Acapulco, Gro.- La minería podría consolidarse como la segunda actividad económica de Guerrero en caso de cumplirse la promesa que hiciera el presidente Andrés Manuel López Obrador de encontrar la solución a la huelga que desde hace 13 años mantiene paralizado a un complejo minero en Taxco.
El 30 de julio del 2007 387 agremiados a la sección 17 del Sindicato Nacional Minero dirigido entonces a nivel nacional por Napoleón Gómez Urrutia, iniciaron una huelga para demandar mejoras salariales y seguridad a la empresa Grupo México de Germán Larrea.
El paro de actividades ocurrió de manera simultánea al de Cananea, en Sonora, y de San Martín Sombrerete, en Zacatecas, sin que ninguno de esos conflictos hubiera tenido viso de arreglo.
El movimiento huelguístico en Taxco y de los yacimientos en Sonora y Zacatecas se explican por la confrontación entre sector monopólico del empresariado mexicano en esta rama y su activa intervención, en el desmoronamiento del sistema corporativo en el que se sustentó por décadas el sindicalismo minero, lo cual termina por desencadenar nuevos conflictos.
El pasado 30 de julio, Roberto Hernández Mojica, secretario general de la Sección 17 del Sindicato Nacional de Trabajadores Mineros Metalúrgicos Siderúrgicos de la República Mexicana (SNTMMSRM) en dos años del gobierno de Andrés Manuel López Obrador, se ha dejado ver que en la Cuarta Transformación “hay células de gobiernos anteriores que protegen a empresarios de Grupo México.
Durante 13 años, ninguna autoridad federal, estatal o municipal ha logrado resolver este conflicto que afecta a las familias de 177 trabajadores que el 30 de julio de 2007 iniciaron la protesta para reclamar sus derechos laborales y mejores condiciones de seguridad laboral.
Desde la exigencia de Germán Larrea para declarar las huelgas ilegales hasta pedir la intervención de las fuerzas militares para desalojar a los mineros, pasando por varios intentos de terminar la relación laboral o ganarle al Sindicato Minero la titularidad del Contrato Colectivo de Trabajo (CCT) de la mano de sindicatos patronales como la Confederación Revolucionaria de Obreros y Campesinos (CROC) y la Confederación de Trabajadores de México (CTM), los mineros han sostenido 13 años la huelga y hoy existe una posibilidad de llegar a la solución.
El complejo minero en cuestión se localiza a las afueras de la ciudad de Taxco de Alarcón, que se ubica en la zona norte de Guerrero, y consta de varias minas subterráneas que son conocidas como San Antonio, Guerrero y Remedios, además de una planta de flotación donde se producían concentrados de zinc y plomo, así como diversas cantidades de oro y plata.
En su momento, la empresa reportó que las pérdidas de producción fueron estimadas en 13 mil 270 toneladas de zinc y dos mil 225 toneladas de plomo ambos en concentrados, tan sólo durante el primer año, debido a la huelga de los trabajadores.
En el 2007, un año antes de que estallara el movimiento Grupo México anunció el cierre definitivo de su unidad minera en Taxco, Guerrero, debido al agotamiento de reservas y el problema acentuado por los paros laborales y el bloqueo de contratistas, informó Minera México subsidiaria del Grupo.
Las gestiones de Minera México para cerrar la unidad minera por inviabilidad técnico-económica, se presentaron el 16 de noviembre de 2006 ante la Junta Federal de Conciliación y Arbitraje.
La empresa ofreció dicha liquidación a sus trabajadores con objeto de evitar 2 ó 3 años de gestiones legales que pospondrían el ingreso económico de los trabajadores correspondiente a su liquidación y crearía falsas expectativas entre los mismos mineros por parte del sindicato.
“El agotamiento de la mina”, fue rechazado por los propios trabajadores quienes aseguraron que “las minas tenían vida para ser explotadas cuando menos 26 años más”.
La producción de la Unidad Taxco en 2006 fue 14 mil 346 toneladas de zinc, 995 mil onzas de Plata, y 2 mil 119 toneladas de plomo. Empleó a 406 trabajadores y 59 empleados. Sus ventas fueron 42 millones de dólares en el año 2006, lo que representó el 0.56 por ciento de las ventas del Grupo.
Durante los primeros 10 meses de huelga la empresa ofreció liquidaciones superiores a la ley y algunas decenas de mineros lo aceptaron, pero la dirigencia y el grupo central resisten esta embestida. La empresa concesionaria Industrial Minera México (IMMSA), quien recibe el apoyo gubernamental, apostó al desgaste económico de los mineros.
Cada día de huelga en las minas de Taxco, Industrial Minera México SA (Immsa) registra pérdidas por medio millón de dólares, lo que a la fecha, en 52 días de ese movimiento, ya suman 26 millones de dólares, informó en su oportunidad Daniel Chávez Carreón, director general de operaciones de cobre de ese corporativo de origen mexicano.
La Junta Federal de Conciliación y Arbitraje declarar inexistentes las huelgas y mandar desalojar a los huelguistas a como diera lugar. El 11 de enero del 2008 llegaron cerca de 800 granaderos de la Policía Federal Preventiva con ochenta patrullas y ocho camiones del Ejército para desalojar la entrada principal de la mina: 40 mineros fueron.
La expansión territorial de la minería en la entidad a partir de la llegada de las empresas canadienses y la implantación de grandes proyectos extractivos en zonas campesinas e indígenas, está provocando una serie de movilizaciones sociales, algunas de ellas de una corte global.
El 30 de julio de este año, Roberto Hernández, líder sindical de los mineros, aseguró que de los 386 trabajadores mineros que iniciaron la huelga en demanda de seguridad social y autonomía sindical, actualmente existen 137 trabajadores, 12 han fallecido y demás han aceptado la liquidación.
La minería se ha venido consolidando como la segunda actividad económica de la entidad con una inversión de más de dos mil millones de dólares, una generación de 10 mil empleos directos y 50 mil indirectos en la región estatal en que opera, aunque también ha despertado la ambición del crimen organizado y grupos que dicen luchar en defensa del medio ambiente.