Con el objetivo de alcanzar la línea de bienestar, el coordinador de la bancada del PRD en el Senado, Miguel Ángel Mancera, presentó una propuesta para que el salario mínimo se establezca en 176.72 pesos diarios, lo doble del vigente que se encuentra en 88.36 pesos, la cual en caso de ser aprobada entraría en vigor desde el 1 de enero de 2019.

En la propuesta se pide establecer las bases y los elementos para fijar un salario mínimo que garantice una vida digna para los trabajadores del país y sus familias y asegura que empresarios como los integrantes de la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex), apoyan el aumento al mínimo.

Mancera Espinosa consideró que se agotaron los argumentos en contra de que se aumente el salario y llamó a la bancada de Morena a aprobar la iniciativa presentada por el sol azteca, la cual dijo que beneficiará a 29 millones de trabajadores.

“Primero nos dijeron que no existía nadie en el país que ganara salario mínimo y se demostró que sí, que son millones; después nos dijeron que generaría inflación y demostramos que al crear una unidad de medida no se padecía de este problema”, indicó el senador.

De acuerdo con Miguel Reyes Hernández, director del Observatorio de Salarios de la Universidad Iberoamericana Ciudad de México y Puebla, en caso de hacerse realidad la propuesta de Mancera de subir el salario a 176.72 pesos, el impacto recaería sobre todo en las pequeñas y microempresas, por lo que habría que pensar en medidas compensatorias.

“Las medianas y grandes empresas no lo resienten pues pueden absorber aumentos salariales significativos en su personal. Hay que pensar en aquellos que tienen trabajadores de salario mínimo como pequeños o medianos restaurantes u otros servicios como hoteles, en donde labora gente de limpieza a quienes se les paga el mínimo”.

Indispensables, medidas compensatorias

Reyes Hernández indica que cuando se mueve el salario mínimo lo que está en peligro son las inversiones y la rentabilidad de los grandes corporativos, pero sobre todo la sobrevivencia de las medianas, pequeñas y microempresas, por lo que es indispensable que el gobierno establezca medidas compensatorias distintas a fin de que no quiebren, pues eso pegaría en el mercado interno.

Señala que el problema se encuentra en que los salarios fueron desvinculados de la productividad, además de que el crecimiento económico se maneja en función de lo externo, “el 80 por ciento del crecimiento está relacionado con el comercio exterior con Estados Unidos, por lo que solo las grandes corporaciones se han visto favorecidas de ese crecimiento y justamente son las que pueden pagar aumentos salariales significativos”.

El especialista dice que con el descuido que hubo en el mercado interno, la planta productiva nacional, en términos de las pequeñas empresas, se encuentra en una situación de sobrevivencia, “hay trabajadores que son parte de grandes empresas que ganan más que un pequeño empresario que tiene uno o dos trabajadores, lo cual significa que si de repente se les duplica la nómina obviamente estarían en una situación de insolvencia”.

Sobre todo cuando la distancia entre las ganancias del trabajador y el empresario de pequeñas y grandes empresas son muy diferentes pues mientras en la pequeña empresa el empresario gana de 2.5 a 3 veces más que sus trabajadores, en las grandes empresas esta diferencia se dispara, puede subir hasta a 800 o mil veces el ingreso de uno de sus trabajadores.

No es que no se pueda implementar una medida de esta naturaleza, sí se puede hacer, la cuestión es siempre pensar en el impacto que va a tener no tanto en la actividad económica, sino también en la rentabilidad de las empresas y los empleos, sobre todo porque las empresas al perder rentabilidad lo que pierden son ganancias.

“Al aumentar los salarios, se mueven los costos, por lo que habrá pequeñas empresas que quizá no se puedan sostener, sin medidas compensatorias iniciales las cuales implicarían contar con una regionalización distinta, un análisis de clúster de productividad y competitividad que no se tienen por la Secretaría de Economía y no solo ocurrencias que digan que se va a aumentar al doble el salario”.

Afirma que es necesario que se consideren todos los demás aspectos que van de la mano de una cuestión laboral como es la política industrial, la política fiscal con incentivos que si se aplican de manera adecuada, se irán directo al mercado interno y entonces sí de manera automática incluso puedes duplicar el salario mínimo, que es justamente lo que van a hacer en el norte, en dónde se movieron los impuestos con este fin.

Mancera, sin criterios para aumentar salario

Reyes Hernández dice que para que realmente se pueda hablar de que existe un salario digno, este debería situarse en los 353 pesos al menos y cerca de los 600 pesos máximo; sin embargo, para que estas cifras se conviertan en una realidad es necesario contar con diversos criterios que lo permitan, “criterios que no están claros en la iniciativa presentada por el senador Miguel Ángel Mancera”.

Recuerda que cuando era jefe de gobierno planteó que el salario debía de estar de acuerdo con la línea de bienestar que es de 95 pesos, “ahora dice que de la noche a la mañana sea de 176 pesos, aun cuando durante la campaña, junto con el Frente y su candidato, Ricardo Anaya, decían que se debía situar en 190, que es el doble de la línea de bienestar por individuo. Eso nos demuestra que el senador nunca ha sido congruente”.

“No hay congruencia en términos conceptuales ni metodológicos de la propuesta. Con tantos vaivenes en las propuestas que hace, demuestra que no tiene un criterio vinculado o implicado con la productividad del país, con la industria manufacturera, en donde se encuentran más trabajadores que perciben salario mínimo”.

El especialista refiere que eso no quiere decir que la propuesta no deba tomarse en cuenta, sobre todo cuando la realidad es que debe darse la recuperación económica del salario, no solamente del mínimo sino de los salarios en general, que es ineludible, pero para eso —reitera— debe haber ciertos pasos que se tienen que dar, además de que los empresarios se deben de comprometer a que no se genere ni inflación, ni desempleo, sino que haya una mayor producción y productividad en el país.

Miguel Reyes Hernández.

Desaparecer el efecto faro

Destaca que en México otra aspecto importante que debe desaparecer es el efecto faro, gracias al cual existe una correlación entre salario mínimo y salarios de la economía. Por cada 10 puntos porcentuales que aumenta el salario mínimo aumentaban en 8.5 puntos porcentuales los demás salarios de la economía.

Reyes Hernández explica que eso se debe a que por muchos años la política salarial estuvo vinculada a los precios esperados; es decir, cuando se hablaba de aumentar los salarios del siguiente año se tomaba en cuenta el aumento de la inflación y de acuerdo con eso aumentaban los salarios.

Afirma que es necesario que cuando se hace una propuesta sobre los salarios mínimos es importante desvincular los mínimos de todo lo demás y a la vez tener una meta a alcanzar que sea nuestro camino para lograr un salario mínimo digno, aunque para llegar a él se tienen que utilizar diversas medidas que nos ayuden a reducir la brecha que existe y llegar a nuestro fin.

El economista refiere que la desindexación que se realizó en 2016 para desvincular el salario mínimo de los mexicanos, como unidad de referencia para el pago de cuotas y contribuciones para lo que se impusieron las unidades UMA, solo fue administrativa; sin embargo, por ejemplo los salarios de la industria automotriz siguen indexados al salario mínimo y es justamente con esa indexación con lo que se tiene que acabar pues cada sector y rama deben de establecer sus salarios de acuerdo con su productividad.

Impuestos en frontera norte 

Al aceptar que existe el riesgo de que la frontera norte se convierta en un paraíso fiscal al bajar los impuestos al IVA de 16 por ciento a ocho por ciento, y Sobre la Renta de 30 por ciento a 20 por ciento como plantea el gobierno entrante, Reyes Hernández advierte que con esta decisión, México va por un camino —por lo menos en la parte impositiva— regresivo.

Además señala que se debe recordar que esta decisión se tomó luego de que Estados Unidos metió presión a México, pues con la llegada del presidente Donald Trump al decidir bajar su tasa de ISR del 35 al 20 por ciento.

Explica que a final de cuentas lo que se está haciendo es cobrar menos a los que más tienen como son las empresas y corporaciones, con la única finalidad de que sus inversiones no se vayan, que se queden en el país, “aparentemente estamos preocupados por los trabajadores, pero en realidad estamos más preocupados por las inversiones y su rentabilidad”.

Reyes Hernández afirma que por ello el reto para el nuevo gobierno será lo que se va a hacer en el resto del país, pues la decisión de únicamente mover los impuestos en el norte traería ciertas implicaciones, como aumentar la brecha económica entre el norte y el sur.