En medio de una absoluta incertidumbre, esta semana comenzó el ciclo escolar 2018-2019. Pese a que con el inicio de clases también se puso en marcha el Nuevo Modelo Educativo, ante el anuncio del presidente electo de echar abajo la reforma educativa y el regreso de la exlíder magisterial Elba Esther Gordillo no está claro el futuro de la educación en nuestro país.

Sobre todo cuando México aún es uno de los países que más porcentaje de su PIB destina a educación, se ha mantenido en uno de los últimos lugares, en la escala educativo, entre los 36 miembros de la OCDE. De acuerdo con los resultados de la última edición del Programa para la Evaluación Internacional de Alumnos (PISA), nuestro país está por debajo del promedio mundial en calidad educativa.

Ante el panorama, diversas organizaciones de la sociedad civil y analistas han levantado la voz para pedir al próximo presidente que explique con claridad y transparencia el tema de la cancelación de la reforma educativa, pues de acuerdo con David Calderón, presidente ejecutivo de la organización Mexicanos Primero, “cambiar la ley parece el paso fácil, pero cambiar la realidad y las prácticas, es ahí donde está el reto”.

En conferencia de prensa, Calderón, aseveró que dependerá de los docentes si la maestra vuelve a tener el poder que tenía sobre el magisterio, situación que es preocupante, sobre todo cuando dijo “en su momento el liderazgo de Elba Esther Gordillo no representó un avance para el derecho de los niños” y por el contrario sí generó un sistema de sometimiento para los maestros.

Ante el riesgo de regresar a las malas prácticas para ingresar y permanecer en el Servicio Profesional Docente, las cuales existen incluso en el marco de las nuevas leyes de educación, se hizo un llamado al presidente electo, Andrés Manuel López Obrador, para que se les preste mayor importancia a los docentes y no a los sindicatos o liderazgos sindicales en la toma de decisiones.

Al señalar que más que echar atrás la reforma educativa lo que se requiere son cambios educativos, Mexicanos Primero recordó que los cambios en educación siempre se quedan cortos por lo que debe haber ajustes y modificaciones pues “es ignorante pensar que una abrogación mejora algo”.

Más allá de quedarse en el diseño de la política educativa y en su implementación, urgió al próximo gobierno a ser más claros en qué es lo que se quiere derogar de la reforma educativa y sobre todo que en los foros de consulta que se van a realizar sean tomados en cuenta los niños.

Juan Alfonso Mejía, director de la organización, criticó que los niños del país hayan regresado a clases en medio del bullicio político causado por el regreso de Elba Esther Gordillo y el anuncio de López Obrador de echar atrás la reforma educativa, por lo que exigió que en el país haya “menos política y más política educativa”.

Para Marco Fernández, profesor de la Escuela de Gobierno del Tecnológico de Monterrey e investigador de México Evalúa, la falta de inclusión en las oportunidades educativas que se brindan en nuestro país, sin duda, se encuentran ligadas a la excesiva influencia que han tenido el sindicato magisterial y sus lideres en la gobernanza del sistema educativo, por lo que asegura a Siempre! que el intento de la maestra Elba Esther Gordillo de regresar a controlar el magisterio, definitivamente, no son buenas noticias para la educación.

“No es que la educación estuviera en jauja sin ella, pero si de por sí la situación ha sido complicada, con su regreso se mantendrá la idea de recuperar canonjías o controles de gobernanza, sobre todo en aspectos fundamentales como el control de puestos en la administración publica educativa, que para nada son buenas noticias”.

Sobre todo cuando recuerda que más allá de que las organizaciones de la sociedad civil la hayan señalado como uno de los obstáculos o de los factores asociados a los malos resultados educativos, “es un diagnóstico compartido por diversos analistas, incluso por miembros de la propia clase política. Todos fuimos testigos de sus chantajes y presiones, así como de su cooperación, la cual estaba condicionada a canonjías, a la tolerancia de prácticas de discrecionalidad y control sobre el magisterio”.

Aunque reconoce que no es el único factor que haya hecho que la educación en el país vaya mal, pues a pesar de los años que la maestra Gordillo no estuvo al frente del sindicato, los principales problemas del sistema educativo, como la desigualdad de oportunidades y el bajo aprendizaje de los niños, siguen presentes.

Ahora dice que lo que hay que esperar es ver si realmente se consolida el control de la exlíder magisterial, lo cual dependerá del reacomodo interno que tenga el magisterio en los próximos meses y sobre todo de qué tanto lo permitan las nuevas autoridades federales.

“Por más que se diga que se va a respetar la libertad sindical, lo cierto es que la repartición del poder pasa por el gobierno federal. Más que una decisión de democracia sindical, será una distribución de poderes dentro de los cuales un factor importante tiene que ver con el peso del nuevo gobierno y su decisión o no de ser los nuevos interlocutores aceptables en política educativa”.

Marco Fernández.

Los riesgos de su llegada

Sobre la correlación entre la caída de la reforma educativa y la liberación de Gordillo, Marco Fernández indica que solo es una declaración retórica que no representa tanto peligro como el hecho de que se quiera restablecer “el control de aspectos básicos que la reforma educativa ha intentando limitar, como el control sobre las plazas, o los movimientos que se hagan en materia de adscripciones a las escuelas. Eso sí es preocupante”.

“Así como lo que pasará con los programas de estímulos magisteriales que la reforma replanteó como sustituto de carrera magisterial, los cuales Elba Esther ha dicho que buscará restablecer para el magisterio pues sabe que anteriormente el sindicato mantuvo el control férreo sobre esa distribución de estímulos en donde había prácticas de corrupción”.

El doctor y maestro en ciencia política afirma que otro aspecto que debe preocupar es que en diversas declaraciones Esteban Moctezuma, próximo secretario de Educación, ha manifestado la necesidad de restablecer la carrera magisterial; sin embargo, considera muy importante aprender de los errores anteriores en la materia, sobre todo cuando también se pueden restablecer diversas prácticas de corrupción que se realizaban anteriormente.

Sobre todo —dice— cuando no se había logrado recuperar la rectoría del Estado sobre el aparato educativo y ahora el sindicato va a tratar restablecer la captura de puestos clave, como las direcciones generales de educación básica, “hay que recordar que en muchos estados incluso existen subsecretarios o hasta secretarios de educación vinculados al sindicato”.

“Es justamente ese tipo de influencias anteriores las que se quiere evitar y que desafortunadamente se encuentran implícitas en las declaraciones de Elba Esther cuando habla de reconquistar los derechos de los trabajadores. Es una forma de ocultar las prácticas de mala gobernanza en el sistema educativo”.

 

Educación, instrumento de revanchas políticas

A la pregunta de Siempre! sobre qué se debe hacer para que la educación deje de ser un instrumento para llevar a cabo revanchas políticas y se convierta en una inversión para el desarrollo y crecimiento del país, el investigador de México Evalúa indica que esa es una pregunta que se ha tratado de responder en los últimos 30 años sin lograr hacerlo.

“Mucho hemos hablado de la importancia de la equidad, de elaborar la forma en que tratamos a los docentes para que se refleje en mejores practicas pedagógicas y en mejores aprendizajes; sin embargo, los avances han sido marginales”.

Recuerda que uno de los problemas nodales de la implementación de la reforma educativa en curso mucho tiene que ver con que los cursos de capacitación y profesionalización continua no han sido de la mejor calidad y no han respondido a las debilidades o áreas de oportunidad que muchos maestros tienen y que se han detectado a partir de las evaluaciones de desempeño. “Si eso no lo corregimos, es muy difícil que obtengamos otros resultados”.

Destaca que es primordial que haya transparencia sobre los resultados y los recursos que el sector educativo tiene a su disposición porque es la única manera de hacer mejores evaluaciones de la política educativa en la que el diseño debe estar guiado por la evidencia que se tiene.

La tentación de las ocurrencias

El problema —asegura— es que con cada gobierno se tiene la tentación de caer en las ocurrencias, por ejemplo, como la del gobierno saliente al que se le ocurrió repartir tabletas y laptops sin que fueran acompañadas de un programa de formación docente para que se pudieran utilizar correctamente en las aulas, por lo que el programa tuvo nulos beneficios educativos.

O bien, la idea del nuevo gobierno de anunciar que se establecerán 100 universidades en el primer año de su administración, sin entender que el problema de cobertura educativa se concentra en nivel preescolar y medio superior, “tampoco se ha entendido que las limitaciones de los beneficios y programas de becas se deben a que no se ha tomado en cuenta que hay mucha evidencia de que el factor económico no es la razón principal de la deserción de los alumnos en el sector educativo”.

“Por eso digo que no aprendemos, pese a la evidencia ahora ya están anunciando nuevamente programas más grandes que los actuales, sin entender que las carencias educativas se vienen acarreando de la primaria y la secundaria y ese es el factor principal de la deserción de los jóvenes en educación media superior”.

Marco Fernández apunta que mientras las autoridades no utilicen la evidencia para guiar su política educativa seguirán apareciendo nuevas ocurrencias que se intentarán legitimar a través de foros de consulta, como en su momento lo hizo Emilio Chuayffet y Aurelio Nuño sin tener buenos diseños de política educativa, lo que hace que los resultados sean bastante limitados.

Incertidumbre total

Tras señalar que el actual ciclo escolar comienza en la incertidumbre total, Marco Fernández indica que el problema es que no se sabe hacia dónde van a ir los planes de estudio, sobre todo cuando no queda claro qué es lo que implica la cancelación de la reforma educativa.

“Aunque sabemos que no quieren la evaluación de desempeño en la manera en que está, en realidad no sabemos si van a cambiar la evaluación del ingreso y promoción, qué harán con las escuelas de tiempo completo, si el modelo educativo se va a abandonar a partir del 1 de diciembre, si no les gustan las habilidades socioemocionales de pensamiento critico, entonces cuáles son las habilidades adicionales que se pretende enseñar a los alumnos. Esas son los cuestionamientos que a la brevedad deben ser esclarecidos por las nuevas autoridades educativas”.

Aunque acepta que existen aspectos importantes que se deben mejorar o modificar de la reforma educativa en curso, afirma que otra cosa es que se tenga que tirar para empezar de cero, sobre todo cuando la tentación de la reinvención de la rueda educativa cada seis años ha sido muy onerosa para el país y nos tiene estancados en la mala calidad que nos hace estar en los peores lugares de la OCDE, así como en la desigualdad de oportunidades educativas.

“Mas allá de la retórica de que se cancelara la reforma educativa, debe haber sensatez para identificar fortalezas y debilidades de la política educativa actual para que justo a partir de un verdadero diálogo haya propuestas especificas para mejorar, y que aunque el cielo no se ve muy claro en estos momentos se puedan lograr mejores resultados”.