Entrevista a Federico Berrueto | Director general del Gabinete de Comunicación Estratégica

Pese a los altos índices de popularidad que las encuestas le dan al presidente Andrés Manuel López Obrador, todo parece indicar que también existe un porcentaje de mexicanos que sienten lo contrario o que simplemente rechazan las decisiones que ha tomado.

El fin de semana pasado, el mandatario recibió una gran rechifla al presentarse en la inauguración del estadio de los Diablos Rojos de la Liga Mexicana de beisbol, lo cual utilizó, como acostumbra, para arremeter contra sus adversarios al llamarlos “fifís”.

“Me da mucho gusto inaugurar este extraordinario estadio de beisbol, no voy a hablar mucho porque hay algunos de la porra del equipo fifí, pero la mayoría de la gente está a favor del cambio y a favor del rey de los deportes, el beisbol”, indicó.

De acuerdo con analistas, con el abucheo y posteriormente con las cartas enviadas al rey de España y al papa Francisco, en las que los instó a pedir perdón por los agravios cometidos durante la Conquista de América, López Obrador una vez más utilizó la división para salir avante.

Con ello busca, por un lado, descalificar a los que le demuestran su desaprobación, llamándoles “fifís”, “corruptos”, “hipócritas”, “doble cara”, entre otros descalificativos; y por el otro, fortalecer su posición con quienes sí lo aprueban, práctica que utiliza todos los días en sus conferencias mañaneras.

En entrevista con Siempre!, Federico Berrueto, director general del Gabinete de Comunicación Estratégica, afirma que es evidente que el presidente hace uso de la propaganda a fin de darle a la gente lo que quiere escuchar, “Andrés Manuel es muy hábil en cultivar el resentimiento y los complejos de los mexicanos, por ello, le saca partido a todos aquellos temas en los que la mayoría de la población siente que por fin un presidente está diciendo la verdad, que los entiende”.

“Por ejemplo, aunque haya muchas personas sensatas que se escandalizaron con las cartas enviadas al rey de España y al papa, las cuales no le sirven de nada al país, pues no son parte de un tema fundamental de la agenda internacional ni nacional, y que además de que le dejan la imagen de un país elemental y atrasado, sí tiene que ver con una serie de mitos y fijaciones que tenemos los mexicanos con respecto a nuestro pasado y a nuestra historia, lo cual él utiliza”.

Recuerda que esta táctica la utiliza en todo momento en su beneficio, pues sabe lo que la gente piensa y quiere; un ejemplo más es la manera en que ha manejado los despidos en el gobierno, pues aunque por un lado obviamente los afectados expresan su inconformidad, también sabe que la mayoría de los mexicanos estarán de acuerdo con que despidan a los funcionarios que supuestamente no hacen nada o que son corruptos, “es decir, en ese sentido López Obrador no pierde, por el contrario”.

 

Federico Berrueto | Director general del Gabinete de Comunicación Estratégica

 

 

Desencuentro entre la realidad y la percepción

Aunque Federico Berrueto considera que es predecible que a la larga haya una baja en el nivel de aprobación de López Obrador, pues actualmente sus niveles son elevados, afirma que será muy lenta pues  se encuentra presente el protagonismo mediático diario del presidente Obrador, a través del cual domina la información y la comunicación.

“Es evidente que sus conferencias mañaneras tienden a dominar la información, no por los reportes de cómo va el gobierno, sino más bien porque en sus intervenciones lo que hace es emitir opiniones en un ejercicio de descalificación del pasado, de descalificación de los adversarios, minimizando los problemas y maximizando los logros”.

Destaca que precisamente eso es lo que hace que permanentemente López Obrador se encuentre dominando la conversación de la gente, “lo que se traduce en que haya niveles de aprobación elevadamente altos, más cuando dice lo que la gente quiere escuchar; esto hace que tenga una suerte de aceptación por la manera que está gobernando, independientemente de lo que ocurre en realidad con los problemas que se están dando en el país”.

Federico Berrueto asevera que de acuerdo con los datos del Gabinete de Comunicación Estratégica que él dirige,  aun cuando existe una aprobación de 80 por ciento; “a la hora que uno le pregunta a los encuestados cuál es el principal problema del país, normalmente la mayoría de la gente responde que es el de la inseguridad”.

“Pero si nosotros le preguntamos al encuestado si cree que el presidente tenga la capacidad de resolverlo, la respuesta es altísima; es decir, el presidente ha podido convencer a la gente de que puede resolver los problemas de los mexicanos, sea el de la inseguridad, de la corrupción o de la mala economía”.

Explica que el problema radica en que, pese a que la percepción de la gente es muy optimista y positiva, es evidente que si se revisan las estadísticas de homicidios dolosos y algunos otros indicadores, sobre todo los que tienen que ver con la inseguridad, se puede demostrar que los números, los datos duros son adversos al gobierno.

“En general se puede decir que hay un desencuentro entre la realidad y la percepción, pues lo mismo ocurre en todas las áreas, por ejemplo en lo que respecta a la economía, pese a que las cifras que existen, sobre todo, en materia de crecimiento son muy desalentadoras y que los inversionistas no están invirtiendo, a la hora de aplicar encuesta al consumidor, hay un gran optimismo económico de la gente pues piensan que el país va por buen camino y esto es un efecto o resultado del ejercicio de propaganda que realiza Obrador todos los días con sus conferencias mañaneras.

Por otra parte, señala que ante la falta de contrapesos y de una oposición clara será muy difícil que los niveles de popularidad puedan bajar, al menos en el corto plazo, y menos cuando los eventos de propaganda que realiza todas las mañanas el presidente sigan teniendo éxito.

Mañaneras, ejercicio de propaganda

Federico Berrueto considera que las conferencias mañaneras no se pueden considerar actos de información como los establece la ley y como los que debería de llevar a la practica cualquier servidor público, sino simplemente son un ejercicio de propaganda, que le sirven para denostar todo lo que tiene que ver con el pasado y minimizar los problemas actuales.

Afirma que, a través de las mañaneras, López Obrador lleva cualquier noticia que les es adversa al cajón de la descalificación, “por eso, quienes somos denostados en sus comparecencias realmente estamos en estado de indefensión frente al poder comunicacional que utiliza, no sólo el presidente, sino el Estado mexicano”.

Tan solo basta, dice, con que aparezca una noticia o una opinión de un periodista que no le guste para que inmediatamente los llame prensa conservadora, prensa fifí, hipócrita, doble cara, “también a las calificadoras de riesgo a las que acusa de haberse quedado calladas ante la corrupción, sin ponerse a pensar que ellas no hablan de corrupción, pues únicamente miden el riesgo crediticio”.

“Si nos ponemos a analizar, esta es una conducta sistemática del presidente de la república de convertir sus comparecencias mañaneras en actos de propaganda que al final de cuentas le están generando un buen resultado y es justamente esto lo que hará que su popularidad siga manteniéndose en los niveles en que se encuentra”.

 

Abucheo

Al hablar sobre el abucheo que recibió Obrador en el estadio de los Diablos Rojos de la Liga Mexicana de beisbol, Federico Berrueto afirma que no será un punto de quiebre para la popularidad del mandatario, sino que simplemente se debe de tomar como algo que le sucede a muchos gobernantes que invaden el espacio del entretenimiento, del deporte, y la respuesta del público es demostrar que no le gusta que un  intruso con intención política esté presente, por eso manifiesta su desacuerdo a través del abucheo.

Considero que es un hecho que no tendrá gran relevancia, aunque para López Obrador fue una prueba que le demostró que al final de cuentas la gente lo ve como un político más y le dejó claro que no le gusta que ningún político invada su espacio del entretenimiento, pues es muy diferente a que se hubiera presentado en un mitin político.

De la misma manera, si el presidente va a una corrida de toros o va a un estadio de futbol, en general a cualquier evento deportivo, lo más probable es que un sector del público vaya a manifestar su desaprobación por su presencia en el espacio de esparcimiento.

“Si se organiza un mitin, se convoca a gente que tiene afinidad con el presidente de la republica, por lo que va a ser un mitin cálido donde habrá mucho aplauso, incluso hay que recordar que cuando a estos eventos acude un gobernador que no pertenece al partido del presidente pues ha recibido rechiflas, de una u otra manera es un fenómeno explicable y natural”.

Ante esa situación, señala que en este momento lo más importante, en caso de no estar de acuerdo con la situación actual, no es pelearse, ni discutir, ni criticar la evidencia, sino más bien centrar la discusión en la manera en que se está manipulando la información pública y la manera en que el presidente se sale del espacio institucional que le corresponde para realizar sus eventos de propaganda.