La inmensa expectativa de una transformación se ha convertido en una gran estafa. El presidente Andrés Manuel López Obrador aplica lo contario a lo que prometió y con lo cual consiguió el apoyo de millones.

Su gobierno aplica una política antipopular, de entreguismo a los Estados Unidos y cada vez más orientada a establecer un régimen muy cercano a una dictadura bajo el control personal del presidente.

Un alud de mentiras, ineptitudes, caos y abiertos timos constituyen la característica de los 14  meses del gobierno de AMLO.

En el tema de la lucha contra la corrupción, se realiza una obscena protección a millonarios que acumularon riquezas inmensas como funcionarios, tanto en la llamada época del PRIAN como durante su desempeño como parte de Morena y su antigua máscara PRD o la de alguno de sus aliados.

Es cada vez más evidente que existió un Pacto entre Enrique Peña Nieto y Andrés Manuel López Obrador.

Pacto para aplicar la denominada amnistía o de Punto Final.

Existe una aplicación de políticas contrarias a las prometidas en campaña, como era el abandono de la estrategia de Guerra contra el Narco.

En lugar de regresar a las fuerzas armadas a sus cuarteles, como prometió en campaña, creó la Guardia Nacional.

Todos los partidos la aprobaron unánimemente. Seguramente para lograrlo  realizó el presidente una operación tipo mensalao brasileño.

Engañó a  todos. La Guardia Nacional no está bajo mando civil.

Además se ha usado para  sellar las fronteras  sur y norte, desplazando a us tropas a lo largo y ancho del territorio nacional  obedeciendo a los mandatos del presidente Trump, quien presume groseramente que él presidente  mexicano es su amigo y eficaz colaborador, en materia de impedir el tránsito de migrantes.

La política gubernamental opera como verdadero Muro contra los migrantes, sobre todo los del Triángulo Norte de Centroamérica usando a la Guardia Nacional con acciones cada vez más violentas y con la inmensa arbitrariedad del Instituto Nacional de Migración donde detienen, maltratan y extorsionan a las humildes familias de migrantes.

Los niveles  de atropello y extorsión son tantos que han impedido la presencia de organismos internacionales, incluido el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados ACNUR en los Estaciones Migratorias. Mucho menos permiten la presencia de Organizaciones  No Gubernamentales e incluso la de Diputados.

El temor a los chantajes del presidente estadunidense  llega al extremo de que el presidente AMLO no recibió al Canciller Ruso Serguéi Lavrov. Ni siquiera le permitieron ofrecer una  conferencia conjunta con el Secretario Ebrard.

Durante años López Obrador se ostentó como nacionalista y particularmente  hostil al intervencionismo yanqui, resulta completamente incongruente su abyección ante Trump, al grado de haber tirado a la basura la inmensa posibilidad que le ofrecía la presencia del Canciller Ruso Lavrov, para hacer una elegante toma de distancia y usar nuestra vecindad para negociar en mejores condiciones con nuestros vecinos. Diplomacia que supieron manejar con destreza los gobiernos priistas.

La presión de los estadunidenses en materia de persecución al tráfico de drogas, está hoy ante un dilema: obedecer a Trump y emplear con toda la fuerza del Estado un ofensiva contra los Jefes de los Carteles o realizar una alianza de facto con el Cartel de Sinaloa y otros, como se evidenció en la boda transexenal. valiente y talentosamente analizada por Beatriz Pagés, en éstas páginas.

No solamente en los anteriores temas: combate  a la corrupción; fin a la “guerra de Calderón y Peña” y la inicial política de “puertas abiertas a los migrantes”, el gobierno realizado una estafa; también esa gran mentira se aplica en otros  aspectos de la política gubernamental.

Una Transformación, por mínima que sea, requiere de propuestas sociales, económicas, políticas y culturales.

El presidente no ha realizado, ni pretende realizar una reforma para cambiar los ejes centrales del llamado neoliberalismo.

Muchos economistas e intelectuales que podrían haber o fueron sus simpatizantes e incluso integrantes de su gabinete, no son escuchados. Incluso han sido calificados como adversarios por plantear la necesidad de una reforma fiscal redistributiva.

Mucho menos se plantea, por ninguna parte, ni en el Plan Nacional de  Desarrollo, ni en discursos algo que implique una propuesta de inversión pública para estimular la economía productiva.

En materia salarial no se puede negar la importancia del incremento a los salarios mínimos, sobre todo los de fines del 2018 en la frontera norte.

En las revisiones contractuales se mantiene la política de topes salariales y por ello todas los incrementos han sido de 3.4 por ciento directo al salario y a veces  un punto porcentual en materia de las llamadas prestaciones.

Los programa favoritos del gobierno de subsidios para  Adultos Mayores, Jóvenes Construyendo Futuro y Becas según el propio presidente suman un poco más de 11 millones y otros cálculos llegan a  casi 20 millones.

Esas políticas aún siendo importantes no son realmente contrarias al tan combatido modelo “neoliberal”, sino que incluso pueden ser mecanismos de control de daños  de ese  “modelo” sin  que lo pongan en cuestión.

Pero en cierto sentido el presidente López Obrador ha establecido el peor esquema de otorgamiento de subsidios al privilegiar su asignación de manera “focalizada” , lo que  ha despertado enormes suspicacias de su carácter clientelar  y que tienden ha convertirlos en una de tantos tentáculos de control con fines  electorales.

Todos los  indicios de “cambios políticos” están muy lejos de construir un nuevo régimen realmente democrático.

No hay el menor indicio de abrir los requisitos para el registro de partidos y candidaturas ciudadanas genuinas. Se mantienen las reglas que favorecen el sistema de “afiliaciones” y “asambleas” convertidas en “negocio” de los  grupos  clientelares, donde la realización de una “Asamblea Estatal” tiene un costo promedio de  4 millones de pesos. Es decir para  obtener el registro por esa vía se requieren unos 80 millones. Semejantes o mayores cantidades se requieren si se opta por los otros métodos. No se diga el precio “por afiliación”.

En resumen se mantiene  el esquema de monopolio de la partidocracia.

A todo lo anterior deben sumarse las maniobras para apoderase del INE aprovechando el descontento de muchos sectores por los privilegios económicos y de poder que tienen sus Consejeros en el modelo actual.

No se trata de tirar el agua sucia  con todo y el niño.