Relegados de la reforma de telecom en México/XI-XV

Javier Esteinou Madrid

La implementación de la reforma constitucional de las telecomunicaciones y radiodifusión en sus primeros tres años de vida en México logró alcanzar diversos éxitos en la esfera económica para favorecer los grandes monopolios de la comunicación. Sin embargo, pese a dichos progresos en el ámbito social se produjeron importantes regresiones que impactaron relevantemente las comunidades mexicanas. Entre las principales consecuencias sociales que se ocasionaron, resaltaron las siguientes:

  1. El espacio público mediático, que por mandato constitucional debía quedar regido por los cánones de la política del servicio público continuó fundamentalmente siendo gobernado por las reglas del mercado desregulado de los oligopolios comunicativos, para convertirlo en el espacio público de las mercancías y del poder y no en el espacio público colectivo superior para la construcción de ciudadanía, la evolución de la conciencia social y el enriquecimiento subjetivo de los seres humanos.
  2. Las garantías comunicativas reconocidas por la Constitución quedaron debilitadas o anuladas por la imposición desmedida del modelo de comunicación-mercado introducido por la reforma de la radiodifusión y no por la razón de Estado para proteger a los ciudadanos. En este sentido, triunfaron los sentimientos del mercado sobre los sentimientos de la nación.
  3. Los medios de información del Estado continuaron siendo canales de gobierno al servicio de los poderes en turno (presidente, partidos políticos, gobernadores, ministros, jefaturas municipales, burocracia) y no medios de Estado de comunicación de servicio público para atender comunicativamente las principales necesidades de sobrevivencia de las mayorías nacionales. Así, los medios públicos de carácter federal y los sistemas de las entidades federativas continuaron manteniendo su estilo de comunicación apegado a los intereses de las instancias gubernamentales de las cuales dependen, y permanecerán mayoritariamente vinculados con los fines de los poderes ejecutivos, tanto nacionales como locales y no con base en las necesidades y demandas apremiantes de los ciudadanos.

  1. La publicidad, mercadotecnia o propaganda institucional que se difundió sobre los éxitos de la reforma constitucional de las telecomunicaciones y la radiodifusión se basó esencialmente en el anuncio de logros del mercado que priorizaron el crecimiento de ingresos, la expansión empresarial, el aumento de líneas de comunicación, el crecimiento de las inversiones extranjeras, la reducción de algunos costos en los servicios; y no en acciones de gobierno que demostraran objetivamente los avances del Estado en el terreno de crear otro modelo de comunicación para atender las necesidades comunicativas básicas de la población.
  2. Contrariamente a lo que se pretendía alcanzar con la reforma constitucional de las telecomunicaciones para enriquecer los contenidos informativos del modelo televisivo del país, lo que se organizó en esta primera fase de su aplicación fue la reproducción, a escala mayor de los mismos vicios informativos que se pretendían superar en el país. Esto debido a que el modelo de televisión comercial privada todo lo reduce a exigir números negros en sus balances financieros, a obtener rating para vender, a multiplicar sus ingresos por ventas, a incrementar el precio de sus acciones en la bolsa de valores, etc., pero no a elevar la calidad de sus mensajes para superar el nivel de vida de los auditorios en todos sus ámbitos cotidianos de crecimiento.

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