Ante la cercanía de la contienda electoral, más allá de contribuir a la unidad, en la actualidad vemos a los líderes políticos dividiendo sus partidos. El caso más reciente es el de Acción Nacional en el que, tras diferentes encontronazos con su líder nacional, Ricardo Anaya, la ex primera dama de México, Margarita Zavala, decidió abandonar el partido en el que militó por más de tres décadas.
De acuerdo con el jefe del Departamento Académico de Ciencia Política del Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM), Vidal Fernando Romero León, este tipo de actitudes entre los líderes políticos es consecuencia de lo cerrada que se espera en 2018 la contienda electoral.
Ante tal escenario —dice— todos tienen la posibilidad de ganar o perder, lo que hace que las candidaturas adquieran un valor más alto. Al mismo tiempo, nadie se puede comprometer con los demás a repartir el poder pues no tienen el triunfo asegurado, lo que genera incertidumbre y fragmentación.
Romero León afirma que al haber una mayor pluralidad en el sistema político mexicano, las amenazas se hacen presentes, “hoy todos buscan negociar su salida de un partido u otro a fin de conseguir lo que quieren, que en su mayoría son candidaturas, lo hacen pues saben que no van a saltar al vacío, pues hay muchas otras opciones para competir”.
Por ello, advierte que hay que prepararnos para una cascada de escándalos, filtraciones, “al estar tan fragmentado el voto y ante la debilidad de los mismos candidatos, los resultados de las encuestas estarán muy disparados unos de otros; o bien, habrá muchas falsas. De aquí a 2018, la incertidumbre, el ruido y los escándalos políticos serán la constante”.
Protagonismo, característica de políticos
Para el maestro en políticas públicas del ITAM, más que similitudes los principales líderes políticos registran diferencias derivadas de los diferentes papeles que desempeñan cada uno de ellos dentro de sus propios partidos políticos.
Mientras a Andrés Manuel López Obrador lo coloca en el extremo por su manera de querer controlar todo, señala que Ochoa Reza es un simple administrador que cuida los intereses del tricolor, “pese a tener cierto sesgo por el presidente, no lo puede imponer pues hay otras fuerzas dentro del PRI que se lo impiden”.
Considera que pese a que Anaya, por el momento, se encuentra ocupado tratando de resolver cuestiones internas de su partido, no presenta ningún rasgo atípico con otros líderes del PAN, “al igual que en los tiempos de Calderón, hoy hay descontentos porque siempre buscan imponer candidatos. Si nos ponemos a revisar hacia atrás, podemos constatar que también hubo conflictos debido a que Calderón trató de imponer a sus candidatos; simplemente así es el juego”.
La única similitud que encuentra el investigador de la UNAM entre estos políticos es el protagonismo con el que se manejan, aunque reconoce que lo hacen por intereses distintos, “Ochoa no está persiguiendo una candidatura como tal, en cambio López Obrador ya tiene asegurada su presencia en la boleta electoral; aunque se supone que Anaya sí tiene la aspiración, ante los últimos acontecimientos, es difícil saber si realmente seguirá con su misma intención”.a
Con respecto al discurso que manejan, señala que el hecho de que no tengan propuestas claras sobre lo que se debe hacer con el país no es nada nuevo; sin embargo, indica que es un gran problema que, justamente, personajes como ellos no logren hacer ningún tipo de diagnósticos, ni hablen de la manera en que se pueden arreglar los problemas en el país.
“Eso es común en los tres, pero el que podría tener una mayor responsabilidad es López Obrador. Pese a tener la candidatura segura no da soluciones. Lleva más de una década intentando ser presidente y no dice claramente lo que va hacer”.
Urge reducir financiamiento público
Romero León señala que el problema en el país es que mientras los partidos políticos tengan el monopolio de candidaturas, y sigan gastando nuestros recursos de la manera en que ellos decidan, no se podrá dar un cambio de fondo.
Asevera que, a fin de acabar con los incentivos negativos para los partidos, es necesario reducir drásticamente el financiamiento público el cual no sirve de nada, “a estas alturas ya nos deberíamos de haber dado cuenta, es ingenuo pensar que con esos recursos nos van a resolver la vida”.
“Nos la pasamos quejando del gobierno y del Estado pero queremos que sea el que haga todo, y eso se traslada a los partidos. Seguimos con la ilusión de que si les damos dinero no van a ir a buscar a los malos para que se lo den, cuando en realidad los malos de cualquier manera ya se lo están dando”.
Otra problemática —asegura— es que en el país no existen verdaderas oposiciones, lo cual es peor que tener al mismo PRI. Explica que al revisar tanto la elección de Coahuila como la del Estado de México donde, pese a que el tricolor obtuvo la mitad de la votación respecto de la pasada elección, no hubo ninguna oposición que le pudiera ganar.
“Eso nos habla de que en el mercado de votantes no hay buenas opciones, se requiere que haya una verdadera oposición que le pueda ganar. Lo mismo para que los gobernantes se vean más vigilados en cuestiones de corrupción pues es justamente la oposición la que destapa los escándalos y la que puede hacer algo contra los gobernantes. Mientras no haya una oposición real esto no va a funcionar”.
La sociedad debe exigir
El investigador del ITAM considera que 2018 será una buena oportunidad para exigir como sociedad muchas cosas y la mejor manera de hacerlo es a través de nuestro voto, “es decir, no votemos por opciones que consideramos vacías”.
Otra forma —dice— es que por medio de diversas organizaciones se logren transparentar los recursos que están usando, presionar para que haya nuevas opciones tanto de candidatos como de partidos para que haya una mayor pluralidad. Sin embargo, advierte que para lograrlo se requiere una muy buena organización y tiempo de ciudadanos que estén dispuestos a hacerlo.
Aunque reconoce que hoy tanto los partidos como el Estado continúan con el control de muchas cosas, destaca que a diferencia de la elección presidencial de 2012 hoy existen más fuerzas en la sociedad que pueden ayudar a ejercer presión.
“Hace falta cambiar las reglas para que ya no siga siendo el Estado el que decida quién puede ser o no candidato, lo que se puede hacer a través de imponer diversas restricciones tanto a partidos como a independientes”.
Como sociedad —asevera— hay dos cosas que se pueden hacer con cualquier personaje que busque algún cargo de elección popular; en primer lugar, mirar hacia atrás y analizar lo que han hecho y cómo lo han hecho. En segundo lugar, ver hacia delante, “que nos digan exactamente qué van a hacer, que no salgan con el discurso de ‘voy a acabar con la corrupción o a mejorar la seguridad’. Esas son recetas para la desilusión”.
“Pensemos en el caso de Margarita Zavala. Si vemos hacia atrás, tiene 20 o 30 años viviendo de nuestros impuestos, no recuerdo ni una sola acción memorable como funcionaria o como legisladora de Margarita; es decir, eso de que va a venir a resolver las cosas no lo creo pues ha tenido más de 20 años y no ha hecho nada”.
Los independientes y el Frente
Al hablar sobre la gran cantidad de personajes que han registrado su intención de ir por una candidatura independiente, Romero León considera que en un país tan diverso como el nuestro, más allá de que sean mucha la gente que se llegue a inscribir lo más importante es que los votantes puedan decidir quién es una buena o mala alternativa para el país.
“En principio deberá registrarse quien quiera hacerlo, los votantes decidiremos. Es muy difícil juzgar quien debe o no inscribirse, sobre todo cuando en la actualidad el sistema de partidos que tenemos no es el mejor. Pese al hecho de que se pueda registrar cualquier persona puede generar algunos problemas, esa opción es mejor que seguir dependiendo de un sistema que es el que elige quién se registra y quién no”.
Reitera que todo lo que tiene que ver con el dinero público toma mucha relevancia, pues mientras se sigan financiando cosas con ese dinero, van a seguir existiendo incentivos para que todo el mundo quiera crear un partido o busque ser candidato.
“El dinero público debe dejar de ser un incentivo; si quiero ser candidato pues tendrá que ser una inversión. Por lo menos que les cueste la pena de ir a pedir dinero a los votantes, que ya no se vea como un negocio. En el momento en que a uno le cuestan las cosas, las piensas mejor”.
Respecto al Frente Ciudadano por México, impulsado por PAN, PRD y Movimiento Ciudadano, el analista político afirma que como estrategia electoral es un gran movimiento con miras a futuro, “se unieron al darse cuenta de que solos no iban a lograr nada y, por el contrario, juntos podían lograr muchas cosas”.
“Incluso sin ganar la presidencia hay muchas gubernaturas en disputa, está la Ciudad de México, así como presidencias municipales, por lo que electoralmente va a funcionar, pero en términos de mejorar las cosas en el país no veo ningún aporte, es una coalición más integrada por los mismos con los mismos, no cambia nada”.
@emma_iza