La legalización de la amapola busca nuevos caminos en Guerrero. A los apoyos políticos manifiestos en los últimos dos años, se suman expresiones de autodefensa que enarbolan dicha demanda como objetivo principal.

El 11 de septiembre, el comisario y representantes de 18 pueblos de la sierra, que abarcan a los municipios de Leonardo Braco y Zumpango, crearon una fuerza de autodefensa  y demandaron la legalización de la siembra de la amapola. El nuevo grupo llevará por nombre Consejo Municipal de Seguridad Pública.

Dentro del municipio de Leonardo Bravo y con el contexto de una guerra entre grupos rivales de narcotraficantes encabezados por Juan Castillo Gómez, El Teniente, e Isaac Navarrete Celis, El Señor de la I.

El cuerpo policiaco, acordaron, combatirá los delitos en las comunidades, usarán armamento reglamentario y no saldrán de sus límites territoriales.

Arturo López Torres, ex comisario de Filo de Caballos y uno de los promotores del Consejo, precisó  “No son policías comunitarios, no son UPOEG, no son policías de nada, son policías que se tenían desde hace 50 años y que siempre han estado dentro de la ley”,

Anticipó que como parte de los mecanismos de integración las comunidades van a nombrar de cinco a 10 policías, utilizarán armamento reglamentario y vigilarán exclusivamente sus comunidades “sin salirse de sus límites”.

López Torres exigió al gobierno federal y estatal que legalicen la siembra de la amapola para terminar la guerra de los grupos criminales por el control de la región.

Si en otro momento la petición conglomeró a miles de personas en Chilpancingo y bloquearon la avenida principal, hoy hay existen voces políticas que consideran la legalización del cultivo.

En mayo de este año, Héctor Astudillo Flores, gobernador de la entidad expresó que tras la legalización de la mariguana para uso médico en México, debe reglamentarse la forma en la que operará y posterior a ello también debe tratarse el tema para legalizar la amapola ya que ayudará a disminuir la violencia en algunos lugares.

Guerrero es el productor número uno en amapola en el país y el segundo a escala nacional de mariguana; a escala mundial, Guerrero se disputa el primer lugar con Afganistán.

De cada hectárea sembrada, se producen ocho kilos de goma de opio, con la cual se puede producir un kilo de heroína que, en el mercado, tiene un costo de cuatro millones 500 mil pesos.

Un estudio del gobierno federal indica que  durante el periodo de  diciembre de 2012 al 24 de septiembre de 2015 se eliminaron un total de 56,937.45 hectáreas de amapola en el país. El antecedente a tomar en cuenta, es que las hectáreas destruidas en los extremos del periodo aumentaron de manera considerable pasando de 45 mil 827 a 56 mil; es decir, registraron un  incremento de 22 por ciento y las estimaciones concluyen que en 2016, el flujo monetario en este negocio supera  los 1.1 mil millones de dólares anuales por producción y trasiego de heroína hacia Estados Unidos.

En los últimos años, más de 90% de estas hectáreas, se ha concentrado en tan sólo cuatro estados de la República mexicana: Guerrero (40.24), Chihuahua (27.65), Durango (13.57) y Sinaloa (11.36) en cifras porcentuales.

Otro dato es que el 70 por ciento de las hectáreas suprimidas se concentran en sólo una decena de municipios: Acatepec, General Heliodoro Castillo, San Miguel de Totolopan, Coyuca de Catalán, Chilpancingo de los Bravos y Leonardo Bravo (Guerrero). En el área de la sierra existen 52 mil campesinos involucrados en el cultivo de la amapola en un total de mil 280 comunidades.

 

Legalizar para uso medicinal

La propuesta vuelve a ser legalizar la siembra y comercialización de la amapola con fines medicinales para abatir los índices de la delincuencia pero con o sin producción legal de adormidera en Guerrero, seguiría existiendo demanda de heroína ilegal en EU. En consecuencia, la producción legal complementaría, no sustituiría, a la producción ilegal.

La diferencia de  objetivos en las estrategias de combate al narcotráfico entre México y Estados Unidos en que para el país del norte se pretende minimizar la cantidad de drogas que llegan a su frontera y que los traficantes logran internar en su territorio. México eligió el combate militar contra las fuerzas del narcotráfico y la violencia se forjó en tres frentes: carteles contra cárteles; cárteles contra militares y cárteles contra civiles.

La creciente producción de marihuana, amapola y metanfetaminas en el país se convierte en un detonante adicional.