Los escándalos de corrupción dentro del gobierno del presidente Enrique Peña Nieto parecen no tener fin. Las pruebas y evidencias hacen cada vez más profunda la grieta que abrieron casos como el de Ayotzinapa, la Casa Blanca, OHL y el más reciente el socavón de Paso Exprés de Cuernavaca, entre otros que han hecho que el partido en el poder caiga al tercer sitio de las preferencias electorales.

Fue así como la Asamblea del PRI en la que se aseguraba que no se volverían a permitir saqueos, robos, ni conductas equivocadas que dañen al tricolor, se empañó con la publicación de los sobornos que supuestamente Odebrecht entregó al ex director de Pemex, Emilio Lozoya.

Para el analista político Lorenzo Meyer, Odebrecht añade una pieza más a un edificio complicado de sospechas sobre la existencia de corrupción en el actual sistema político, “es una más de las gotas que están derramando el vaso, el cual ya se derramó, pero le siguen cayendo gotas que derraman la paciencia, el hartazgo de los mexicanos frente a un gobierno que rebosa de casos de corrupción”.

“Es un punto más en el desprestigio de un sistema que pese a las evidencias, al tener el control del dinero, ejército, policía, servicios de inteligencia, partidos políticos, quizá salvo por ahora a Morena, en el bolsillo puede controlar todo: sistema judicial y hasta los procesos legales para minimizar el daño”.

Al igual que el socavón, Odebrecht se ha convertido en un asunto más en la lista de casos de corrupción, el cual será emblemático pues se salió de control, al ser un proceso que se inició en el exterior, “si todo hubiera sucedido dentro de México, hasta el momento no conoceríamos nada de este asunto”. 

Lorenzo Meyer explica que el grupo político que se encuentra al frente de esta administración ante todos estos casos debería ser más cauto; sin embargo, recuerda que al venir de una experiencia del Estado de México no tienen práctica en el control de daños ni en la política internacional.

Dice que hay que recordar que este nuevo PRI no es el de los experimentados, “es un PRI que hizo toda su carrera y toda su cultura política en un Estado donde nadie más que ellos han gobernado desde 1929, en el que nadie es llamado a rendir cuentas. Por ello, el salto a la presidencia los tomó como novatos y no pueden tapar los problemas como lo hicieron en el caso de la niña Paulette, en el que un colchón acabó con la vida de la pequeña”.

En México no se podrá comprobar nada 

Al hablar sobre la posibilidad de lograr aclarar si el dinero que se recibió en sobornos por parte de Odebrecht fue a parar a la campaña presidencial —tras una carcajada— el analista político lo descarta. Afirma que las instituciones encargadas de vigilar esos procesos, que tuvieron lugar en 2012, hasta el momento no han mostrado ninguna voluntad, ni capacidad de investigar este tipo de situaciones. “Nadie lo va a investigar, no tenemos un Congreso independiente que obligue a las instituciones como es el caso de Francia o de Inglaterra, donde el Parlamento no suelta al primer ministro o al presidente, cuando conocen de casos de esta naturaleza. En México, el Congreso no está para esos propósitos, la procuraduría está hecha para tratar de minimizar el daño, así que ni el INE, ni la Procuraduría no hay quien pueda meterse con este tema”.

El analista político considera que el gobierno podrá decir que se encuentra comprometido con la justicia y que caiga quien caiga, llegará hasta las últimas consecuencias, pero asevera que estos son términos escuchados desde tiempos remotos y que sólo indican que busca salir del aprieto momentáneamente para no hacer nada en el largo plazo pues “en cada instancia hay protección política hacia los corruptos”.

“No pasará como en el caso de Ollanta Humala y su esposa que fueron a dar a la cárcel. En nuestro país es más fácil que nos convirtamos en budistas a que ocurra algo así pues aquí todo se negocia. Este gobierno llegó a su límite con el caso de Duarte que, pienso, debió haber estado tan sonriente, pues ya había pactado algo”.

Un gabinete de oportunistas

Respecto a la idea de que pudiera ser Lozoya un chivo expiatorio en todo este caso, Meyer Cossío indica que difícilmente alguien en el entorno inmediato de Peña Nieto puede ser inocente y convertirse en un chivo expiatorio, pues todo ese grupo en el que también se encuentra el canciller Videgaray, “armaron un esquema para hacerse de dinero, de mucho dinero para poder aprovechar la coyuntura de 2012”.

“No contamos con un gabinete de estadistas, más bien tenemos un verdadero gabinete de oportunistas que saben que existe la posibilidad de que el PRI no llegue nuevamente a la presidencia. Así que lo que no puedan conseguir en este momento, va a ser difícil que lo consigan más tarde”.

Morena, el más beneficiado

Al sacar su bolita mágica, asevera que lo que veremos en los próximos días y quizá meses es que habrá una prolongación del tema, “la oposición va a usar esto, aunque hay oposiciones que lo van a usar, pero en realidad no quieren que pase, entre ellos el PAN y el PRD, quienes harán declaraciones pero no harán nada sustantivo y menos si les dan Coahuila a los del PAN”.

El único que va a poder sacar algún beneficio es Morena, el problema —asegura— es que al tener poca presencia en el Congreso no podrá hacer mucho. Respecto a los poderes fácticos en los que se encuentran “los Slim, los Legorreta, los Longoria y a todos esos empresarios que aunque les gustaría que hubiera menos corrupción y que el sistema fuera más institucional, tampoco creo que puedan hacer mucho”.

Marcelo Odebrecht en visita a Enrique Peña Nieto en 2013.

La presión del exterior

Pese a que Meyer Cossío considera que en el país el sistema tiene controlada su corrupción, afirma que hay ocasiones que se le salen de las manos, cuando los señalamientos vienen del exterior como es el caso de Odebrecht, “el mundo externo es el que no controla el grupo político mexicano y es de donde le salen las cosas”.

Sin embargo, afirma que justamente la presión que viene desde el exterior es la que ayuda a que el país no se encuentre en peores condiciones, grupos como el de Transparencia Internacional son los que nos hacen señalamientos de que estamos en pésimas condiciones.