Como nunca antes, los partidos políticos están siendo cuestionados tanto por sus doctrinas como por los posicionamientos morales. Sobre todo cuando las recientes alianzas que se han concretado demuestran que los dirigentes partidistas están dejando a un lado su congruencia ideológica por defender la única congruencia que parece valer en política: perseguir, conseguir y administrar el poder.

“No tienen nada que temer. Vamos a respetar la diversidad sexual”, dijo Andrés Manuel López Obrador al justificar la alianza electoral con el Partido Encuentro Social (PES). Sin embargo, su decisión no fue bien vista entre varios sectores de la sociedad de cara al proceso electoral de 2018.

Pese a que el tabasqueño aseguró que la unión con el PES tiene implícito un fundamento moral y que independientemente de la política tiene que ver con que en Morena existe respeto a la libertad de creencias, defensores de los derechos de la comunidad lésbico gay, como la activista Patria Jiménez, afirman que López Obrador les dio la espalda. Sobre todo al decir que esta alianza no es por un candidato o programa de gobierno, sino que “incluye valores culturales, morales y espirituales. No sólo busca ganar la presidencia para lograr el bienestar material, sino también para buscar el bienestar del alma. No solo de pan vive el hombre”.

Pero no sólo la alianza de Morena con el PES ha sido cuestionada, también la del PAN con el PRD y Movimiento Ciudadano, pues para muchos analistas con esta coalición el PAN traicionó a sus principios.

 

Unión más positiva que negativa

Al hablar sobre la alianza entre Morena y el PES, el analista político y periodista Eduardo Huchim May asegura a Siempre! que se debe a una decisión pragmática por parte de Andrés Manuel López Obrador, ante el escenario electoral que se le avecina en 2018.

“Lo que quiere López Obrador es poder garantizar unos puntos adicionales a los que ya llevaría en las urnas, para buscar aproximarse a la posibilidad del triunfo. Es una medida pragmática aunque también es verdad que no existe una afinidad ideológica, ni política entre esas dos fuerzas”.

Destaca que frente a los fines político-electorales, en muchas ocasiones, los políticos deciden privilegiar el pragmatismo sobre la ideología, “aunque Morena no es un partido de ultra izquierda, como algunos los quieren caracterizar, sí es un partido que se queda en la izquierda moderada a diferencia del PES en dónde sí hay una ideología claramente conservadora”.

Por ello, explica Huchim May, que ante la diferencia ideológica, incluso contrapuesta en algunos temas como son el aborto, el matrimonio igualitario, es que se da una resistencia al interior de Morena a la hora de aceptar esta alianza, como la que simbólicamente encabezaron en público la escritora Elena Poniatowska y la activista social Jesusa Rodríguez, al enarbolar un cartel que decía “No al PES”.

Huchim May afirma que ante el impacto que ha tenido esta alianza en Morena es que López Obrador ha tratado de minimizar los temas que están relacionados con los derechos de la diversidad sexual, pues sabe que aunque el PES insiste en no ser calificado como religioso, es algo que no puede evitar.

“Aunque es cierto que no es un elemento que se pueda considerar como negativo, pues todos tenemos los mismos derechos sin importar nuestras creencias religiosas, la verdad es que ha habido señalamientos que dejan claro que el PES tiene una afinidad con las iglesias protestantes, que tiene un conglomerado ciudadano al que a López Obrador le interesa atraer”.

Respecto al costo político que pudiera traerle a Morena y su líder, Huchim May considera que en términos de números de votos todo indica que más que negativo puede ser positivo, “hay que tomar en cuenta que el PES tiene entre sus filas a gente que de ninguna manera votaría por López Obrador ni por su partido, si de por medio no hubiera una alianza de este tipo”.

“Además, la ganancia de esta alianza para los dos partidos puede resultar positiva, porque entre los intereses del PES se encuentra el poder obtener la simpatía de los militantes de Morena para lograr conseguir victorias electorales en los estados”.

Una apuesta por el voto evangélico

La apuesta de López Obrador, dice Huchim May, es atraer a sus filas el voto evangélico, cristiano o protestante, “sobre todo cuando tiene en cuenta que entre los católicos existe una división en lo que tiene que ver con la doctrina social, pues un sector se inclina por la postura de la Iglesia, pero otros por la propuesta de López Obrador, sobre todo en los que tiene que ver con los programas asistenciales para favorecer a algunos sectores de la sociedad”.

“Hay coincidencia en un sector, pero otro que se acerca más al panismo rechaza la candidatura del tabasqueño y no lo quiere como presidente, porque piensa que las políticas de izquierda serán contrarias a sus creencias y a sus intereses socio-políticos. Es justamente ese voto el que le interesa a López Obrador atraer”.

Aunque, señala que la resistencia dentro de Morena es menor, ante la falta de coincidencia entre los postulados de la izquierda y la ideología del PES el verdadero costo político se podrá conocer “en la encuesta de las encuestas, que será la elección. Ahí veremos si esta alianza le reditúa o no a López Obrador. Desde la perspectiva de diciembre de 2017 yo diría que sí”.

De acuerdo a Huchim May, es importante recordar que en la elección de 2018, no sólo López Obrador, sino todos los partidos de oposición, a lo que se van a enfrentar no es a un partido político, ni a una coalición de partidos políticos, sino a la fuerza del aparato del Estado mexicano que estará puesta al servicio del partido en el poder, como sucedió en las elecciones pasadas en el Estado de México.

En esta perspectiva, considera Huchim May, que ante un adversario de esta dimensiones es claro que sobre todo los partidos de oposición deberán de prepararse y ponerse en alerta para no ser arrasados en esta elección, “deben tomar conciencia de que enfrente tienen a un presidente dispuesto a violar cuanta ley hay en materia electoral para mantener a su partido en el poder”.

El exconsejero en el Instituto Electoral del Distrito Federal, afirma que ante una operación del Estado, como la que se avizora, tanto a los partidos como a los candidatos no les importará hacer lo que sea.

Sistema de partidos, erosionado

“El pragmatismo prevalecerá por encima de los principios, las convicciones y de las ideologías, lo cual es lamentable, pero ante las circunstancias, es hasta cierto punto explicable. Por eso se están dando este tipo de alianzas en las que se unen el agua y el aceite. El ejemplo más claro es la alianza entre PAN y PRD, o bien, la de Morena con el PES”.

Ante un marco en el que se ve a un PRI y a sus aliados decididos a ser casi todo por retener el poder, Huchim May dice que lo más deseable es que se pueda dar una alianza entre la oposición completa, “no estoy hablando de una alianza para presentar a un candidato común. Eso no fue ni sería deseable. Me refiero a una alianza electoral en términos de defensa del voto, de la equidad”.

“Una alianza que se podría dar si los dirigentes de los partidos de oposición se percatan del desafío que tienen enfrente; es decir, si se dan cuenta de que no van a competir en términos de equidad, que no tienen en frente una coalición o un partido sino al aparato del Estado, donde se incluyen instituciones electorales mediatizadas, minadas”.

En torno a si el sistema de partidos, el analista político señala que en estos momento lo que se puede ver es una erosión, “no tanto por el sistema en sí mismo, sino por el hecho de que la mayor parte del electorado no se siente representado”.

Afirma que así lo dicen todas las encuestas pues en estos momentos los partidos tienen un pésima imagen entre el electorado, “todos en general, quizá los que pudieran tener un problema menor en ese sentido son los de más reciente registro, pero también están incluidos”.

Huchim May considera que lo que está causando la erosión de la imagen de los partidos es que no han trabajado cerca del electorado, desde hace mucho tiempo. Sin embargo, dice que pese a que en el país los ciudadanos manifiestan su repudio por dicho sistema, de cualquier manera siguen votando por ellos.