El Instituto Nacional de Salud para el Bienestar (INSABI) ha generado críticas de grupos de interés que no comprenden esta estrategia del gobierno del Presidente López Obrador. Se dice que el INSABI no cubrirá el tratamiento en el tercer nivel de atención médica. El primero, son acciones preventivas, que es el método óptimo para vivir en estabilidad psicosocial. El segundo, son enfermedades curadas sin muchos recursos y la persona prosigue su atención en su hogar. El tercer nivel se relaciona con las enfermedades donde los tratamientos y medicamentos son de alto costo.
Al respecto, el INSABI sí contempla el tratamiento de esta clase de enfermedades y busca abarcar a toda la población con servicios de calidad. En cambio, la medicina comercial o capitalista se enfoca en la ganancia como fin.
Aquí, el sistema de seguros da dinamismo a este formato que se da en el entorno del hospital. La utilidad que dejan los medicamentos cuando un médico receta una u otra medicina de acuerdo a lo que ofrezca el promotor del laboratorio encareciendo el producto.
Médicos de instituciones de salud pública que enganchan a clientes y los llevan a sus consultorios particulares. Los que se coluden para cooptar a sus clientes y llevarlos al quirófano pues ahí está la utilidad. Hay profesionistas cuyas recetas tienden a preservar por siempre a sus clientes cobrándoles mil 600 pesos o más por consulta de 20 minutos. Los galenos conllevan a sus pacientes para que pasen unos días en hospitalización pues de esa manera se apoya a la empresa hospital de lujo.
Incluso, la venta de cuerpos de personas a las escuelas de medicina se cotizan de acuerdo a la vejez o juventud del muerto. No se diga el robo de medicamentos por gobernantes y funcionarios para formar sus negocios propios.
Narramos síndromes de la medicina capitalista deshumanizada por el afán de enriquecimiento. La cuestión es si un gobierno debe impulsar este modelo y observamos al Seguro Popular que se quería instaurar en poblaciones pobres o personas que trabajan en la economía informal. Una figura similar al de la medicina determinada por las grandes aseguradoras en el ámbito privado.
Entonces reflexionamos sobre el aparato que necesariamente crean estas empresas y los altos sueldos de los trabajadores que son privilegiados. Y pensamos en 32 millones de personas que no tienen algún servicio de salud. Y con el Seguro Popular se llegó a deudas de entidades federativas de cerca de 55 mil millones de pesos por adquisición de medicamentos o servicios subrogados.
Incluso en promedio las recetas se surtían en 64 por ciento. Esto se habrá de subsanar con la compra consolidada de medicinas.
Es claro que el actual gobierno de izquierda no coincide con la medicina comercial. Mejorar los servicios públicos es prioridad donde no cabe la medicina mercantil. Aquí está el eje de la discusión. Y la reconfiguración incluye a todas las instituciones de salud. El IMSS como eje de esta modernización junto con el ISSSTE y las clínicas, hospitales generales y especializados de la Secretaría de Salud. Se estima que los gobiernos estatales estarán en esta gran acción de modernización y lograr la salud universal que el gobierno de la república se ha planteado como meta en un modelo no mercantilista deshumanizado de la salud. Esto es un Estado de Bienestar.
@Bonifaz49