Se va 2020, y esperemos ser los afortunados que no partamos con él. Un mal año por muchas razones, y ahora hay que preguntarnos qué podemos hacer para tener un mejor año 2021.

Claro que siempre podremos quedarnos sin hacer nada y culpar el destino o los complots o sencillamente dejarnos llevar por la vida sin vivirla. Si buscamos en las redes sociales muy rápido encontraremos muchas teorías de complots, de charlatanería y de odios y resentimientos acumulados que no nos dejan sino malestar y, sin embargo, también nos permiten culpar a otros de lo que nos ocurre. Pensar que es la voluntad de Dios, o el destino o Bill Gates o los judíos o tantos otros complots nos permite evadir toda responsabilidad, y de esa manera no nos culpamos. Nos sentimos a disgusto, pero sin culpa. Total, aquí y así nos tocó vivir. Esas fantasías no son nuevas, siempre han estado presentes en la historia de la humanidad y son como placebos que nos mantienen sumisos e inactivos.

Esos distractores, pequeños chismes de telenovela, venganzas y alianzas, los buenos y los malos, los amigos y los enemigos nos engañan y nos hacen vivir un videojuego como si fuera nuestra vida propia, aunque en realidad, ya sean verdades o mentiras nos afectan poco o nada y en las que poco o nada podemos influir.

Humberto Eco describió muy bien el paso reciente de la información relevante al chisme.

Nos recuerda Eco que fue con Clinton, en los Estados Unidos cuando en lugar de atacarlo con argumentos e incluso ejercer la violencia como se había hecho con Kennedy, se buscó el escándalo, ver qué hacía en su vida íntima para desacreditarlo. Así ocurre hoy día cuando se ataca a un adversario afirmando cosas inmundas, y no es necesario demostrar nada, basta correr el chisme y aunque sea falso se proyecta una sombra sobre el atacado.

Con ello, no importan realmente los proyectos políticos o los argumentos, los chismes tienen más audiencia.

Pero esos distractores nos alejan de lo verdaderamente importante, nos alejan de nuestra vida cotidiana, de lo cercano y de las posibilidades de nuestras acciones para construir el futuro. ¿Qué podemos hacer para construir un mejor futuro?

Y a pesar de que hay muchas respuestas a lo que podemos hacer, quizá tantas como individuos, también es cierto primero hay que pensarlas, desearlas, y poner manos a la obra.

Educación. La participación familiar y comunitaria se ha olvidado desde hace tiempo. Con cada vez mayor frecuencia, antes de la pandemia, se abandonaba a los niños a su suerte. Por una parte, los maestros cuidaban a las familias y las familias a los maestros. Pero, hoy, con la pandemia, ¿Qué podemos hacer por la educación de nuestros hijos? ¿Cómo hacer algo sin depender de las grandes acciones nacionales? ¿Cómo contribuir en nuestras comunidades con la educación de niños y jóvenes? ¿Cómo mejorar o hacer eficiente la enseñanza en línea?

Salud. Enfermarse ahora y tener que acudir a un hospital es un riesgo mayúsculo. Sabemos de las recomendaciones sanitarias de salir lo menos posible, manener la sana distancia, usar cubre bocas y lavarse las manos. ¿Cómo podríamos apoyarnos localmente para cumplir con esas recomendaciones y disminuir el riesgo de contagio cercano?

Trabajo. Mucha gente ha perdido su trabajo y muchos otros han visto disminuidos sus ingresos. ¿Cómo apoyarnos?

Seguramente los lectores podrán imaginar muchísimas posiblidades, por ello sólo apuntaré algunas muy generales, antes de desearles felices fiestas.

En educación, no siempre se tiene una buena conexión o una buena computadora, compartir es posible. Y de igual forma que los niños y jóvenes se comunican de manera virtual, así lo podemos hacer con nuestros vecinos. Siempre hay alguien bueno para resolver dudas de matemáticas o inglés.

Ofrezcamos compras a los vecinos si tenemos que salir, en lugar de salir todos, todos los días se pueden disminuir las salidas y hasta ahorrar en las compras por volumen.

Finalmente, apoyemos la economía local, compremos entre nosotros, hagamos trueques, si nos es posible ofrezcamos trabajo.

Pensemos más en nosotros y no en las fantasías y telenovelas de otros. El futuro se construye poco a poco, pero sin pausa.

Felices fiestas a todas y todos.