Entrevista a Gonzalo Monroy, David Shields, Arturo Carranza | Analistas energéticos

 

Especialistas en temas energéticos coinciden en señalar a Siempre! que ante la fuerte crisis que se vive en el interior de Pemex es urgente aplicar cambios en su modelo de negocios para evitar que se vaya a la quiebra y su calificación continúe al grado de llegar a los llamados bonos basura, con lo que perdería su grado de inversión y pondría en peligro el país.

Sobre todo cuando el plan de rescate de Petróleos Mexcanos (Pemex) presentado por el presidente Andrés Manuel López Obrador fue duramente criticado por bancos y calificadoras, quienes señalaron que las medidas propuestas por el gobierno son insuficientes para resolver los grandes problemas de la petrolera ante su excesivo endeudamiento y el declive de su producción.

De acuerdo con la agencia calificadora Fitch Ratings, que hace unas semanas bajó la calificación de Pemex, pese a que la combinación de las medidas anunciadas suman cerca de 5.2 mil millones de dólares y pueden ayudar a que la empresa reporte un flujo de fondos y no se incremente su deuda; las inversiones en exploración y producción se mantendrán presionadas, por lo que no se mejorará la producción y la disminución en las reservas.

Gonzálo Monroy

Gonzálo Monroy

Monroy: Gobierno con mal diagnóstico sobre Pemex

De acuerdo con Gonzálo Monroy, director de la consultoria GMEC, especializada en el sector energético mexicano, la principal crítica en este momento es que la actual administración trae un diagnóstico equivocado sobre Pemex, pues piensa que el problema es de inversión y no del modelo de negocios que es un modelo de gestión.

En cuanto a la manera en que afectará este plan en término de negocios a la petrolera, advierte que hará que el flujo de efectivos sea más reducido y se encuentre más comprometido, por lo que es un plan que no abona a resolver el problema, “simplemente están poniendo mayor capital y una mayor inversión pero con eso no se recupera el perfil financiero de la empresa, ni tampoco hay una corrección de que se vayan a generar ganacias con este plan. Esa es la principal falla”.

Destaca que las medidas anunciadas ya habían sido presentadas, por lo que no hubo nada nuevo, “la parte de capitalización ya habia sido aprobada en el presupuesto de diciembre, lo único nuevo podría ser la parte de los pagarés de los pasivos laborales, lo cual significa pasar el dienero de un lado a otro, pero sigue siendo la misma bolsa de dinero, con eso no generas más ganancias, solo es una transferencia de dinero”.

“Eso sin dejar a un lado que el gobierno está siendo muy optimista con respecto a las potenciales ganancias de la lucha contra el robo de combustible, contra el huachicol, lo cual representa el problema más endeble pues no se ve reflejado como tal en cuestión de resultados, de hecho pone más en entredicho las medidas anunciadas por el gobierno”.

 

Las consencuencias

Gonzálo Monroy destaca que las consecuencias de que las calificadoras sigan teniendo en la mira a Pemex y le puedan bajar nuevamente la calificación serían muy graves, pues tan solo al revisar los números que se generaron luego de perder dos niveles de la calificación en este año, se puede observar que el pago de intereses de la deuda aumentó para Petroleos Mexicanos en alrededor de 370 a 410 millones de dólares, dinero que no estaba presupuestado, pero se tiene que pagar.

Señala que aun cuando el gobierno dice que está dispuesto a apoyar Pemex hasta donde sea necesario, el problema se generará en los próximos años, “tan sólo para este año el pago de deuda e intereses será de aproximadamente 6,200 a 6,300 millones de dólares, cifra que sube en los siguientes tres años (2020-2022),  en suma conjunta a más de 28,800 millones de dólares, por lo que se cortará el margen de maniobra al gobierno federal”.

“Si en sus promesas de campaña el presidente dijo que no habrá más impuestos ni deuda, pues justamente eso pone en entredicho la posibilidad de que el gobierno mexicano pueda mantener el apoyo a Pemex, lo cual se convierte en el punto mas complicado. Pero de llegar a una pérdida de la calificación crediticia de Pemex pues sería una situación de emergencia, pues se elevarían aún más los costos financieros de la deuda”.

El problema, dice, es que una situacion de tal magnitud — que la deuda de Pemex llegue a situarse como bonos basura— comprometería la calificación y el riesgo soberano de México, “ahí ya no solo estamos hablando de la deuda de Pemex, sino de la deuda del gobierno federal, en donde también se encuentra metida la deuda de CFE, de los estados y municipios. Eso sería escalar a otros niveles que oajlá nunca ocurran”.

 

¿Cómo dejar de estar en la mira?

El especialista en temas de energía explica que el primer paso para que Pemex deje de estar en la mira de las calificadoras y evitar que pierda su grado de inversión es recobrar la confianza ante los inversionistas, sobre todo después de la catastrófica visita que realizaron los funcionarios mexicanos a Nueva York para presentar el plan de negocios de la petrolera.

Además de replantear si los proyectos que se tienen contemplados son los más viables, “un ejemplo claro sería la refinería de Dos Bocas, se debe analizar si se debe hacer en Tabasco o en otro lugar, más cuando existen varios estudios que dicen que es más viable poner un nuevo tren de refinanciación en Salamanca o en Tula, que son lugares que se encuentran más cercanos a la demanda de combustibles. Ese tipo de cosas son importantes pues te llevan a mejorar el perfil de Petróleos Mexicanos”.

“En tercer lugar tiene que ver con la parte de reintroducir no solamente la ronda de licitaciones, sino también las asociaciones con Pemex, los llamados “farmouts” que pueden ser un vehiculo muy interesantes para liberar la necesidad de invertir de Pemex e ir contribuyendo sobre todo a su viabilidad en mediano y largo plazo”.

 

Razones suficientes para tirar Ley de Pemex

Al hablar sobre la decisión de no votar, al menos por el momento, la Ley de Petróleos Mexicanos aun cuando ya había sido programada para esta semana, Gonzalo Monroy dice que está decisión se tomó pues había buenas razones para hacerlo, como que al quitar los contrapesos internos se iba a convertir en un ejemplo de la concentración del poder.

“Esta contrarreforma iba más allá de simplemente darle más poder al director de Pemex, pues con ella los aparatos de decisión que ayudaban a mejorar el nivel de transparencia se eliminaban de un plomazo. Hay que recordar que al final de cuentas el propósito del Consejo de Administración es despolitizar la empresa para darle un sentido más de negocios, orientarla con las mejores prácticas internacionales en cuestiones de transparencia”.

Señala que además se detiene toda la parte del gobierno corporativo que tenía como fin contar con gente que pudiera dar una visión más amplia a la empresa, más cuando existen tantas líneas de negocios, pero ahora al dejar en una sola persona un mandato tan grande, obviamente el riesgo de que se pueda tomar una decisión subóptima aumenta radicalmente.

 

David Shields

David Shields

Shields: Falta comunicación con acreedores:

Luego de la reacción de las calificadoras ante el anuncio de los apoyos por 5.2 millones de dólares anunciados por el presidente Andrés Manuel López Obrador, David Shields, experto en temas energéticos, señala que es evidente que el gobierno no mantiene ningún tipo de comunicación, ni tiene ninguna sensibilidad frente a sus acreedores, calificadoras, ni bancos, aun cuando es esencial que un diálogo anteceda un anuncio de tal magnitud.

“La obligación de Pemex es llevar una excelente relación con los tenedores de sus bonos, por nada debe darse una situación de este tipo en la que Pemex anuncia algo e inmediatamente le salen a decir que es una estupidez. Eso no debe suceder. Debe entender que los acreedores es gente a la que les debe dinero y esa gente tampoco quiere perder”.

Sobre todo, dice, cuando la deuda de Pemex se encuentra a un paso de perder su grado de inversión pues está apenas un escalón arriba de caer en lo que se conoce como bonos basura, lo que inminentemente ocasionaría una turbulencia en la economía mexicana.

Aunque reconoce que a lo largo de los últimos años lo único que se ha visto es un deterioro constante de la empresa, pues ya son 13 años en los que la producción de petroleo va a la baja; advierte que es necesario que el gobierno ofrezca un plan de seguridad pues mucho de lo que molestó a algunos bancos y calificadoras es que se ofrecieran recursos que no tienen un sustento claro.

“Pemex dijo que iba a ganar 1.6 mil millones de dólares o sea alrededor de 3,200 millones de pesos por el robo de combustible; sin embargo, ese monto no es seguro pues no hay elementos para calcularlo. Incluso es factible pensar que el combate al huachicoleo le puede costar mucho a Pemex. Por ejemplo, las gasolineras pueden optar por ya no pertenecer a la marca de la petrolera”.

 

Producción y finanzas, la clave

David Shields destaca que el mayor problema de la petrolera, el cual es muy claro para las calificadoras, se encuentra en dos niveles clave para salir adelante: el primero, el perfil de producción y operación,  y el segundo, su perfil financiero.

Para mejorar el perfil de producción, indica, se debe detener su caída, así como de las reservas probadas que han bajado cada año durante décadas; es decir, detener lo que se está deteriorando. En cuestión de operación en general se debe hacer más eficiente a Pemex en temas como el sindical, operar las refinerias sin pérdidas, entre otras cosas.

Considera que lo más importante —y que es lo que más preocupa, sobre todo a Fitch— es que se detenga la caída de la producción de petróleo para lo que se requiere invertir una cantidad significativa de dinero, “ahí es dónde reside la mayor crítica pues ni Pemex, ni el gobierno lo están haciendo y  la única manera de remediar ese problema es: o Hacienda le da más dinero a Pemex, o se deberá asociar con terceros para obtener el capital, pero para ver resultados se requiere tiempo”.

Para mejorar el perfil financiero, destaca, además de aumentar su capital es necesario inyectar capital de las finanzas públicas, bajar su carga fiscal a fin de que la empresa se quede con más dinero, “hay que recordar que mientras una empresa normal paga 30 por ciento de sus ingresos al fisco, Pemex da 70 u 80 por ciento de sus ingresos, o quizá más”.

“Las cargas de Pemex son tremendas, sobre todo si tomamos en cuenta que es una empresa que está produciendo menos, y además tiene una deuda de 106 mil millones de dólares, así como un pasivo laboral cercano a los 70 mil millones de dólares, remediar eso suena como una quimera, pero aun así lo más importante es que, se haga de la manera en que se haga, se debe evitar que pierda su grado de inversión”.

El especialista afirma que de cualquier manera el gobierno deberá de hacer un sacrificio, el cual podría ser en otra parte de las finanzas públicas, aun cuando se arriesgue la calificación soberana del país, “si tienes dinero transfiérelo a Pemex para que no pierda su grado de inversión, a lo mejor como país sí vas a perder un nivel, pero no pasa nada pues cuenta con buen margen, pero si bajan el de la petrolera, ahí ya no habrá remedio”.

 

 

Los mensajes del gobierno

Aun cuando la reforma a la Ley de Petróleos Mexicanos se detuvo y que el presidente dijo desconocer, David Shields señala que lo más importante son los mensajes que se están enviando, “sabemos que existe la iniciativa, si la votan o no, eso ya lo veremos con el tiempo, pero lo que es un hecho es que hoy se considera que ya sea en empresas públicas o privadas, no es una buena practica concentrar el poder en una sola persona”.

“Más cuando hablamos de Pemex, pues por ahí han pasado los directores más corruptos de la historia. Hay que recordar el famoso Pemexgate y otros casos de corrupción por parte de sus directores generales. Pero más bien, en este momento lo que se pretendía era facilitar las vías al director general actual para, además de la nueva refinería, sacar adelante todos los proyectos de López Obrador”

David Shields considera que además es claro que se intenta desanimar a los tres consejeros independientes, incluso presionarlos para que renuncien, al igual que están haciendo con el presidente de la Comisión Reguladora de Energía (CRE), Guillermo García Alcocer, “caso en el que por donde se vea, no es un gran caso de corrupción”.

“Lo más importante es que este gobierno voltee a ver casos grandes y no chiquitos, que deje de estar difamando gente, desprestigiando familias, personas, funcionarios públicos. Sobre todo cuando López Obrador ha dicho que hay casos grandes, pues que actúe en esos casos. Si como dice Carlos Urzúa la deuda de Pemex a la llegada de Peña Nieto era de 50 mil millones de dólares y ahora es de más de100 mil millones y no saben en dónde pararon 50 mil millones de diferencia, pues que investiguen. Ese es un asunto más importante y más grave que lo que pudo haber hecho algún familiar de Garcia Alcocer”.

 

Arturo Carranza

Arturo Carranza

Carranza: Inversión privada, la salida para Pemex

El analista energético Arturo Carranza señala que lo más importante en este momento es que, a fin de quitarle presión a Pemex, entre la inversión privada, pues advierte que aun cuando el gobierno le pueda inyectar más y más dinero, si no hay una modificación en el modelo de negocios que complemente su actividad con la de privados, nada va a cambiar, además de que debe de acreditar con mejores resultados el dinero extra que va a recibir, pues si no, no hay forma”.

Afirma que las expectativas de los inversionistas y de los mercados no se han logrado cumplir con los programas anunciados, pues es claro que el gobierno tiene prioridades diferentes, pues mientras el gobierno se supone que se está enfocando en el combate a la corrupción, lo que los mercados quieren es que se resuelva la compleja situación financiera de Pemex, y aunque el combate a la corrupción puede generar ahorros a largo plazo, lo que se necesitan son decisiones que den resultados inmediatos”.

Carranza reitera que la única manera de sacar a flote a Pemex es aprovechando las herramientas de la reforma energética, entre ellas los “farmouts” para aumentar sus niveles de inversión, focalizar recursos de su presupuesto al negocio de exploración y producción, “en el corto plazo se requiere contar con un conjunto de decisiones que se complementen, pues no existe una medida per se suficiente. Solo así la calificación de la petrolera podría cambiar”.

Al hablar sobre la reforma a la Ley de Petróleos Mexicanos, el especialista en temas energéticos comenta que aun cuando en la parte operativa podía haber sido un impulso para lograr sus metas, el mayor riesgo es que se terminaría con los equilibrios.

“En caso de haberse votado la Ley y con ello se hubiera fortalecido la figura del director general, se corría el riesgo de que al entrar en un proceso de toma de decisiones se cayera en malas decisiones. En sí, al disminuir las capacidades del Consejo de Administración, se afecta todo el proceso de transparencia y rendición de cuentas”.