Raymundo Tenorio Aguilar, analista financiero del Tec de Monterrey asegura a Siempre! que más allá de buscar calmar a los mercados ante la incertidumbre y desconfianza que existe, lo que el gobierno de Andrés Manuel López Obrador está intentando hacer con el anuncio de la recompra de bonos del nuevo aeropuerto es evitar y ganar tiempo para que no se dé una cascada de demandas por su cancelación.

Explica que la obra del nuevo aeropuerto en Texcoco, al igual que otras obras de tal magnitud, fue financiada a través de bonos, lo que quiere decir que el dinero que se utilizó en la obra pertenece a inversionistas particulares o empresas que invirtieron a cambio de promesas de pago por futuras ganancias que se obtendrían cuando comenzaran las operaciones del Nuevo Aeropuerto Internacional de México.

Precisa que en total 6 mil millones de dólares del financiamiento se obtuvieron a través de bonos internacionales los cuales se han convertido en la principal preocupación de la próxima administración pues fueron firmados con una cláusula de acuerdo a las leyes del mercado estadounidense, en el cual se estipula que si se llegara a cancelar el proyecto, no solo tendría que pagar el 100 por ciento del dinero que se le prestó a través de esos bonos, sino además se tendría que pagar una pena convencional.

Eso —dice— sin olvidar que también se tienen que pagar los bonos emitidos a través de fideicomisos, entre los que se encuentra uno especializado en energía e infraestructura, llamado Fibra E en el que participaron sociedades de inversión, bancos y las afores Banamex, Inbursa, Profuturo y Banorte

Tenorio Aguilar destaca que en este momento el mayor problema es que en los contratos que se firmaron al comprar los bonos se estipula que se debe cumplir con el propósito para el cual se pidió ese dinero y esa es la razón por la que no se ha podido detener la obra, ni se ha podido sacar ningún decreto legal para la cancelación del proyecto pues eso generaría una serie de demandas de incumplimiento por lo que no solo tendrían que regresar el dinero que se les prestó, sino también una indemnización de entre el 20 y el 40 por ciento adicional

“Esa es la razón por la que prefieren arreglarse primero con los inversionistas de afuera a los que se les deben los 6 mil millones de dólares, pero el problema es que en caja solo tienen mil 800 millones de dólares, el resto que son 4 mil 200 millones de dólares así como lo que se pidió en bonos nacionales se tendrán que ir pagando con la Tarifa de Uso Aeroportuario”.

Dice que hay que recordar que “el dinero no tiene ni madre, ni padre, ni perro que le ladre. El dinero va a andar en búsqueda de la mayor tasa de ganancias y si la mayor tasa de esos tenedores de bonos, para los que los 6 mil millones de dólares no son nada, es esperar para que les paguen los bonos y sus rendimientos, se van a arriesgar y lo van a hacer”, es por eso que pese a que se han dicho dispuestos a dialogar, el Grupo de Tenedores de Bonos Ad Hoc de MexCAT advirtió que ante diversos factores de preocupación rechazan la propuesta de recompra de bonos del gobierno federal.

 

Presentes, propuestas neoliberales

Al hablar sobre el discurso de toma de posesión de López Obrador, el analista dice que lo más relevante es que pese a que la mayor parte de su discurso lo dedicó a criticar el neoliberalismo económico, “el cual desde la perspectiva del nuevo mandatario ha dejado un escenario de quiebra; sin embargo, al presentar sus propuestas se puede ver que no hay más que la hechura del zapato neoliberal”.

Tan solo —dice— hay que observar que, pese a lo que afirma, al menos en la parte económica se cumple con el decálogo del llamado Consenso de Washington que es un conjunto de medidas de política económica de corte neoliberal impuestas por el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial que se aplicó a partir de los años ochenta tras la crisis económica de los setenta, particularmente en países de América Latina y que aún sigue vigente.

“Al igual que en éste decálogo, Andrés Manuel habla de mantener las finanzas públicas equilibradas, sin déficit público y con una ejecución pulcra del gasto. Además se habla de que hay que implantar el libre comercio internacional, cosa que también es respaldada por Obrador al decir que tanto el Tratado de Libre Comercio México, Estados Unidos y Canadá, como todos los demás tratados comerciales de libre comercio serán respetados y seguirán vigentes”.

Tenorio Aguilar indica que otra de las coincidencias con este decálogo se da cuando Andrés Manuel dice que respetará la autonomía del Banco de México a fin de que la estabilidad de precios y el poder adquisitivo de nuestra moneda con respecto al dólar se siga manteniendo, “ y así las coincidencias siguen con este decálogo, lo que demuestra que López Obrador va a tener que seguir con el modelo neoliberal lo quiera o no, pese a lo que diga en su discurso”.

Lo que es un hecho —dice— es que el escenario económico para México no es tan alentador pues ante el severo plan de austeridad que pretende implementar solo se podrá crecer si acaso a una tasa de 1.8 por ciento, “hay que recordar que el plan de austeridad le pegará al gasto, y si no hay gasto, no hay consumo, no hay ingreso, por lo que habrá un menor crecimiento”.

“En caso de que el Banco Central siga siendo autónomo como Obrador ha dicho, es posible que tengamos una inflación de 4 por ciento en todo 2019, pero desafortunadamente la inversión y el ahorro no va a crecer ante la incertidumbre y desconfianza que va a persistir. Mi temor reside en el ahorro de los grandes capitales, particularmente de esa minoría rapaz que se puede convertir en fuga, sin dejar a un lado, que comience a hacer efecto el exceso de gasto social que tendrá que afrontar la próxima administración”.

A la pregunta expresa de Siempre! de si el nuevo presidente cuenta con un proyecto económico claro, Tenorio Aguilar dice que definitivamente no pues solo se ha centrado en hablar de las minorías rapaces en el país, pero nunca se ha referido al capital internacional, a toda la multiplicidad de empresas transnacionales que existen en el país y que representan el capital internacional norteamericano, alemán, francés, británico, canadiense, que dan empleo, que pagan impuestos.

“De ese poder económico no ha hablado, pues sabe que ir en contra de ese capital internacional no es tan fácil. Ahí está lo complicado de separarse del modelo neoliberal. Es muy probable que tenga una forma de negociar con el poder económico doméstico, con las oligarquías nacionales, pero sabe que con las oligarquías internacionales no es sencillo, basta ver a Maduro y a todos los que lo han querido hacer y no lo han logrado”.

AMLO irá por un modelo neoliberal totalitario

Al referirse al probable modelo económico que busca implementar en el país, Tenorio Aguilar afirma que al igual que China sería un modelo neoliberal pero totalitario, en el que existe un libre mercado pero con carácter de control por parte de un poder político.

“Un poder político que sea el que decida a quién se le otorga la propiedad intelectual, en qué mercados se puede competir, a quién se debe subsidiar, quién puede pedir y recibir crédito. Ese es el modelo chino, un modelo que ha hecho crecer su país a tasas promedio de 7 por ciento, pero que es totalitario”.

Aunque destaca que esa posibilidad se encuentra muy lejana y tendrían que pasar muchos años para llegar a eso, recuerda que “en diversos momentos López Obrador ha dicho que para lograr esos cambios buscará dejar el camino tan empedrado que sea muy difícil de revertir”.

“Con el poder constitucional que tiene puede ir modificando poco el modelo económico actual; es más ya habla de dejar de usar transgénicos para mantener la productividad del campo, establecer precios de garantías, otorgar créditos a la palabra. Ese es un modelo totalitario porque todo viene justamente desde las decisiones del Estado y no de los libres mercados”.

Estados pagarán el exceso en gasto social 

El analista económico del Tecnológico de Monterrey señala que otra parte importante que siempre ha estado presente en la parte económica del discurso de Andrés Manuel López Obrador ha sido la inmensa cantidad de promesas que ha hecho en materia social, las cuales sin lugar a dudas implican un exceso en el gasto.

“De acuerdo con López Obrador, a este gasto social, que ya existe, se le dará una reorientación a fin de que no sea fuente de corrupción. Él dice que se podrán comprar mejores medicamentos los cuales serán gratuitos; que se destinará dinero para los jóvenes que no trabajan ni estudian; los adultos mayores recibirán una mejor pensión; se incrementará el salario; es decir, promesas, promesas y más promesas; sin embargo, no dice de dónde saldrá el dinero”.

Explica que al hacer las cuentas, estas no salen, y ante tal situación su hipótesis es que buscará mayores recursos a través de las modificaciones a la Ley de Coordinación Fiscal, “por eso Andrés Manuel no solo buscaba la Presidencia sino también obtener la mayoría en todo, pues con ese poder legal podrá realizar las modificaciones que requiere para obtener los recursos que necesita para sus proyectos.

Recuerda que Obrador siempre ha prometido que no habrá mas deuda, no se elevarán los impuestos, no habrá más déficit fiscal, por lo que la única manera de sacar recursos es del conocido ramo 23 y 33, que son todos esos recursos destinados a las entidades para sus proyectos locales; “es decir, Andrés Manuel va por todo. El peligro es que caeríamos en una crisis institucional, pues al hacer esto se estaría pasando por encima de la soberanía de los estados”.

“Además, Andrés Manuel tendrá el mejor argumento ante el pueblo que es que los gobiernos de los estados han demostrado, aunque no todos, ser corruptos, que han sido señalados de realizar desvíos de recursos, de crear fideicomisos, entre muchas otras cosas”.

Tenorio Aguilar indica que lo que es muy claro en la propuesta de Obrador es la recentralización que busca hacer en el país para cumplir con todas sus promesas, “solo de esa manera lo logrará, volverá a poner la vida económica en el centro, pero para eso como explicaba necesita modificar tanto la Ley de Coordinación Fiscal como la Ley Orgánica de la Administración Pública Federal, entre muchas otras cosas”.

 

El Presidente quiere regresar a un pasado inexistente: Suárez-Velez

Al calificar el mensaje de toma de posesión de Andrés Manuel López Obrador como un mensaje lleno de errores, el economista y analista financiero Jorge Suárez-Vélez, señala que el mayor problema del nuevo presidente es que se basa en una utopía regresiva, en la que trata de regresar a un pasado que simplemente ya no existe.

Como el caso de querer regresar México a ser un país petrolero sin tomar en cuenta que el mercado energético ha cambiado de una forma radical, “no considera que ante el cambio que hay en el mercado mundial energético existe una enorme prisa para sacar los recursos existentes, pues nos encontramos en una cuenta regresiva para dejar de utilizar combustibles fósiles por energía alternativa o renovable”.

“O bien, cuando habla de que México estaba mejor hace 36 años sin detenerse a ver que cualquier indicador que se elija, de alfabetización, de acceso a educación, de sanidad, de esperanza de vida, de mortandad infantil, dicen que estamos sustancialmente mejor”.

El problema —dice— es que al ver las cosas de esa manera lo llevarán a optar por soluciones que a la larga serán fallidas y que lo único que provocarán será que se utilice una enorme cantidad de energía y de recursos para destruir lo existente que hará que se termine en un retroceso.

En general señala que lo único que se puede ver en el discurso de López Obrador es una oposición a lo que hay, sin claridad en lo que se quiere hacer, “nunca habló de productividad, de tecnología, de todos los cambios que se están dando en el mundo. Es un discurso que pudo dar en 1970 y hubiera dicho exactamente lo mismo. Un discurso que niega absolutamente la realidad y el entorno que estamos viviendo”.

“Es un discurso que en lugar de enviar un mensaje conciliador como se espera en cualquier toma de posesión, sigue siendo un discurso de campaña que genera desconfianza, por eso estamos viendo el peso devaluarse y las calificadoras de riesgo crediticio decir que está perdiendo confianza”.