Con la integración del Congreso de la Unión en la elección de 2018, supuestamente se configura el antiguo sistema de partido hegemónico o predominante que se vivió en México durante el periodo posrevolucionario. Hay distinciones. El presidencialismo mexicano históricamente caminó con un partido que tenía la fuerza suficiente en el Congreso para aprobar reformas constitucionales o a las leyes. Desde 1997, sin embargo, no ha habido alguna legislatura afín al presidente que haya logrado la mayoría calificada de votos y adecuar la Constitución a su proyecto político. Ello propicia procesos de concertación en el interior del Congreso mexicano como una costumbre parlamentaria.
Este es el escenario. Hay minorías que tienen un peso de relevancia por sus votos en el Congreso. El PRI es una de estas fracciones, como las del PVEM, MC, PRD, PAN y Morena que integra la alianza “Juntos Haremos Historia” con los partidos PES) y el PT.
Los acuerdos los hace Morena por ser la fuerza mayoritaria a la que pertenece el presidente Andrés Manuel López Obrador. En esta LXIV Legislatura se han dado mayores acercamientos entre Morena y el PRI, el PVEM y diputados que se han separado del PRD, y no con el PAN y MC. Hay coincidencias y disidencias en el pluralismo imperante, obsérvese.
Los acuerdos los hace Morena por ser la fuerza mayoritaria a la que pertenece el presidente Andrés Manuel López Obrador.
Otro modo de estudiar el Congreso es la evolución del constitucionalismo. Desde 1824 la carta magna ha sido reformulada a lo largo del tiempo. El diputado Porfirio Muñoz Ledo presentó una iniciativa de ley del Congreso General de los Estados Unidos Mexicanos recapitulando esta historia y haciendo adecuaciones en función de la realidad política plural resultado de la elección de 2018. Se destaca la trayectoria de Muñoz Ledo por su carrera política y poner en sintonía el Congreso mexicano de conformidad con los nuevos tiempos, en que un bloque distinto a los que tradicionalmente estuvieron en el poder en la etapa posrevolucionaria asciende con una propuesta alterna.
Retomo el tema de las relaciones entre el Congreso y el presidente en una costumbre donde este mantenía un poder omnipresente que le da la misma Constitución. El gran reto de la corriente que entra en la dirección del presidencialismo mexicano será sostener la moderación puntual, de tal manera que no avasalle los otros poderes públicos e incentive la democracia. Hasta hoy el presidente López Obrador ha logrado algunas reformas a la Constitución contando con otras fracciones distintas a la alianza Juntos Haremos Historia en ambas Cámaras del Congreso de la Unión, y se abre un espacio de interdependencia con el Poder Ejecutivo al buscar que los programas que realiza se inserten en la convivencia social intensamente, pues con el nuevo gobierno es la sociedad la que ha de encabezar el proyecto alternativo de nación.
El Congreso despliega una nueva función en esta cultura política a la que obliga ese modelo que se quiere construir. Se ha echado a andar el desarrollo político de la nación por una corriente de izquierda en el poder, sin duda. La propuesta avanza día con día y México vive cambios de trascendencia.
Diputado federal del grupo parlamentario de Morena
@Bonifaz49