Inicialmente, entre las líneas de investigación sobre los hechos ocurridos el 26 y 27 de septiembre del 2014 en Iguala figuró el que el grupo de Guerreros Unidos consideró que los estudiantes de la Escuela Normal “Isidro Burgos” de Ayotzinapa, actuaron como punta de lanza de Los Rojos para arrebatarles en control de esa de la región Norte del estado de Guerrero.

La Procuraduría General de la República (PGR) decidió dejar de lado la línea de investigación relacionada con la posible penetración de la organización criminal de Los Rojos en dicho centro de estudios por considerar que no hay elementos suficientes para comprobar nexo, según se dio a conocer en diciembre del 2017.

Cuatro integrantes de Guerreros Unidos que participaron en el ataque de esa noche coincidieron en que en el grupo de normalistas había infiltrados pertenecientes de Los Rojos según consta en el expediente de la PGR.

Además mencionaron a Omar Vázquez Arellano, uno de los sobrevivientes, como hermano de un miembro de Los Rojos quien fue ejecutado meses antes; sin embargo, esa línea relacionada con la disputa de las plazas de las regiones centro y norte de Guerrero entre ambas organizaciones antagónicas dejó de ser una prioridad para la PGR, pero las huellas se permiten concluir que se trata de una posibilidad latente.

El cártel de Los Rojos fue una de las fuerzas que actuaron principalmente en esos trágicos hechos, se trata de una agrupación criminal cuyos antecedentes más remotos se ubican 2011, bajo las órdenes del Cártel de Sinaloa liderado por Arturo Beltrán Leyva, después de la muerte de Beltrán Leyva (en 2009), Édgar Valdez, alias, ‘La Barbie’ asumió el liderazgo hasta su detención en el año 2010.

El cártel está formado principalmente por integrantes de la familia Arellano, originarios de Guerrero.

La familia Arellano cuenta con la protección no sólo de autoridades municipales, sino también estatales. Se les vincula con grupos del narcotráfico disímbolos, como los Beltrán Leyva y Los Zetas, incluso con los Arellano Félix.

En 2012, Crisóforo Rogelio Maldonado Jiménez, alias “El Bocinas” y líder de la organización fue asesinado dentro de las instalaciones del Hospital Médica Sur de la Ciudad de México por Guerreros Unidos, grupo delictivo y se presume rival de Los Rojos.

Antonio Elí Miranda Román, alias “La Moña”, sustituyó a Crisóforo, pero al igual que sus antecesores, fue abatido en 2013 en Tequesquitengo, Morelos.

El 6 de marzo de 2014, elementos de la Policía Federal detuvieron a María del Carmen Nava Romero, esposa de Rogelio Maldonado, “El Bocinas” y presunta lideresa del cártel. Nava está acusada por delitos en contra de la salud, secuestro y extorsión.

El 11 de abril de este año, Antonio Reina Castillo fue detenido por la Policía Federal. A quien le apodan “La Borrega” es el presunto líder de este cártel en el municipio de Tixtla, en Guerrero.

El 12 de febrero del 2016, Onésimo Castillo Adame El Bombón, presunto operador del grupo delictivo Los Rojos en la zona de la Sierra y la capital de la entidad  fue detenido por agentes ministeriales.

La captura se realizó en la cabecera municipal de Tecpan de Galeana, en la región de la Costa Grande de Guerrero, donde El Bombón se había refugiado junto a su hermano Luis Castillo, entonces director de Planeación y Presupuesto del ayuntamiento que encabezado Leopoldo Soberanis, alcalde priista ligado a la delincuencia,

Onésimo Castillo es hijo del dirigente perredista Luis Castillo García, quien desde la administración del ex gobernador Ángel Aguirre tiene asignada una escolta de la Policía Preventiva Estatal (PPE).

Además  Onésimo Castillo es yerno de José Nava Romero, Don Che, ex líder de Los Rojos que fue asesinado en junio del 2013 en la ciudad de Puebla y hermano del fundador de este grupo delictivo surgido en el poblado serreño de Corral de Piedra, Jesús Nava Romero, ex lugarteniente del extinto capo Arturo Beltrán Leyva, ambos abatidos por la Marina en diciembre de 2009 en Cuernavaca.

El supuesto de la existencia de  grupos delictivos infiltrados en el grupo de normalistas tiene como autor intelectual a Víctor Hugo Palacios Benítez, apodado El Tilo, jefe de plaza de Guerreros Unidos en Iguala y la primera pista de la infiltración de Los Rojos en la normal de Ayotzinapa la aportó Sidronio Casarrubias.

El jefe de Guerreros Unidos capturado el 16 de octubre del 2016 en el Estado de México, entonces declaró que entre los más de 50 normalistas que fueron a Iguala, iban 17 jóvenes miembros de una célula del grupo criminal de Los Rojos, cuya principal misión era asesinar a Benítez Palacios.

Miembros de Guerreros Unidos, involucrados en el crimen, se refirieron desde el principio a “El Tilo” como la persona que reportó  la existencia una célula de Los Rojos en el grupo de estudiantes y habían intentado asesinarlo durante el ataque en el autolavado.

Jesús Murillo Karam, entonces Procurador General de la República, la tomó como como válida. Otros testimonios de jefes de Guerreros Unidos desmentían lo dicho por El Tilo.

Información recabada en su momento por Murillo Karam sugería que en uno de los autobuses secuestrados por los normalistas, llevaban un cargamento de heroína y quizás hasta dos cuerpos, con el propósito de calentar la plaza.

Hubo versiones que desmintieron la existencia del quinto autobús y los peritajes de entonces no tenían evidencia de la existencia de droga en ese autobús.

No obstante, no poder corroborar la existencia un cargamento de droga en el autobús es una cosa y la penetración de Los Rojos en Ayotzinapa es otra. Una grabación entre el líder de los estudiantes de Ayotzinapa, Omar Vázquez Arellano, y un sujeto no identificado que  le informa que la banda criminal conocida como Los Ardillos habían tratado de secuestrar a cuatro normalistas, presuntamente vinculados con Los Rojos.

La fuente de esa información fue Luis Alberto Hernández Martínez, “el compañero Botas”, quien es hermano de Miguel Ángel Hernández Martínez, “El Botitas”, uno de los 43 desaparecidos en Iguala. El hermano de Vázquez Arellano, Israel, desapareció en Chilpancingo en noviembre de 2013.

Para entonces, el gobierno sabía que Los Rojos controlaban Chilpancingo y tenían vinculaciones con el ERPI, algunos de cuyos miembros están relacionados con el tráfico de opio, el principal cultivo en esa zona de la Tierra Caliente guerrerense.

En octubre del 2014, el grupo en armas emitió un  comunicado dando a conocer los nombres de los principales jefes de Guerreros Unidos y sus redes de protección institucional.

Un juez autorizó a agencias de EU interceptar 11 teléfonos celulares entre finales de 2013 y octubre de 2014 como parte del caso contra narcotraficantes de Guerreros Unidos donde se detectó una comunicación especialmente “intensa” entre el 24 de septiembre y el 24 de octubre de 2014, donde impera la confusión.

Los integrantes de GU creían que un grupo del grupo criminal Los Rojos, enviados por Santiago Mazari, ‘El Carrete’, pretendía tomar la plaza de Iguala y supusieron que la movilización de los estudiantes normalistas de Ayotzinapa, —quienes pasaban por Iguala para ir a la manifestación del 2 de octubre en Ciudad de México— era parte de la operación rival. Este supuesto habría precipitado los hechos.