Intensa y prolífica, la francesa Aurore Dupin, George Sand para la literatura (1 de julio de 1804 – 8 de junio de 1876), tuvo un matrimonio y relaciones de cierta permanencia con escritores y músicos. Su obra literaria incluye una veintena de novelas, relatos, diarios, libros de viajes y una extensa correspondencia con personajes ilustres de su tiempo. También fue mecenas y siempre se mantuvo cerca de los jóvenes creadores. Sin embargo, pasa a la historia por su romance con el compositor y pianista polaco Chopin, y quizá su libro más leído es la crónica de unas vacaciones con él: Un invierno en Mallorca. Transcribo las primeras líneas.
“Dos turistas ingleses descubrieron, hace, según creo, unos cincuenta años, el valle de Chamounix, como lo atestigua una inscripción tallada en una gran roca que se halla a la entrada del Mar de Hielo. La pretensión es un poco fuerte si se considera la posición geográfica de este valle; pero legítima, hasta cierto punto, si estos turistas, cuyos nombres he olvidado, fueron los primeros que indicaron a los poetas y a los pintores los parajes románticos donde Byron soñó su admirable drama Manfredo.
“Podemos decir, en general y desde el punto de vista de la moda, que la Suiza no fue descubierta para el gran mundo y para los artistas hasta el último siglo. Juan Jacobo Rousseau es el verdadero Cristóbal Colón de la poesía alpestre, y, como lo ha observado muy bien M. de Chateaubriand, él es el padre del romanticismo en nuestra lengua. No teniendo precisamente los mismos títulos a la inmortalidad que Juan Jacobo y pensando en cuáles podría yo presentar, creo que hubiera, tal vez, podido ilustrarme, de igual manera que los dos ingleses del valle de Chamounix y reclamar el honor de haber descubierto la isla de Mallorca. Pero el mundo se ha vuelto hoy tan exigente que no me hubiera bastado grabar mi nombre sobre alguna roca baleárica, sino que hubiera exigido de mí una descripción exacta, o, al menos, una relación poética de mi viaje para que los turistas cayeran en la tentación de emprenderlo. Mas, como no pude disfrutar en aquel país la tranquilidad de espíritu necesaria, he tenido que renunciar a la gloria de mi descubrimiento y no ha sido posible consignarla ni sobre el granito ni sobre el papel.
“Si hubiera escrito bajo la influencia de las tristezas y de las contrariedades que entonces experimentaba, no me hubiera sido posible vanagloriarme de ese descubrimiento, pues el lector me hubiera dicho que no había motivo para tanto. Y, sin embargo, había para qué, y me atrevo a decirlo hoy, pues Mallorca es, para los pintores, uno de los más hermosos países de la tierra y uno de los más ignorados.
“Allí donde no es posible describir más que la belleza pictórica, la expresión literaria es tan pobre y tan insuficiente que nada se consigue si el lápiz y el buril del dibujante no ayudan a revelar las grandezas y gracias de la naturaleza. Y si sacudo hoy la letargia de mis recuerdos, es porque una de estas últimas mañanas encontré sobre mi mesa un hermoso volumen titulado Recuerdos de un viaje artístico a la isla de Mallorca, por J. B. Laurens”.
Novedades en la mesa
La vida de Marina, Malitzin, Malinche es siempre actual en el debate de la Conquista y el papel de la mujer en la contienda. Malintzin. Una mujer indígena en la conquista de México (Era) de Camilla Townsend desvela algunos enigmas de la famosa protagonista de la historia de México.