Delfina Gómez Álvarez, la maestra Delfina, la nueva secretaria de Educación Pública, toma su rumbo con parsimonia, no da señales claras de a dónde quiere llegar ni de qué hará con los asuntos candentes. También parece una figura solitaria en el viejo caserón, sede de la Secretaría de Educación Pública. Escribo esta nota el miércoles 24 por la mañana. En la página Web de la SEP por fin apareció su nombre como titular de la dependencia, pero al darle el clic, todavía se ve el retrato y la biografía de su predecesor, Esteban Moctezuma Barragán.
También puede advertirse el nombre de Martha Velda Hernández Moreno, la nueva subsecretaria de Educación Básica. Pero ni foto ni datos biográficos, aunque se sabe que viene de la Universidad de Monterrey, propiedad de Alfonso Romo. Ergo, es legítimo especular que el amigo y ex asesor del presidente López Obrador, Alfonso Romo, la recomendó para el cargo; él es el dueño de dicha universidad.
Extraña que después de 10 días en la oficina, la maestra Delfina apenas haya tomado la palestra en pocas ocasiones. La primera el 15 de febrero, cuando el presidente le dio el mando formal. Las otras veces para aseverar que estará cerca de los maestros y que se distribuyen por adelantado becas de los programas Benito Juárez y de la Escuela es Nuestra. Tampoco ha trascendido que haya hecho nombramientos en el aparato de conducción de la SEP, aunque sí ha de tener en su oficina a personas fieles y de su equipo político.
Comencé con esa narración porque la transición fue larga, hubo semanas de ceremonias conjuntas entre Esteban Moctezuma y la maestra Delfina, se suponía que llegaba con las maletas desempacadas. No sabe cómo o espera la línea del presidente para poner en la discusión pública asuntos que arrastra la dependencia u otros que le interesen a ella.
No obstante, a pesar de lo poco que ha dicho en 10 días, algo puede colegirse. En primer término que, al igual que Esteban Moctezuma, buscará la conexión con los maestros de base. Va a tener su propia página, con ella no dependerá de las facciones del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación para hablar con los maestros. Con la ventaja que le da ser del gremio y hablar su lenguaje: “Estaré muy cerca del magisterio, madres y padres de familia, así como de las niñas, niños, adolescentes y jóvenes del país”.
Pero más temprano que tarde tendrá que fijar posiciones y demostrar que tiene tamaños para enfrentar a grupos bien organizados, con recursos y símbolos que antes que nada defienden sus “conquistas laborales”. La Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación ya emplazó al presidente más que a ella, para resolver sus exigencias, que no son pocas: basificación, aumento de sueldos al 100 porciento, reinstalación y pagos de salarios caídos a sus integrantes en varios estados y derogación completa de lo laboral del artículo tercero constitucional. Directo: lo que reclama es volver al mundo anterior a las reformas del gobierno de Peña Nieto, donde el corporativismo sindical imponía las reglas del juego político; la Subsecretaría de Educación Básica estaba subordinada a sus apremios, no a los intereses institucionales del Estado.
Menos vociferante pero más consistente es la postura de la facción que comanda Alfonso Cepeda Salas, con un modo comedido demanda al gobierno de Andrés Manuel López Obrador derogar la reforma a la ley del ISSSTE de 2007. La CNTE también, pero lo hace con plantones y marchas, aunque sus líderes tienen la oportunidad de planteárselo al presidente en persona, los recibirá.
Este requerimiento puede atraerles apoyos y solidaridad de otros gremios y sindicatos a las facciones del SNTE. Tiene que ver con la jubilación. Antes de aquella reforma, el máximo de las pensiones se computaba en salarios mínimos. Éstos no aumentaban por los efecto que traerían en la reservas —de por sí menguadas— para jubilaciones y pensiones del IMSS y el ISSSTE.
La maestra Delfina no ha dicho cómo será su relación con los gobernadores. Hoy es claro que la pandemia y Aprende en Casa II dominan la agenda, retorno o no, o cómo y cuándo. Pero, más allá de la coyuntura, no da señales. No se sabe si los invitará a compartir el mando en sus territorios o nada más les tirará línea. Hay broncas severas en los estados donde la CNTE es mayoría, pero no están exentos otros, como en Baja California, donde el gobernador Bonilla no les encontró el modo a los líderes de las secciones 2 y 37, aunque simpaticen con Morena.
Lo que sí se sabe, es que la maestra Delfina recibe a la SEP sin recursos financieros, con un montón de programas para gente pobre desaparecidos o desfondados y la presión sindical sobre la nómina magisterial.
La escasez de dinero es grave. Se establecen protocolos para el eventual regreso a clases, pero no se apunta cuánto costará su puesta en marcha, en especial agua potable y sanitización. Si el gobierno central espera que los de los estados lo paguen, encontrará resistencia, si piensa que sean las familias, será otro golpe más a la brecha de desigualdad: los pobres saldrán perjudicados, más todavía.
Y las injusticias se multiplican, en 2019 el secretario Esteban Moctezuma incorporó a la SEP las orquestas infantiles y juveniles de la Fundación Azteca, de la que él era el director. Luego se supo que en realidad la filantropía de Salinas Pliego la pagaba el gobierno vía subsidios (ver Contienda por la Educación en Siempre del 2 de febrero de 2020). Peor aún, los maestros de música fueron convenidos a la renuncia voluntaria a cambio de su incorporación con mejor salario en la SEP, pero hubo trampa.
En un reportaje en Animal Político (24/02/2021), Nayeli Roldán informa que no se les paga a más de 700 maestros desde julio de 2020. El engaño es que fueron empleados con contratos temporales como “prestadores de servicio de asesoría externa especializada”; sin prestaciones ni posibilidad de liquidación.
Aparte, a la maestra Delfina le tocará echar abajo la promesa presidencial de descentralizar la SEP a Puebla; rematar un sueño imposible.
En fin, son retos que tiene por delante, pero el activo que pretende administrar es su bagaje docente. El boletín 34 de la SEP (19/02/2021) Apunta que la maestra Delfina hizo un reconocimiento a maestros que “buscan medios por los que pueden llegar a sus niños, que puede ser desde una tele, un video, hablando por megáfono; los que van a tocar a las casas y van a dejar material, ‘esos maestros son mis maestros’”.


