuevos escenarios de competencia política.

“Francamente, dudo de que de aquí a la elección de 2018 pueda cambiar este escenario, en los últimos cuatro años lo único que hemos visto realmente es que las cosas empeoran, no hay ninguna consideración que permita vislumbrar que mejorará para el año que entra ni antes, el peso se devaluará cada vez más, la gasolina seguirá subiendo de precio, las cosas van mal y no hay ninguna razón para pensar que ahora sí irán mejor”.

 

Gazal: Amlo y la elite empresarial

Cuando el 21 de enero de 2003, el entonces jefe de Gobierno de la Ciudad de México, al lado de Carlos Slim Helú, anunció que se iniciarían las obras de rescate del Centro Histórico de la Ciudad de México, con una inversión de alrededor de 5 mil millones de pesos, se destacó que las aportaciones más generosas correrían a cargo de la elite empresarial, encabezada por el ingeniero Carlos Slim Helú.

Las reacciones no se hicieron esperar, pero lo más sorprendente fue que la cúpula intelectual y la clase política fueron los primeros en celebrar el acuerdo, con el que finalmente la sociedad en su conjunto sería la principal beneficiada.

Para quienes vivieron de cerca su gobierno en la ciudad de México, la labor de López Obrador fue positiva, como recuerda el presidente de la asociación Procentrhico —Empresarios y Comerciantes Unidos para la Protección del Centro Histórico y de la Ciudad de México, A. C., Guillermo Gazal.

“Los comerciantes del Centro Histórico tuvimos temor cuando llegó el PRD a gobernar la Ciudad de México (CDMX), porque era un partido nuevo, pero cuando Andrés Manuel ya era candidato electo fuimos a verlo para exponerle nuestros problemas con los ambulantes y la situación de deterioro que había en las calles del centro histórico, los problemas de vías de comunicación y la necesidad de contar con seguridad pública.

“Andrés Manuel prometió que trabajaríamos juntos para mejorarlo y arreglarlo. Sin embargo, tomó posesión, pasó el tiempo y como no hubo acercamiento alguno tuvimos que ir nuevamente a buscarlo, pero ahora a su despacho del edificio del viejo Ayuntamiento, donde despachaba, para recordarle su promesa y que estaba bien que atendiera a la gente humilde que lo buscaba, pero que no se olvidara de que la planta productiva estaba con nosotros los comerciantes establecidos”, compartió Gazal.

Procentrico lo que buscaba era darle amplitud al centro, hacer las calles más anchas, arreglar su aspecto, la plancha del Zócalo, rellenar los baches, que tuviera un mejor aspecto, que  fuera atractivo para la población. “Tenía  más de 70 años sin modificaciones, desde los años cincuenta no se le había metido ni un quinto”.

Gazal continuó con la historia: “con Manuel Camacho Solís, en 1993, 1994, se arregló una parte, incluso quien participó en ese momento fue Alejandra Toscano Moreno. Se hicieron algunas remodelaciones en calles, pero nos faltaban otras de gran importancia, como Avenida Reforma, las cuales le mostramos al jefe de Gobierno en un recorrido que hicimos por el Centro Histórico, en esa ocasión que nos recibió en su oficina”.

Después de conocer la situación tan deplorable que existía en la ciudad, se decidió que, ante la falta de recursos de los comerciantes y del gobierno citadino, se invitaría a la iniciativa privada a participar, y así fue, “ahí metió la mano el señor Carlos Slim, compró varios predios e invirtió una gran cantidad de recursos”. Durante un año y medio arregló desde la Avenida Reforma hasta el Zócalo, pasando por Madero.

Hay que decir que en este proyecto de reconstrucción y remodelación del centro histórico no solo participó Carlos Slim, sino muchos otros “grandes empresarios compraron bienes y ¡qué bueno! porque nos dieron vida”, revitalizaron el Centro Histórico de la Ciudad de México.

Nora Aceves @noraaceves8

También puedes consultar:

http://bit.ly/2jQAtbR

http://bit.ly/2iOGJPi

http://bit.ly/2jQywMA