El presupuesto para el ejercicio del año 2020 propicia reflexionar la acción del Gobierno federal y el desarrollo social. Hay desigualdades, con pequeños sectores sumamente prósperos y la mayoría social en pobreza extrema. Esto es prioridad de la propuesta presupuestal que el presidente Andrés Manuel López Obrador hizo llegar a la Cámara de Diputados.
Aquí se analizan los recursos de que se dispone y la necesidad de mantener una economía sana, activa y con perspectivas de crecimiento. Por el bien de todos, primero los pobres, es la tesis presidencial que guía la idea de bienestar social.
El proyecto de adultos mayores recibirá 130 mil millones de pesos. Los jóvenes del nivel medio superior y superior tendrán una beca constante y se apoya a escuelas normales y nuevas universidades. A las universidades actuales se les otorgan 450 millones más.
El desarrollo de niños, niñas y adolescentes se cuida desde preescolar hasta la secundaria que permita recrear sus propias iniciativas en la vida familiar y social. Mejores ciudadanos se generarán como resultado de esta política.
El apoyo a la población que tiene discapacidades aumenta. El plan económico en la agricultura contempla una relación directa con los productores. Se evita a intermediarios, pues obstruyen ampliar excedentes a partir de espacios microeconómicos y generar mercados dinámicos.
Se vigoriza la agricultura, ganadería y la pesca. Esa dinámica impulsa la economía con otra óptica de la ganancia y la distribución. Habrá una nueva vía de financiamiento y se destinan al campo cerca de 52 mil millones adicionales.
Muy diferente al enfoque de utilidades en pequeños grupos que mantienen desigualdades y concentran riquezas con rendimientos y excedentes que no se reintegraban al bienestar familiar e individual.
Ahora, el Estado interviene mayormente y crea equilibrios donde el empresario ganará adecuadamente y los dividendos de la producción social también llegarán a clases medias y núcleos de población de pobreza extrema. Así, se atenderán las nuevas líneas de desarrollo en salud que se enfoca en el bienestar de médicos, enfermeras, administración adecuada de medicamentos, prevención de enfermedades y atención eficaz de aquéllas más complejas como el VIH Sida, o las que afectan a madres y niñez. Al mismo tiempo, se recuperará la infraestructura hospitalaria y se dan 40 mil millones al nuevo instituto de salud.
La promoción del Estado también reordena al sector energético en especial la producción y comercialización petrolera, para las cuales se establece un proyecto específico.
Se asignan montos para el proyecto transístmico, el Tren Maya y a la reconstrucción por impactos de los sismos del 2017.
Apegada a esta directriz presupuestal habrá construcción de infraestructura con la participación de la iniciativa privada y en apoyo a los municipios. A éstos se les incrementarán recursos en el ramo 33.
Todo este tema se conjuga necesariamente con una definición precisa de las reglas de operación y del padrón de beneficiarios que será más transparente. En síntesis, observamos un presupuesto con estrategias y criterios de bienestar social que coinciden con la dinámica de la economía y la intervención estatal como conducción primordial propiciando la participación de la iniciativa privada para dinamizar procesos económicos y comerciales.
@Bonifaz49