Después de 18 años, Andrés Manuel López Obrador hace historia tal como el nombre de su coalición lo decía: Juntos Haremos Historia, con el apoyo de más de 53 por ciento de los votos logra que por primera vez México tenga un presidente de izquierda. A diferencia de hace seis, pero sobre todo de hace 12 años, la respuesta de los contrincantes ha sido diferente, pues antes de que salieran los resultados oficiales reconocieron su derrota.

El primero en salir a felicitar a López Obrador y reconocer que los resultados no le eran favorables fue el candidato de la coalición Todos por México, José Antonio Meade; después de él, los mensajes siguieron en cascada, entre ellos el del candidato de la coalición Por México al Frente, Ricardo Anaya, pero todos con el mismo tono: seguir trabajando por el bienestar de México.

El mismo López Obrador, tras su triunfo y agradecer a sus oponentes que hayan reconocido su victoria electoral, llamó a todos los mexicanos a la reconciliación y a poner por encima de los intereses personales, por legítimos que sean, el interés superior, por lo que ofreció una transición “sin sobresaltos”.

“Vamos nosotros a actuar de manera respetuosa y la transición va a ser ordenada para que se mantenga la estabilidad económica y financiera, para que no haya sobresaltos, y de esta manera sacar adelante al país”.

Como parte de las acciones que realizará desde el primer día de gobierno para lograr una transición con armonía, anunció que se reunirá con el presidente Enrique Peña Nieto este martes 3 de julio a las 11:00 horas, no sin dejar de reconocer el comportamiento respetuoso que tuvo el mandatario en este proceso.

Por su parte, luego del anuncio del conteo rápido del INE, el presidente Enrique Peña Nieto dijo en su mensaje que trabajará para que la transición con el nuevo gobierno se realice de manera tranquila.

Al coincidir en que lo más importante de esta elección era ganar la presidencia, Telésforo Nava, académico e investigador en el área de Ciencias Sociales de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM-Iztapalapa), y Pablo Hiriart, director general de información política y social de El Financiero, en entrevista con Siempre!, señalan que a partir del triunfo de Morena y López Obrador habrá una transición tersa y tranquila debido a que contamos con un presidente saliente demócrata que le dará todas las facilidades al ganador.

Telésforo Nava indica que hay que tener en cuenta que una cosa es el candidato de la coalición Juntos Haremos Historia que está acostumbrado a hacer alharaca electoral, y otra será a partir de ahora que llega al poder; “en campaña les podía decir que eran la mafia del poder, que eran unos rateros insaciables. Ahora no seguirá con el mismo discurso, por el contrario, se va a sentar a negociar con los grandes poderes económicos del país, no lo veremos confrontarse con ellos como verbalmente lo hizo en la campaña”.

“Nada más hay que recordar que cuando gobernó la Ciudad de México siempre andaba del brazo de Emilio Azcárraga, Salinas Pliego, Carlos Slim. El problema surgió cuando Vicente Fox comenzó a operar el desafuero y Andrés Manuel perdió el control, pues eso es lo que sucede con Obrador, que ante cualquier revés o provocación pierde el control y empieza a despotricar, a amenazar, a decir barbaridades”.

El investigador de la UAM-Iztapalapa recuerda que en un principio, a la llegada de López Obrador al gobierno de la ciudad, el entonces perredista buscó cómo estar bien con los  grandes empresarios y cómo dejarles los negocios, “ahí está el caso de Slim, quien le pidió el centro de la ciudad y López Obrador le dijo: sí, es de usted. Esa va a ser la forma de operar del nuevo presidente”.

Además de los acuerdos —dice—, el fuerte de López Obrador serán los programas sociales, como lo fueron en la Ciudad de México, “habrá apoyos a madres solteras, apoyo a la tercera edad, apoyos, apoyos, apoyos. De esa manera va a tratar de mostrar a la gente que está dando los beneficios que prometió”.

La narrativa del miedo

Al hablar sobre las diversas declaraciones que se dieron en vísperas de la elección por parte de la presidenta de Morena, Yeidckol Polevnsky, en torno a que quienes intentaran perpetrar un fraude en los comicios se encontrarían “con el diablo”, y la advertencia de López Obrador en marzo pasado respecto a que en caso de no ganar la presidencia a ver quién iba a detener al tigre, Telésforo Nava asegura que por lo menos en lo que respecta a las declaraciones de la líder morenista fueron completamente anormales, sobre todo cuando el panorama indicaba que tenía amarrado el primer lugar, tal y como sucedió.

“Creo que pese a que los números les favorecían, en Morena contaban con cierta información que les preocupaba, sobre todo cuando veían la operación que estaba realizando el PRI. Aunque también lo que buscaban era crear temor. Hacer ver a su militancia que tenían que vigilar todas las casillas”, pues recuerda que uno de los problemas que siempre tuvo López Obrador en las elecciones pasadas fue que no contaba con el número necesario de representantes para todas las casillas.

Además destaca que, por el otro lado, el hecho de que el tabasqueño durante toda su campaña haya hecho gran alharaca de que tenía segura la presidencia, fue otra manera de lograr un fuerte impacto en todos los niveles de la población, a tal grado que ocasionó que gente de todos los partidos decidirán pasarse a Morena.

“Si durante toda la campaña vimos que gente del PRI, PRD y PAN se pasaron hacia Morena, qué no sucederá ahora con el gran triunfo de López Obrador. El mismo Manlio Fabio Beltrones ya desde antes de la elección estableció una cabecera de playa en Morena a través de uno de sus principales colaboradores, como es Canek Vázquez, que dejó sus más de 25 años en el PRI para pasarse a Morena”.

Sin movilizaciones poselectorales

Respecto a las posibles movilizaciones que se podrían llegar a presentar, Telésforo Nava señala que es muy complicado que en estos momentos se pueda observar a López Obrador haciendo algún llamado a la movilización, mucho menos cuando ya es presidente electo y obtuvo el triunfo de la manera que lo hizo, aunque advierte que “él mismo es parte de la mafia política, como los llama, de esa clase política general de diferentes organizaciones y diferentes partidos, por lo que no se va a enfrentar a ese tipo de sistema”.

Para el caso de los pocos estados que podrían irse a los tribunales —indica— se tiene que ver qué tanta posibilidad tienen de moverse y negociar; “hay que ver si Morena va a comprometerse a fondo en la batalla o va a dejar a los grupos locales a que se rasquen con sus propias uñas, pues tienen que analizar qué tan organizada se encuentra la gente para lograr enfrentarse con grupos locales que saben usar bien las vías ilegales, lo cual no es cosa sencilla”.

El investigador de la UAM y exmiembro del PRD afirma que aunque Morena va a mover a sus abogados, sabe que en estos momentos ya tiene la presidencia en sus manos y eso es una ventaja enorme, “él sabe que de eso depende la manera en que van a actuar los jueces de los tribunales electorales”.

Pablo Hiriart coincide y asegura que en todos los casos en que la diferencia es mínima, impugnarán por las vías legales; “ya no harán manifestaciones violentas porque ahí el dueño del partido es López Obrador y como el dueño ya tiene la presidencia, lo demás es importante, pero secundario. Van a impugnar a través de tribunales y comenzarán a hacer valer su fuerza, la fuerza que tienen como los ganadores de la elección presidencial”.