“…La tripulación se apresura a devolver el importe del billete porque el avión se va a estrellar.

El pago se hará efectivo en un máximo de treinta días…”.  El País-Semanal

Madrid.- España debe alcanzar la madurez política que puede estar en manos del socialismo. También fortalecer la democracia y cuidar las costumbres regionales. Ayudar a ilustrarlas e incrementar nuestra presencia en el continente.

Pero, además, el PSE elabora en estos momentos un programa para presentarlo en el Parlamento con el deseo de que Rajoy dimita. El líder socialista está realizando un trabajo serio.

Necesita el líder del PSE presentar una plataforma lo suficientemente creíble para que, en los próximos comicios, alcance la presidencia del Gobierno. Camina con el nuevo título con eficiencia y seriedad. Poco se le ha visto desde que triunfó. Los españoles desean encontrar en él a la persona que los dirija a tiempos mejores, más redituables y menos agobiantes, como ocurre hoy.

Su intención es buena pero aún tiene que salvar muchos obstáculos, inclusive dentro de sus filas. Susana Díaz, presidenta de Andalucía, no se repone de su fracaso.

Eso sí, la doña ha vuelto a sonreír pero no a carcajadas. Limita sus exultaciones a momentos muy precisos y adquiere, por ello, una credibilidad merecerla. Construyó un edificio con fachada agradable y los interiores vacíos, olvidados. Esta señora descansó, para su desgracia, en los barones socialistas que la apapacharon siempre.

El panorama político se ve mejor y tiende a aclararse si Sánchez se mantiene enhiesto y trabaja duro y conscientemente para encontrar las bases con qué pelear por la Moncloa. Está dedicado a componer un cuerpo político ideológico y congruente.

Acierta cuando se recluye en su despacho mientras elabora el documento fundamental que lo llevaría a conformar su futuro destino. A su alrededor, algunos presidentes de Comunidades como Emilio García Page y Guillermo Fernández Vara, se trepan de las lámparas para justificar el por qué se equivocaron al depositar el voto. No engañan a nadie y él lo sabe. Pero hay que unir. Unir y unir. El rencor no está hecho para políticos importantes.

Rajoy y Sánchez no podrán verse la cara en el Parlamento porque Pedro renunció como diputado  ante las presiones escandalosas lo alejaron del ambiente.

Enfrentarse al nuevo  ambiente político, ahora más favorable, es su deber y su obligación. Conoce a los interlocutores que tuvo y ganó porque la militancia depositó los votos a su favor en las urnas.

Por si acaso, yo le diría que descarte en principio la demagogia y la posible traición de los que aún quedan encuevados en su propio nido. Aún se lamen las heridas y preparan armamento para, en cualquier otro tiempo, volver a las andadas.

Los padres refundadores del socialismo – ahora proclives al centro derecha – todavía no se recuperan del golpe sufrido. Como dije, van de plató en plató, de periódico en periódico, para justificarse. Ojo con ellos que no están muertos políticamente sino que, al contrario, han sacado inspiración y humildad. Permanecen pero apartados. ¡Volverán!.

La gente del madrileño es leal y sabe decir las cosas. Sus portavoces son personas ad-hoc. Esperemos que así sigan y no caigan en el acostumbrado “laissez faire”. Ese es el miedo de quienes están a la expectativa porque ya no comulgan con ruedas de molino y tienen un criterio propio y además, como respuesta a una  sociedad enardecida.

No creo que a don Pedro le salgan “ranas”, como a doña Espe. Por si acaso tiene que moverse y controlar, modificar la actividad legislativa. Debe eludir las declaraciones sobre la marcha. En esta nación son muy comunes los encuentros “fortuitos” entre periodistas y funcionarios públicos.

Al contrario que don Mariano, el socialista ha de entender que el cambio llega rápidamente. Más pronto de lo esperado. Está aquí frente a nosotros y nos mira con ansiedad para descubrir si los políticos engañan o dicen verdades.

Será problemático distinguir entre unos y otros porque el horno que fabricamos, aunque esté muy viejo, es todavía el responsable de nuestros aconteceres tan sujetos a cartabones obsoletos.

No hay que pensar en temporalidad. Pero sí apresurar los movimientos tendientes a rescatar a la mayoría necesitada que está a punto de ser pobre y que se defiende con trabajos por horas, días o meses.

Sin embargo, los de siempre están vivitos y coleando, no se irán aunque los echen pero reducirán su poder de influir entre los socialistas. Porque son soberbios, intransitables, cobijados en el ayer. No admiten la realidad del presente. Persisten en hacer juicios viciosos y contubernios.

Las barreras están cayendo, caen los ladrones, defraudadores, blanqueadores de dinero que tienen capitales en islas apartadas, para su seguridad.

De otra manera, será difícil de alcanzar la meta. Es tarea titánica, lograrlo. Pero se puede. La ilusión es una dama admirable. Nunca se pierde entre trapicheos y busca mejores derroteros en su camino hacia la verdadera democracia.

Los perdedores, con el ex presidente Felipe González, están hundidos y ahí deben permanecer todo el tiempo, eso sí, bien tratados, con su cohorte de admiradores.

La gente espera mucho. Con un poquito tenemos.