De acuerdo con la Oficina de Naciones Unidas sobre las Mujeres (ONU Mujeres), para el año 2030 se ha planteado, entre otros Objetivos del Desarrollo Sostenible (ODS), la meta de lograr que el planeta alcance la igualdad de género, el famoso 50-50. La tarea es titánica, si tomamos en cuenta la brecha gigante que existe en la actualidad, pero sobre todo el contexto desfavorable en todo el orbe.

De acuerdo con este organismo, el 47 % de los líderes mundiales afirma estar a favor de las cuotas de género en los puestos de liderazgo, tanto en el sector público como en el privado, pero la realidad hasta el momento arroja que las mujeres no alcanzan ni la tercera parte de los puestos de dirección.

Una encuesta realizada este año a más de 70 mil personas por la famosa consultora McKinsey & Company, conocida en el ámbito de los negocios como “The Firm” (La Firma), arroja como resultado que el 39 % de las mujeres considera que su género obstaculiza que obtengan un aumento salarial o un ascenso. Si a eso se suma que en los niveles más altos, sólo una de cada cinco personas son mujeres y menos de una de cada treinta es una mujer de color (negra), el panorama luce desolador.

Además, la situación empeora en sectores más modernos o de mayor crecimiento, como las áreas científicas, la ingeniería, las matemáticas y las empresas tecnológicas, donde son peor pagadas y no encuentran oportunidades para su desarrollo.


De acuerdo con la ONU Mujeres, en general, en el mercado laboral, la mujeres en todo el mundo, ganan en promedio, 0,77 centavos, por cada dólar que gana un hombre, además de que la mayoría soporta una carga de trabajo extra en la casa. Y estamos hablando de países desarrollados o en vías de desarrollo, pero la situación empeora en los países más pobres o con regímenes autoritarios, donde persisten situaciones muy graves como los matrimonios infantiles, las mutilaciones genitales.

El embarazo sigue siendo una de las condiciones principales para ejercer la discriminación laboral y aun en las sociedades occidentales ricas, es un elemento indirecto para el desarrollo laboral de las mujeres.El otro gran problema es la violencia. De acuerdo con la ONU Mujeres, una de cada cinco mujeres y niñas (entre 15 y 49 años), afirmó haber sufrido violencia sexual y/o física por parte de algún compañero sentimental, además de que, por lo menos en 49 países no existen leyes que protejan a las mujeres de la violencia doméstica.

Cuando cerraba este material, se publicaba en España un estudio realizado por el Centro Reina Sofía sobre Adolescencia y Juventud de la Fundación de Ayuda contra la Drogadicción (FAD), el cual señala que más del 20 por ciento de los españoles entre 15 y 29 años de edad, considera que la violencia machista es un tema “politizado que se exagera mucho” y uno de cada 4 considera que “agredir o insultar” es una conducta “normal” dentro de la pareja. Como se ve, la educación sigue siendo el talón de Aquiles. El 50-50 es una buena meta, pero parece que el 2030 no alcanza, aunque no se debe dar ni un paso a atrás para lograrlo.