Europa
Joaquín Pérez Sánchez

En marzo se llevará a cabo la primera escaramuza electoral en Europa, en lo que, eufemísticamente, puede considerarse como el escenario de la “post-verdad”. Las elecciones de marzo en Holanda serán seguidas con mucha atención y expectación, porque su resultado puede servir para señalar posibles tendencias en los otros países donde se celebrarán elecciones, especialmente las de Francia y Alemania.

El próximo 15 de marzo se realizarán elecciones generales en los Países Bajos (Holanda), y por lo tanto se renovarán los 150 escaños de la Segunda Cámara de los Estados Generales (parlamento). Según el Consejo Electoral holandés, hay 31 partidos registrados, de distintas ideologías y características, lo que constituye un récord en la historia electoral de ese país.

Para muchos de los principales medios de comunicación en Europa, esta “diversidad” política, carece de importancia. Los titulares se dedican sobre todo a expresar los pronósticos según las “encuestas”, pese a que éstas han fallado bastante en los últimos tiempos.

No obstante, los ejercicios estadísticos dan como puntero al Partido de la Libertad (PVV), que lidera el ultraderechista Geert Wilders. Según los sondeos, esta agrupación podría alcanzar entre 27 y 28 escaños. Evidentemente no podía gobernar, pero representaría una fuerza importante en el parlamento. Sus mensajes, no podrían ser otros: cerrar las fronteras, prohibir el Corán, salir de la Unión Europea, regresar al florín holandés (moneda anterior al euro), entre otros. De hecho podría resumirse el ideario ultraderechista Europeo como: antiinmigracion, anti- Unión Europea y anti- Islam.

Esta propaganda “emocional” en los medios se exacerba, se encauza para incrementar las sensaciones y se ocultan,  minimizan o manipulan  los hechos y datos objetivos. Pura post-verdad, según el Diccionario de Oxford. En  realidad una vieja práctica.

Si bien es cierto la ultraderecha podría alcanzar cifras relevantes en esta elección holandesa, también es cierto que 31 agrupaciones políticas disputándose el parlamento, es un dato importante que refleja el resquebrajamiento de la política y la dispersión reinante en el actual contexto político. Sin embargo, esto parece no importar, lo relevante es reafirmar que una minoría puede decidir qué rumbo tomar.

Hay que recordar que en Reino Unido, ganó el Brexit por un pequeño margen (4 puntos porcentuales)  y su sociedad está muy dividida. En Estados Unidos ganó Donald Trump con menos votos populares, gracias a un sistema electoral que le favorece. Ahora en Europa se nos vende que una ultraderecha que siempre ha estado ahí agazapada, puede gobernar, no importa que sea minoría. Para eso está la post-verdad, para manipular las emociones, generar caos y odio.

En el actual contexto, amigos y enemigos se confunden. Estados Unidos (Trump es héroe y villano) y Rusia (Putin es ejemplo y es temido), para muestra un botón, en las próximas elecciones holandesas, se contarán los votos a mano, ya que se “teme” que su sistema de recuento electoral pueda ser hackeado por “rusos”, el “nuevo” poder extranjero intervencionista según la propaganda en los medios.

De esta manera el espectro político se oscurece y solo muestra dos opciones “claras” o la ultraderecha nacionalista y xenófoba o la derecha neoliberal de las últimas décadas. De acuerdo con el economista y político Yanis Varoufakis, hay un movimiento de “insurrección”, “Internacional Nacionalismo” (ultraderecha) que ha conseguido convencer a grandes masas de personas de que la prioridad son las naciones-Estado y la seguridad de las fronteras y otra “insurgencia”, que permanece en las sombras, las castas de tecnócratas del mundo (banqueros de Wall Street, empresarios de Silicon Valley, entre otros) que busca conservar el poder a toda costa.

En tanto, la izquierda sigue perdida, sin poder articular una respuesta diferente.

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