Ciertamente la pandemia de covid 19 constituye una experiencia nunca antes vivida por la humanidad. No por la gravedad de la enfermedad, sino porque, debido a la globalización, es la primera vez que una epidemia afecta, y con extrema rapidez, al conjunto del planeta y de manera prácticamente simultánea. Es también cierto que la única vía para detenerla o atenuarla es el resguardo en los hogares, con el fin de disminuir la movilidad y, en consecuencia, los contagios. El confinamiento en casa, sin embargo, tiene efectos graves sobre la economía mundial, tanto que hay consenso en que, aunque la economía ya estaba en una desaceleración, esta crisis será igual o más profunda que la de 1929 que ha sido la más grave que ha vivido el capitalismo y que desembocó en la Segunda Guerra Mundial.

Hoy, el Fondo Monetario Internacional calcula que la economía mundial descenderá en –3 por ciento, y no cae más por el crecimiento de China y la India, que si bien bajan notablemente sus tasas, todavía son positivas. Lo contrario sucede con otros países desarrollados: Estados Unidos caerá –5.9 %; Japón, un –5.2 % y Europa un –7.5 por ciento.

Para México en particular, la Comisión Económica para América Latina, la Cepal, estima que se registrará un descenso de –6.5 por ciento. Por supuesto, la causa fundamental de la caída es la paralización o congelamiento parcial de la economía debido al cierre, por el necesario confinamiento, de industrias y empresas no esenciales.  Junto a esta causa, que opera en todo el mundo y que determina la contracción de la economía planetaria, cada país tiene factores específicos de acuerdo con la estructura de su economía. En México, hay cuatro aspectos que ejercen particular presión.

  1. La disminución en las remesas que envían los mexicanos que trabajan en el extranjero, debido al creciente desempleo principalmente en Estados Unidos. Este rubro, como se sabe, constituye el primero o segundo renglón de ingreso de divisas (es decir de monedas extranjeras) al país. Y las divisas representan un ingreso crucial, porque debido a la dependencia de nuestra economía, acentuada durante las últimas décadas, la planta productiva mexicana necesita para operar importar materias primas intermedias, así como bienes de capital.
  2. También relacionado con las divisas disponibles, es que un fenómeno recurrente que ha vivido México en momentos de crisis es la fuga de capitales que realizan tanto nacionales como extranjeros. Basta mencionar que en marzo pasado, inversionistas extranjeros sacaron del país 166 mil millones de pesos.
  3. El tercer factor de especial importancia es la caida nunca antes vista, del precio del petróleo, que incluso llegó a precios negativos, o sea que el productor tiene que pagar para que se lleven el petróleo.

Esa baja impresionante del petróleo obedece a tres tipos de fenómenos. El primero es el factor económico y consiste en la disminución extraordinaria de la demanda, por el congelamiento parcial de la economía internacional, debido al confinamiento necesario para enfrentar el covid 19. El segundo es de carácter logístico, pues no existe, en el mundo, suficiente capacidad de almacenamiento para el petróleo que se produce y para el que no hay suficiente demanda. El tercero es el factor técnico, y es que, a diferencia de otros procesos productivos en que basta con parar las máquinas para dejar de producir, en el caso del petróleo no puede cerrarse fácilmente la llave y dejar de producir, pues parar la extracción tiene graves y costosas consecuencias para reanudar la producción, sobre todo en el caso de pozos maduros. Estos tres factores son los que han ocasionado la baja extraordinaria del precio del petróleo.

  1. El cuarto aspecto que ejerce presión sobre la crisis económica en México es que en nuestro país la economía informal es excepcionalmente amplia, pues en ella se ocupa el 54 por ciento de la población económicamente activa, y es evidente que frente a la contracción de la economía, esa multitud de trabajadores informales tienen menos capacidad para recuperarse.

Como a todo el mundo, pues, nos esperan meses difíciles, aunque siempre hay que confiar en el ingenio y la creatividad del pueblo mexicano.