Para Roy Campos, director de Consulta Mitofsky, el centro de la discusión de la XXII Asamblea Nacional del PRI, más que los candados, será el método por el cual los priistas elegirán a su candidato presidencial, “el problema no es si quitan o no los candados. Si los quitan o no, todo sigue igual, no pasa nada. El verdadero centro de la discusión, la verdadera rebelión en su interior es el cómo y cuándo eligen a su candidato”.

El priismo se encuentra en una situación muy complicada en la que, pese al triunfo en el Estado de México, llegan muy divididos, debido a que electoralmente no les ha ido bien durante este sexenio. En primer lugar, su presidente no está bien evaluado, las encuestas lo muestran relegado a un tercer sitio, y en su interior existe una revuelta por la elección del método para elegir a su candidato presidencial.

En este momento, el mayor problema es que el PRI no ve un candidato claro, “no es como en 2012 cuando se veían con grandes oportunidades de ganar. Hoy buscan defender lo más que pueden. Por eso, su mayor discusión es si elegirán a su candidato por dedazo presidencial o si lo van a elegir por una consulta a las bases; esa es la verdadera discusión sobre el asunto, no los candados”.

Sin embargo, pese a todo este escenario su Asamblea no será muy complicada, “habrá gritos, sombrerazos y protestas, pero al final todos van a terminar unidos. No habrá ruptura, por lo que no veremos a ningún personaje dejando las filas del Revolucionario Institucional.

 

El PRI está en problemas

Al hablar sobre una posible consulta abierta en el PRI, Roy Campos recuerda que para el priismo no ha sido la mejor opción. “En 1999, cuando Labastida ganó, el partido resultó dividido, al igual que en 2005, cuando Madrazo se impuso a Everardo Moreno en una simulada elección interna, que tampoco les resultó bien. En cambio en 2012, no hicieron consulta interna, el candidato fue Peña Nieto y no tuvieron ningún problema para ganar”.

Sin embargo, considera que cualquiera de los dos escenarios conllevan un riesgo de división para el partido, “los priistas juegan a ganar todo, lo juegan con mucha pasión. Pero cuando pierden se sienten totalmente desplazados, por eso sí puede haber una división. Aunque hay que decirlo, lo mismo sucederá si eligen a su candidato por consenso, pues habrá un sector disgustado por no haber consultado a las bases. De una u otra manera, el PRI está en problemas”.

“Hay gente que ha firmado cartas, desplegados. Por un lado está un movimiento muy radical encabezado por Ulises Ruiz; por el otro, el que trae Ivonne Ortega que, aunque no es tan radical, está presente. Hay un sector que también se inclina por apoyar al presidente, por lo que habrá una gran discusión, pero al final habrá gente enojada, al igual que en otros partidos en los que también habrá fracturas”.

Los números se pueden revertir

De acuerdo con Roy Campos, pese a toda la situación y a los números, el PRI “sí tiene oportunidad de ganar, por la simple razón de que el voto está muy dividido. Ante esta división cualquier partido puede ganar con el 30 por ciento de los votos, de alguna manera fue lo que pasó en el Estado de México, donde el candidato ganador obtuvo el 33 por ciento”.

Esto no quiere decir —recalca— que el PRI pueda revertir sus números al grado de llegar al 50 por ciento de la  votación pues eso no lo puede hacer prácticamente ningún partido. “El tricolor a lo que aspira de alguna manera es a conservar su base dura en un 30 por ciento, por lo que si el ciudadano divide el voto entre todos los demás partidos, el PRI pueda ganar”.

Aunque advierte que para hacerlo en la boleta electoral deberá aparecer un candidato que obstruya o tape a Peña Nieto. “Para la gente el candidato presidencial se convertirá en una figura secundaria pues la figura principal serán los ataques a Peña Nieto, por eso necesitan de un candidato que tenga tal presencia, imagen y estatura que realmente se convierta en un candidato que sea escuchado y no vean en él al vocero del presidente.

“De hecho en el Estado de México, lo lograron. El nombre de Alfredo del Mazo era tan grande que nadie le pegó al gobernador. En cambio, en otros estados no lo han logrado, es el caso de Veracruz, donde no importa quién fuera el candidato, la figura del mal gobierno de Duarte era tan mala que no había mucho que hacer. El problema —dice— es que aunque todos los nombres que se han contemplado como posibles candidatos presidenciales tienen aspectos positivos, también comparten el mismo negativo: ser priista.

Osorio, el mejor candidato

De acuerdo con Roy Campos, en términos de preferencias de los mismos priistas, el candidato que lleva la delantera, ya sea por encuesta o por consulta, es el secretario de Gobernación Miguél Ángel Osorio Chong, quien es un priista probado. Sin embargo, subraya, ese no es el único factor que se toma en cuenta para elegir un candidato.

“Toman en cuenta quién puede enfrentar en ese momento a los posibles candidatos, sus fuerzas en el interior, consulta de los empresarios simpatizantes del PRI, los grupos de interés como los campesinos. No se van tanto por una encuesta o por una consulta, eso en términos numéricos”.

Roy Campos destaca que a partir de este lunes, ya pasada la Asamblea Nacional, prácticamente a 25 días del inicio del proceso electoral, lo que vamos a ver es un activismo real de los posibles candidatos. “Después del 1 de septiembre, seguramente habrá renuncias en el gabinete para cumplir aspiraciones presidenciales. Se van a formar grupos, pues algunos de los presidenciales declinarán por otro de sus compañeros”.

“Tal vez se verán más claramente las preferencias del presidente. Es muy probable que se comiencen a dar cambios en el interior del CEN del PRI. Al igual que en los demás partidos, se comenzarán a reconfigurar las fuerzas para que no estén cargadas hacia algún candidato. En fin, veremos mucho movimiento”.