Edgardo Buscaglia, experto en crimen organizado

Para el especialista Edgardo Buscaglia, conocedor tanto desde la Academia como desde la asesoría a distintos gobiernos en el tema de la seguridad pública, el diagnóstico es claro en el caso del gobierno mexicano: no hay estrategia.

“Se necesita mucho más que una estrategia de seguridad, pero México no tiene una estrategia, tiene muchas tácticas mal concebidas, que fallan, ahí tenemos lo del culiacanazo, el caso del viernes pasado (29 de noviembre) en Coahuila, entonces esta situación es muy grave; hemos entregado al gobierno mexicano estrategias antimafia, gratuitamente, y esperamos que los políticos no le tengan miedo a esas medidas, porque la razón por la cual no las toman no es por ignorancia, sino porque ellos saben que con las 29 instituciones necesarias para implementar el desmantelamiento político, empresarial, social, judicial y del sicariato del crimen organizado, esas 29 instituciones hoy ausentes en México, inmediatamente le pondrían la lupa a los cientos de financiamientos de campañas políticas”.

Edgardo Buscaglia.

La estrategia

Siempre platicó vía telefónica con Edgardo Buscaglia quien se encuentra trabajando fuera del país. La experiencia del también académico de la Universidad de Columbia y director del International Law & Economic Development Center, lo ha llevado a generar propuestas para distintas instituciones, incluidos gobiernos, además de exponer ante variados auditorios el tema, así como debates en redes sociales a través de sus cuentas de Twitter @edgardbuscaglia y Facebook @edgardobuscaglia.

Respecto a lo que ha sucedido en nuestra república, Buscaglia es tajante, no hay estrategia y no la hay —puntualiza— desde hace tres sexenios.

“México no tiene estrategia, desde hace muchos años; había una estrategia en la época de Ernesto Zedillo cuando se fundó la UEDO y en ese momento si había una estrategia: el desmantelamiento de redes criminales que estaban dedicadas, básicamente, a drogas y al contrabando de bienes menores. Había un objetivo, había metas cuantificables, en ese momento había instrumentos claros para alcanzar las metas, había una cronología, o sea un plazo, para alcanzar esas metas, y había una clara distinción de los papeles que la delincuencia organizada jugaba en la vida del país, es decir, el papel económico, el político como en el caso del gobernador Mario Villanueva de Quintana Roo del PRI, que fue procesado y sentenciado; había una clara noción del papel judicial que tenía la delincuencia organizada al obtener protección de jueces y fiscales, había una clara noción en ese momento de que la delincuencia organizada tenía capturados tejidos sociales específicos en determinadas áreas del país, muy pocas relativamente hablando comparado con ahora; había una noción de los empresarios legales involucrados con el crimen organizado, esas cinco dimensiones que acabo de mencionar de la delincuencia organizada es lo que se llama las cinco dimensiones de la estructura mafiosa, de todo grupo criminal del planeta.

“No existe ningún documento, ni tampoco lo existía en la época de Peña Nieto, ni de Calderón o de Fox, que indique cual es el objetivo que se tiene para luchar en contra de organizaciones criminales, objetivo que se tiene que traducir en metas cuantificables, metas cuantificables para destruir la dimensión política, la empresarial legal, la protección judicial de fiscales y jueces, el tejido social capturado y el sicariato que operan las redes de la delincuencia organizada”.

Buscaglia hace énfasis en que para que una estrategia para contener los índices de delitos tenga éxito, como no ha sucedido en México, se deben atacar los 5 componentes del problema: el frente financiero de los grupos de la delincuencia organizada, eliminar la protección político-policiaca que gozan estos grupos, desmantelar el apoyo social que tienen en ciertas regiones, eliminar la protección judicial de la que gozan y combatir el sicariato por la violencia que ejercen en el país.

Las cinco dimensiones

Para el académico, cualquier estrategia en seguridad pública que aspire al éxito, debe contener los siguientes elementos: establecer con claridad los objetivos a alcanzar, con metas cuantificables y fijando plazos para alcanzarlas, con el fin de desmantelar lo que llama las cinco dimensiones de las estructuras delincuenciales.

“Como decía el gran estratega chino Sun Tzu, cuando un Estado tiene muchas tácticas y no tiene estrategia es sólo el ruido antes de la derrota. México no tiene estrategia contra la delincuencia organizada, entendida como una estructura mafiosa de estas cinco dimensiones: la política, la empresarial, la de protección judicial, la social y el sicariato. México ha venido combatiendo sólo a los obreros de la delincuencia organizada, pero no ha combatido a las cúpulas, a las estructuras superiores empresariales, judiciales, policiales de las delincuencia organizada que están trabajando con impunidad a lo largo de muchos años”.

El combate al crimen organizado es necesario en virtud, destaca el especialista, de la gran cantidad de actividades criminales que lleva a cabo y los territorios que abarca internacionalmente.

“La delincuencia organizada, además, se diversificó a cientos de mercados legales e ilegales, en donde están como pulpos en México y otros países; el Cártel de Sinaloa está presente en 81 naciones del mundo, en donde puede conseguir insumos —como drogas sintéticas en la India–—o lava patrimonialmente como en Alemania, u obtiene seres humanos para su tráfico y, compraventa como en Argentina”.

Siempre preguntó a nuestro entrevistado cómo evalúa lo que se ha hecho en este tema en la presente administración federal.

“Dudo mucho que (Alfonso) Durazo sepa lo que es una estrategia”, respondió, “nunca en su vida fue expuesto a una estrategia antimafia, él confunde seguridad ciudadana con un programa antimafia, piensa que un programa de seguridad —que en realidad son una serie de medidas dispersas sobre un pedazo de papel— va a destruir las cinco dimensiones de la delincuencia organizada, pero para eso se necesitan instrumentos para desarticularlas —como he venido señalando desde hace 12 años—; en cuatro de las cinco dimensiones, no hay nada. Tirarle dinero a la gente pobre, marginada económicamente en México no va a resolver el problema porque, primero, los segmentos pobres de la sociedad mexicana no son mafiosos, son gente que se acerca a la delincuencia organizada para obtener la protección que el Estado no le da”.

Edgardo Buscaglia pone como ejemplo la dimensión social para mostrar la magnitud del reto que se tiene enfrente al desarrollar una estrategia antimafia.

“Muchas veces se elige a la delincuencia organizada como el mal menor, ya que por lo menos les brinda protección con más predictibilidad cuando uno se encuentra en esos segmentos de la población, es el caso “El Mencho” en Jalisco. Cuando uno entrevista a la gente dicen que saben que ambos son malos: el Estado mafioso corrupto o los grupos criminales que les dan protección mafiosa, pero eligen el mal menor y esos no son opciones en un país democrático como México”.

Esto se vincula con el tema político, pues como asegura nuestro entrevistado, se trata de una batalla en contra de una “mafiocracia en donde el crimen organizado ha capturado el sistema político en 27 estados”.

Es por lo anterior que insiste en que es necesaria una verdadera estrategia antimafia, no únicamente de seguridad.

“Se necesita una estrategia antimafia, no una estrategia de seguridad, pues la estrategia de seguridad está incluida en la estrategia antimafia con el componente del sicariato, pero se necesita mucho más que esto. México no tiene estrategia de seguridad ni estrategia antimafia. Esta situación es grave”.

De igual manera, comenta que es necesario, también, incluir una serie de instrumentos para que se tengan resultados.

“A México la faltan 29 instrumentos para desarrollar una estrategia antimafia efectiva. Cuáles son, no tiene auditorias obligatorias a partidos y campañas, no tiene auditorias ciudadanas, no tiene un programa de reasignación social de bienes decomisados para la reparación del daño de millones de víctimas, por mencionar algunos, entonces México no tiene 29 instituciones que otras 63 naciones tienen y la razón de porqué no las tienen es que los políticos como Ebrard, Lozano, Monreal, Beltrones, Calderón le tienen miedo a ese tipo de instituciones que operan en Colombia o Italia, además de muchos otros países, porque se pueden descubrir los vínculos electorales con campañas mafiosas en donde llega dinero y ellos no hacen preguntas”.

Así, y a manera de conclusión, Buscaglia señala que el principal obstáculo para que una estrategia como la que plantea se lleve a cabo en nuestro país es la clase política.

“El problema es que la clase política bloquea este tipo de instituciones y no es casualidad que Durazo, Gertz Manero, no tengan una estrategia antimafia que le salven la vida a tus hijos y tus nietos que están ya sujetos a actos de terrorismo para que tengan miedo de cooperar con el Estado para que los puedan desmantelar”.

Y es que, señala nuestro entrevistado, además de la falte de estrategia, “todos los presidentes del planeta tienen discursos simbólicos que uno no puede criticar como extranjero. Si el presidente quiere hablar de béisbol o de Benito Juárez, bienvenido sea, sobre todo si genera algún tipo de aprendizaje social, pero lo que evalúo son hecho, acciones institucionales, evalúo que la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) esté enviando 135 denuncias sobre redes criminales de políticos y empresarios a la Fiscalía General de la República (FGR), ya están ahí, eso es bueno, es la primera vez en la historia mexicana que pasa eso, es el primer paso, pero también evalúo que la FGR sólo ha atendido 4 en las cuales se tiene a políticos del menor nivel, entonces ese pacto mafioso de impunidad opera en la Fiscalía, no opera en la UIF; la FGR es, hoy, un regalo de navidad para la delincuencia organizada. No evalúo los discursos de los presidentes, puede hablar de lo que quiere, pero deben haber hechos. Hay un pacto mafioso que opera como operaba en el sexenio de Fox en el cual Gertz Manero, era parte de ese gobierno. Es lo que me preocupa más de la administración de López Obrador, que hay muchos claroscuros y los oscuros están neutralizando a los claros”.

@AReyesVigueras

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