Para evaluar el significado de la renegociación del Tratado de Libre Comercio de  América del Norte (TLCAN), hay que decir que en lo general ha operado para beneficiar a los empresarios de Estados Unidos y Canadá, y pérdidas sin precedente para el pueblo mexicano. Hay que recordar que los tratados de libre comercio han sido promovidos por el gran capital financiero internacional, porque ante la mayor crisis económica que ha vivido el capitalismo y que se inicia en los años setenta del siglo XX, la estrategia del gran capital fue impulsar el proceso de globalización, para lo cual necesitaba conseguir la libre movilidad del capital a lo largo del mundo, y esto a su vez exigía el abatimiento de las fronteras económicas.

En el caso de México, ciertamente la entrega de los recursos naturales y humanos al capital extranjero, y la caída drástica de los niveles de vida de la población no pueden atribuirse como consecuencia únicamente del TLCAN, sino en general de las reformas estructurales y las políticas neoliberales, pero es innegable que el tratado consolidó la apertura irrestricta a la inversión extranjera, en la que se inscribe la reforma energética y la consecuente entrega del recurso natural más importante del país a la explotación de empresarios extranjeros, principalmente, y algunos (muy pocos) capitalistas mexicanos.

Que el TLCAN ha beneficiado de manera fundamental a los empresarios de Estados Unidos puede observarse en la actitud de los capitalistas de ese país, por ejemplo, las declaraciones de la US Chamber of Commerce que reúne  314 cámaras locales y estales, que representan tres millones de empresas, y que ha anunciado que recurrirá a la Suprema Corte de Justicia de ese país para impedir que el tratado llegue a su fin.

La negociación también ha evidenciado no solo que lo único que México exporta es fuerza de trabajo, ya sea en el valor agregado a las mercancías (cuyos insumos son importados en su mayor parte y que, finalmente, son exportadas por empresas extranjeras), ya sea con sus propios pies a través de la migración. También ha mostrado la negociación que la competitividad de la economía mexicana está sustentada en la baratura de la fuerza de trabajo mexicana, pues los salarios aquí son ocho o diez veces más bajos que los prevalecientes en Canadá y Estados Unidos.

Tan lo saben muy bien los empresarios de aquí y de allá que los negociadores de allá buscaron incluir en el acuerdo la elevación de los salarios en nuestro país, y los empresarios y los funcionarios mexicanos respondieron, sin ningún recato y más bien escandalizados de la propuesta, que ese tema no era negociable. Es también importante destacar que, al plantearse, por las actitudes de Trump (que como es obvio, no entiende nada de economía), la posible finalización del TLCAN, los empresarios mexicanos han estado advirtiendo no solo la necesidad de buscar otros mercados de exportación, sino también el interés por fortalecer el mercado interno, para lo que es necesario, y así lo reconocen, elevar los salarios, pues en su nivel actual, la mayoría de los trabajadores apenas sobreviven y no representan una demanda suficiente para las mercancías de los capitalistas.

Ahora que terminada la cuarta ronda de negociaciones se plantea la posible terminación del TLCAN, hay que señalar que en el corto plazo, por no decir en lo inmediato, tendría fuertes consecuencias de desestabilización para la economía mexicana, principalmente porque provocaría una fuga de capitales y una devaluación del  peso, como ya se está viendo con la sospecha del fracaso de las negociaciones. Sin embargo, en un sentido de largo plazo, su extinción sería lo más benéfico para México y las clases trabajadoras del país, en cuanto disminuiría las facilidades de los inversionistas extranjeros para apoderarse de los recursos de México. Desde luego, lo peor que puede ocurrir, y no estamos a salvo de que suceda, es que los negociadores mexicanos quieran salvar a toda costa el tratado y cedan todavía más a los intereses de Estados Unidos y acabemos con un TLCAN todavía más perjudicial para México que la actual versión.