Aunque la demagogia se ha utilizado desde hace décadas, la moda de mentir abiertamente ante toda la nación la inició Vicente Fox y parece que ya se va volviendo costumbre, a juzgar por las declaraciones gubernamentales que afirman que la economía va en pleno crecimiento, que en la actual administración se han creado más empleos que en toda la historia o que el salario ha subido un 20 por ciento. En cuanto al comportamiento de la economía, hay que señalar que la tasa de crecimiento empezó a bajar desde que se implantaron las políticas neoliberales exigidas por el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional en 1982. Antes, la tasa promedio era de 6 por ciento anual, en cambio entre 1983 y 2012 la tasa de crecimiento de la economía en promedio bajó a 2.39 por ciento y de 2013 a este 2017 bajó todavía más a sólo un 2.05 por ciento. En conjunto, pues, las políticas neoliberales y las reformas estructurales lejos de enfrentar la crisis, han acentuado la caída de la economía.

En cuanto al empleo, hay que señalar que de acuerdo con los datos del INEGI la población ocupada aumentó en el sexenio de Calderón en 4 millones 879 mil 664 personas y de 2013 hasta el primer trimestre de este 2017, el aumento registrado fue de 3 millones 37 mil 624 personas.  A lo mejor al final del sexenio de Peña Nieto se llegue a superar la cifra, pero hasta ahora eso no ha ocurrido, como lo demuestran los datos referidos al total de la economía que publica el INEGI.

En lo que ha habido aumento es en el número de asegurados en el Instituto Mexicano del Seguro Social, que como es obvio sólo se refiere a una parte de los trabajadores y aunque es un indicador del empleo, no cuenta, como el INEGI, el total de la población ocupada, es decir, de la que está empleada.

Más importante aún es que a pesar de este aumento de los asegurados, la economía informal, es decir la que se coloca al margen de las normas y donde los trabajadores carecen de prestaciones y derechos, entre ellos precisamente la del Seguro Social, sigue representando alrededor del 60 por ciento de la economía, lo cual es una proporción tan exagerada que hasta la OCDE, que no suele preocuparse por las condiciones sociales, ha llamado a que se disminuya.

Y todavía más grave, y por supuesto eso no se dice, es que en la actual administración ha habido una tendencia a bajar la calidad de los empleos, pues han aumentado las plazas en las que se devenga sólo un salario mínimo y, en cambio, han disminuido aquellas que se ubican entre más de tres y cinco salarios mínimos. Dicho en otras palabras, lo que se ha creado es empleo precario, a costa de los empleos un poco mejor pagados.

Con el reciente aumento al salario mínimo a 88.36 pesos diarios, quienes se encuentran en ese nivel, que han aumentado en este sexenio en un millón 73 mil  y que suman 7 millones 442 mil  trabajadores, tendrán que vivir con 2 mil 650 pesos al mes. Quienes reciben más de tres salarios mínimos y hasta 5 salarios mínimos, (como son estadísticas referidas a 2017, todavía se rigen por el salario de 80.04) han disminuido en 807 mil para sumar ahora 6 millones 601 mil y reciben máximo 12 mil pesos. Los de más de cinco salarios mínimos disminuyeron en un millón 219 mil y ganan arriba de los 12 mil pesos mensuales.

En resumen, la economía crece hoy menos, no ha habido un aumento histórico del empleo, no se ha conseguido disminuir la informalidad y hay una tendencia clara a la precarización del empleo.