Entrevista con Jaime Labastida/Director de la Academia Mexicana de la Lengua

Emma Islas

Una a una las amenazas se van cumpliendo. No solo Barak Obama ha dejado de ser presidente y en su lugar se encuentra Donald Trump, hoy la Casa Blanca se ha convertido simplemente en The White House, luego de que se bajara de internet su versión en español, activa desde 2009, y que al igual que las cuentas de las redes sociales de Twitter y Facebook fueron parte importante para convertir en bilingüe la comunicación de la Casa Blanca.

Pese a que el gobierno estadounidense trató de escudarse, aludiendo a que era parte de la actualización de la web y que la versión en español volvería a estar disponible, el portazo ya se había dado a los cerca de 560 millones de personas que hablan el español en el mundo y en específico en contra de los más de 50 millones de hispanohablantes que viven en ese país, a los que Trump no se ha cansado de amenazar.

Desde el inicio de su campaña y hasta ahora, Trump no ha cambiado de opinión. Durante un debate republicano el magnate advirtió: “tenemos un país donde, si te quieres integrar, tienes que hablar inglés. Necesitamos que haya integración para tener un país. No soy el primero en decir esto. Este es un país donde hablamos inglés, no español”.

El 20 de enero pasado, mientras Trump ofrecía su discurso como nuevo presidente de Estados Unidos la versión en español desaparecía como por arte de magia, al igual que las cuentas en español que el gobierno tenía en las redes sociales y otras secciones que estaban en funcionamiento. Temas prioritarios para su predecesor como el cambio climático, los derechos civiles, la educación o la causa gay se esfumaron.

Al escenario ha vuelto el movimiento English only —solo inglés— o bien el Official English —inglés oficial—, que desde principios de los años 80 ha buscado que el Congreso estadounidense apruebe una ley que haga que el inglés se convierta en la lengua oficial del país. Pese al fracaso de este movimiento en Washington, en las últimas décadas han logrado que las legislaturas de algunos estados y numerosos gobiernos locales hayan aprobado medidas a favor de que el inglés sea la lengua oficial de sus territorios.

En entrevista con Siempre!, Jaime Labastida, director de la Academia Mexicana de la Lengua, afirma que el gobierno de Donald Trump continúa tomando decisiones equivocadas, “ahora no solo quiere levantar un muro desde el punto de vista físico, sino un muro desde el punto de vista intelectual, espiritual y ahora lingüístico, lo cual es una insensatez”.

“Quiere que sea el país de la pureza, exclusivamente blancos que hablan inglés y que piensan de una determinada manera; quiere incomunicar al país pero evidentemente no va a fructificar, es algo imposible de lograr; por el contrario, el español está en plena expansión y sobre todo en Estados Unidos”, destaca.

El también poeta y filósofo —al citar datos que tienen en la Academia— asevera que la comunidad hispana que ya es la primera minoría en Estados Unidos, que se ha convertido en el segundo país con hablantes de lengua española en el mundo —por encima de España, Argentina y Colombia—, “posiblemente hacia el año 2050 pese a todas las intenciones de Trump, y de gente como él, llegará a los 90 o 100 millones de hablantes de español en Estados Unidos. Esta medida es una mutilación de sí mismo, es una mutilación de la propia sociedad norteamericana que no va a tener ningún éxito”.

Otros riesgos para el español

En torno al anuncio del portavoz de la Casa Blanca de que la página web está en recomposición por lo que es una posibilidad que la reinstauren, Jaime Labastida señala que independientemente de que lo hagan o no, “existen otros peligros para nosotros y para el español tanto dentro como fuera de Estados Unidos”.

Como ejemplo cita a la gente que piensa que es preferible escribir en inglés que escribir en español, “hablo esto desde el punto de vista de un mexicano preocupado desde hace muchos años por que se piense en español. Es necesario desarrollar el pensamiento en lengua española, la filosofía en lengua española, pero muchos de nuestros pensadores creen que tienen mejores oportunidades si se comunican en inglés, si escriben en inglés, y aun si piensan en inglés. Esta actitud colonizada es la que también debemos desterrar”.

Por ello, recuerda que hoy más que nunca es necesario reforzar la enseñanza de nuestro español, el idioma español que se usa en México, a través del Instituto Alfonso Reyes, que fue propuesto a la Secretaría de Relaciones Exteriores, desde hace más de seis años por la Academia Mexicana de la Lengua que dirige, el cual sería el encargado de ofrecer sus servicios en Estados Unidos, Brasil y la República Popular China.

“La creación del Instituto Alfonso Reyes es una de las mejores medidas para la defensa de nuestra cultura y de nuestra lengua, es una medida que defiende nuestra cultura, defiende nuestra lengua. Muestra el español con la fuerza que tiene”, insistió el también director de la editorial Siglo XXI.

Por último, Labastida reitera que en estos momentos el presidente norteamericano se va a enfrentar a un proceso que va en contra de lo que él quiere, “el mundo se desarrolla hacia la globalización, hacia la mayor dependencia entre las naciones. Aislar a Estados Unidos va contra la lógica económica, universal, contra la lógica de desarrollo que tenemos en este momento en el planeta”.

Lo preocupante —dice— es que haya muchas personas que piensen igual que él; “en la época de Hitler no solamente fue él quien impulsó la Segunda Guerra, hubo una enorme cantidad de gente que lo siguió. Lo que me inquieta es que haya tantos norteamericanos que sigan a Trump. Lo que es una realidad es que con estas acciones, Trump le va hacer más daño a Estados Unidos de lo que le puede hacer a México o al resto del mundo”.


Las reacciones

Darío Villanueva, director de la Real Academia de la Lengua Española, consideró la medida del gobierno de Trump como “un gesto muy significativo y negativo” con el que se cumplen “las previsiones más negativas de la nueva era que se inicia en Estados Unidos”.

Darío Villanueva, director de la Real Academia de la Lengua Española.

Víctor García de la Concha, director del Instituto Cervantes, señaló que se trata de un “un gesto simbólico, me parece grave porque hay que tener en cuenta que Trump es el presidente de todos los estadounidenses y hay un 18 por ciento de la población que habla español, el 95 por ciento de ellos considera que es muy importante que ellos, sus hijos y sus nietos sigan hablando español”, no sin dejar de destacar que ese porcentaje del 18 por ciento alcanzará el 23.4 por ciento en 40 años, es decir, “casi la cuarta parte” de los estadounidenses.

Víctor García de la Concha, director del Instituto Cervantes.

Íñigo Méndez de Vigo, ministro de Educación, Cultura y Deporte y portavoz del gobierno español subrayó que la decisión de suprimir el español “no es una buena noticia”, ya que “el conocimiento y uso de diferentes idiomas en una sociedad es algo que sirve para vertebrar un país y demuestra la riqueza cultural de una nación, tal y como sucede en España”. El español —dijo— es una lengua que, durante siglos, ha ayudado a cohesionar la multicultural sociedad norteamericana.

Íñigo Méndez de Vigo, ministro de Educación, Cultura y Deporte y portavoz del gobierno español.

Alfonso Dastis, canciller español, advirtió: “Aunque la gestión de la web es una cuestión interna de la Casa Blanca, sí lamentamos la supresión de la versión española; no es buena idea renunciar a un instrumento de comunicación. Somos partidarios del diálogo y cuantos más medios haya mejor nos parece”.

Alfonso Dastis, canciller español.

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