¿Cómo renegociar cultura y comunicaciones dentro del NAFTA?/IX-X
Durante el proceso de renegociación del Tratado de Libre Comercio (TLC) entre México, Estados Unidos y Canadá, además de los acuerdos formales visibles que se plasmaron, también se establecieron distintos pactos indirectos que trastocaran medularmente la operación del modelo de comunicación y cultura para los próximos años en México. Dentro de las principales repercusiones indirectas que se ocasionaran destacan las siguientes:
Frente a la renegociación histórica de la cultura y las comunicaciones dentro del nuevo TLC en 2017, siendo que el Estado renunció a la protección de dichas entidades en esta dinámica de acuerdos trilaterales, la sociedad civil debe exigir la creación de una nueva estrategia integral que privilegie la cultura y las comunicaciones como elementos nodales del desarrollo nacional y no solo como “objetos” o “mercancías” aisladas de entretenimiento, diversión, decoración, placer, lujo o folklorismo que se comercian para obtener fuertes ganancias monetarias. Para ello, es indispensable que el Estado mexicano considere dentro de la negociación, entre otros, los siguientes presupuestos estratégicos con el fin de no volver a repetir los errores históricos anteriores que perjudicarían más al país en las próximas décadas.
En relación a la función del Estado
- Es necesario elaborar una nueva concepción del nacionalismo que no sea el “nacionalismo del mercado” que se introdujo en la década de los noventas con el fin de respaldar la firmar del TLC en 1994, para ahora reconstruir otra alma del “nacionalismo social” donde la cultura y la comunicación se conviertan en parte del corazón del desarrollo colectivo.
- Se requiere rescatar el rol activo del Estado como promotor de la cultura y de la comunicación de servicio público y no simplemente entregar esta acción estructural a la dinámica autorregulatoria de la “mano invisible” del mercado que la reduce a un instrumento eficaz para la acumulación económica.
- El Estado debe recobrar su función rectora en el campo de la comunicación y la cultura frente a la dinámica salvaje que han alcanzado las fuerzas del mercado en éste terreno superestructural, para construir un nuevo proyecto de información nacional de servicio público basado en la participación intensiva de las comunidades.

En la esfera de la cultura
- La cultura y la comunicación deben entenderse como elementos vertebrales del proyecto de crecimiento y de construcción de la identidad nacional y no como “mercancías simbólicas” aisladas que solo se venden para obtener ganancias, cada vez mayores.
- La renegociación de la cultura no debe comprenderse como la mera reactivación instrumental de una nueva política comercial trilateral de la misma, sino como la práctica y expansión de un derecho humano básico que ya quedó consagrado en la Constitución en 2013 y en la nueva Ley General de Cultura y Derechos Culturales en 2017.
- Es imperativo concretizar en proyectos de acción gubernamental la nueva garantía constitucional del derecho de acceso a la comunicación de servicio público y a la cultura como un “bien social” y una garantía ciudadana elemental a la cual deberán acceder y ejercer todos los mexicanos.
- La renegociación de las políticas culturales y comunicativas deben generarse orgánicamente desde las grandes necesidades de crecimiento y sobrevivencia de la población y no desde los requerimientos unilaterales de la dinámica caprichosa o parasitaria de la reproducción ampliada del capital nacional y multinacional.

