En The Washignton Post 20 Enero 10.56.pm,  Alberto Padilla publica : México Insiste en ser la Primera Línea del Muro de Trump:

“Al llegar a la frontera de Guatemala con México, los más de tres mil caminantes chocaron con la Guardia Nacional mexicana, que les cerró el paso. Nunca antes agentes mexicanos se habían parecido tanto a la Border Patrol estadounidense: lanzaron gases, desplegaron escudos, golpearon migrantes, cazaron a los que trataban de colarse y devolvieron pedradas. El muro que quiere construir el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, se formó en otra frontera con los cuerpos de decenas de guardias nacionales mexicanos”.

El historiador francés Jacques Attali, quien fue asesor del Presidente Mitterrand,   afirma en su Libro Breve Historia del Futuro  que los humanos son por naturaleza migrantes.

Los Migrantes a escala Planetaria eran según Naciones Unidas en 2019 “el número de migrantes alcanzó la cifra de 272 millones, 51 millones más que en 2010. Los migrantes internacionales comprenden un 3,5 por ciento de la población mundial, cifra que continúa en tendencia ascendente comparándola con el 2,8 por ciento de 2000 y el 2,3 por ciento de 1980”.

En una palabra es una imbecilidad querer impedir la Migración, como lo pretende el presidente Donald Trump, él mismo de origen migrante,  como la inmensa mayoría de los pobladores de  los Estados Unidos, país  por definición conformado por Migrantes.

En el caso de México , el presidente Andrés Manuel López Obrador además de ser sumiso al presidente Trump, viola lo establecido en el Artículo 11 de la Constitución y en múltiples acuerdos internacionales  signados por México.

El uso de fuerzas militares y específicamente de la Guardia Nacional,  para  sellar la frontera sur y también la del norte puede  llevarnos a una tragedia similar o mayor a la Tlatelolco.

Conviene recordar que la Guardia Nacional fue creada con otros fines.

En el Senado por unanimidad, se creó para resolver los problemas de seguridad pública y debió estar bajo mando civil,  todo ello no se ha respetado,  es una  más de las mentiras y flagrante violación de las leyes del gobierno de AMLO.

La Guardia Nacional en si misma , representa la repetición de una estrategia fracasada en la llamada “Guerra de Calderón” y continuada por el presidente Enrique Peña Nieto.

La torpeza del gobierno actual se multiplica exponencialmente, tanto porque  está condenada a fracasar en el combate a la violencia, la cual se ha incrementado durante el primer año de gobierno de AMLO y peor aún cuando se le ha usado como “Muro” para sellar las fronteras.

La sumisión del presidente  Andrés Manuel López Obrador a los deseos racistas y el odio a los mexicanos de Trump es insólito. Jamás había ocurrido algo semejante en la historia de las complejas relaciones México-Estados Unidos.

El nivel de  esquizofrenia y demagogia es muy impresionante; mientras las imágenes de represión a los migrantes exhiben una verdadera cacería en su contra, tanto el Secretario de Relaciones  Exteriores Marcelo Ebrard y la Secretaria de Gobernación  y el mismo Presidente afirman que no han usado a la Guardia Nacional para reprimir a los migrantes  y que han actuado siempre “dentro de los marcos legales” incluso tienen la desfachatez de decir en plena  conferencia “mañanera” que la actuación de las fuerzas militares ha sido “aislada”

Es muy inquietante preguntarnos qué concesiones habrá hecho el presidente a los gobernantes de Estados Unidos para convertirse en el “Muro”; que tanto  propaló Trump para engañar a los estadunidenses convirtiendo a los mexicanos en  “la principal amenaza contra  los Estados Unidos”. Usando los mismos argumentos que antes emplearon contra los comunistas , durante la Guerra Fría, o los  que emplearon y siguen empleando recientemente  “contra el terrorismo”

El fenómeno migratorio puede  convertirse en un grave problema, como se puede advertir cada día en las calles, carreteras y poblaciones de todo el país, donde ante la inexistencia de una estrategia de Estado, hay cada vez más miles de personas en situación de calle o detenidas en las “Estaciones de Migración” donde sufren todo tipo de atropellos , incluyendo las “mordidas” que les cobran para hacer “trámites”.

Aunque  las cifras más recientes son de difícil acceso , registro aquí algunos datos ofrecidos por el Instituto Nacional de Migración al mes de julio del  año pasado.

En lo que va de 2019, el flujo de personas migrantes incrementó en 232 por ciento con respecto a lo registrado en todo el 2018, pues en los primeros seis meses del año se contabilizaron 460 mil, que superan a los 138 mil 612 migrantes indocumentados que pasaron por territorio mexicano en 2018. Se trata de la cifra más alta jamás registrada en la historia del país en ese periodo de tiempo. De acuerdo con cifras dadas a conocer por el Instituto Nacional de Migración, de los 460 mil migrantes que han ingresado a México, se presentaron ante esa instancia 99 mil 203 y han sido devueltos a su país de origen 71 mil 110. “Eso significa que al menos 360 mil indocumentados se encuentran aún en territorio mexicano o estadounidense.

“En 2017, el número de personas presentadas por tener una situación irregular apenas fue de 93 mil 846. Un año después, la Secretaría de Gobernación, a través del Instituto Nacional de Migración, registró 138 mil 612 personas no documentadas, de las cuales 112 mil 367 tuvieron una deportación o un retorno asistido a sus países de origen”

Todo este panorama de cifras frías, no alcanza para entender los diversos fenómenos que implica la migración para  el país.

Mucho menos cuando el gobierno está reduciendo el tema a la aplicación de una política de contención, de deportación y represión para satisfacer las órdenes del gobierno de Donald Trump.

En éste tema, como en tantos más es necesario construir opciones de políticas públicas radicalmente distintas, a las que ha venido aplicando éste gobierno auto nombrado como la “Cuarta Transformación” , para  enmascarar una política económica de claro corte neoliberal, una desastrosa política de salud que  desapareció el Seguro Popular sin que su “nuevo” sistema tuviera  establecidos los mínimos recursos humanos y reglamentarios para dar atención a millones de enfermos; en otras esferas de la vida nacional se han cometido muchas otras aberraciones.

Para todo ello se han fortalecido las  actitudes de concentración desmesurada del poder presidencial.

Un gobierno tan errático y autoritario requiere de un control casi absoluto de la prensa de todo tipo, para impedir la crítica.