La libertad es uno de los ideales más preciados. Uno de los filósofos más destacados del siglo XX, Isaiah Berlin, ha hecho notar que el significado nuclear de los términos “libertad humana” y” liberación” se refiere a “ausencia de restricciones”, o más específicamente a la ausencia de coacción, lo que significa que la libertad tiene como sentido fundamental el derecho a realizar como seres humanos lo que nos parezca mejor para ser felices.

Pero hay que destacar que hay puntos donde la libertad de unos parece convertirse en una coacción en contra de otros, y que mejor que recordar a Don Benito Juárez en ese sentido, el derecho al respeto ajeno es la paz, o el derecho de todos termina en el lugar donde se afecta el derecho de los demás. Es por ello por lo que toda lucha se traduce en un intento por la libertad o en contra de ella, puesto que se pretende destruir, neutralizar o mantener el poder poseído o utilizado por otro grupo o individuo y en una oposición a alguna forma de restricción existente. La libertad siempre tiene una connotación de resistencia y conlleva el ejercicio de un derecho pero también de obligaciones.

La libertad política es para Berlin la garantía de no prohibir al individuo hacer lo que desee, independientemente de que sea capaz de llevarlo a cabo o no. Podemos decir que todos tenemos la libertad para leer, aunque haya quienes deciden no hacerlo por voluntad propia; pero en un escenario distinto puede haber quienes no lo hagan porque existe alguna interferencia de parte de otros.

De igual manera, el derecho a la educación debe ejercerse sujeto a las normas y obligaciones que todo estudiante debe tener, pero sin que este derecho se convierta en un obstáculo para que otros estudien.

Si hay algo que no estoy haciendo, y que podría hacer o haber hecho, y esto se asocia a un obstáculo generado por la intervención deliberada de un ser humano que me impide hacer esto o aquello, de perseguir mis deseos, puedo decir que me están coartando la libertad.

Los factores naturales, ya sean físicos o psicológicos, pueden evitar que un hombre haga lo que desea hacer, pero no se puede afirmar que éstos coarten la libertad de alguien puesto que no son producto de acción política alguna, pues la política tiene que ver con medidas intencionales que son llevadas a cabo por seres humanos.

En su sentido político, la libertad es la ausencia de interferencia por parte de otros, y la libertad civil es el área en la interferencia de otros que ha sido excluida por la ley con el objeto de garantizar justamente la libertad de todos. Mi libertad de tránsito se materializa en la restricción que todos tenemos para apropiarnos de las calles. De esta forma una prohibición particular se convierte en realidad en la garantía de la libertad de todos. Claro que la frontera puede ser muy sutil en estos casos y es por ello fundamental que existan mecanismos de comunicación y deliberación que legitimen las normas por las que nos limitamos como ciudadanos en aras de nuestra propia libertad.

De esta forma, “libertad” denota por lo general, no solo la ausencia de una coerción positiva, sino, además, la presencia de una restricción negativa, por parte de un grupo de seres humanos hacia otro.

La libertad, nos dice Berlin, no es una palabra que denote un fin humano, sino un término para designar la ausencia de obstáculos que resultan de la acción humana para la realización de cualesquiera fines que persigamos, y esto es esencial para entender que la libertad por sí misma y descontextualizada de objetivos más amplios puede convertirse en un pretexto de grupos para coartar la libertad de las mayorías.

Juárez permanece vigente, los límites de mi libertad inician en la libertad de los otros. En estos tiempos en que hay quienes insisten en su libertad para insultar, para no usar cubrebocas ni respetar la sana distancia, con ello invariablemente lesionan la libertad y el derecho de otros, habrá que recordarles las veces que sea necesario la célebre frase de Don Benito Juárez: “El respeto al derecho ajeno es la paz” La obligación necesaria para ejercer mis derechos, entre ellos mi libertado es que cumpla con la obligación de respetar los derechos y la libertad de los demás.