Acapulco, Gro.- La definición de la candidatura a la presidencia municipal de Acapulco se perfile como un nuevo conflicto en las filas del partido. No solo se trata del número de aspirantes al cargo sino también de los criterios y procedimientos de selección como la batalla intestina entre las tribus que conforman al instituto político.

Al cierre de febrero se acumularon 22 aspirantes a ese cargo, aunque también se llegó a hablar de que la puja real estaría entre cuatro: Adela Román, actual alcaldesa; Abelina López Rodríguez, diputada; Zeferino Torreblanca Galindo quien ya fue alcalde y gobernador de la entidad, aunque por las siglas del PRD y Javier Solorio Almazán, actual síndico de la comuna.

La importancia de Acapulco va más allá de ser el principal destino turístico. En realidad, desde su institución, llegó a representar la unidad de mando regional además de que históricamente ha sido la capital económica de la entidad.

En el municipio hay más de 600 mil ciudadanos empadronados por lo que concentra la mayor cantidad de votos posibles y eso le convierte en una territorialidad estratégica.

La pugna que está por desatarse permaneció casi oculta durante el periodo en que los señalamientos hacia Félix Salgado Macedonio estuvieron la atención mediática y ahora que esa tormenta parece amainar, la candidatura por la presidencia municipal de Acapulco reviste de interés especial particularmente para reposicionar la intención de voto hacia abanderado estatal.

Torreblanca Galindo nunca ha sido bien visto por los grupos recalcitrantes de la izquierda. Hay antecedentes históricos que lo explican. Uno de los motivos de rechazo ha sido la extracción social de quien llegó el representante más combativo en el sector empresarial.

En la época de la guerrilla en Guerrero, el secuestro y posterior asesinato de Margarita Saad, fue clave para que el sector empresarial marcara su distancia con estos grupos. Desde 1988, Zeferino Torreblanca fue uno de los primeros empresarios a nivel nacional que se acercó a la izquierda.

Incluso marcó una postura al señalar que la lucha de clases no implicaba la destrucción física del adversario sino la necesidad de resolver los antagonismos en el orden socioeconómico y político. Eso propició que José Francisco Ruiz Massieu, entonces gobernador de Guerrero, lo calificara, como un comunista de derecha.

La relación entre Torreblanca Galindo y Salgado Macedonio, se fue trenzando en los años posteriores a la caída del sistema de computo de votos. Fue una serie de apoyos mutuos en diferentes momentos. En 1993, ambos compitieron por la candidatura al gobierno de Guerrero al interior del PRD, siendo Andrés Manuel López Obrador el líder nacional del partido.

Torreblanca Galindo declinó su candidatura en favor del proceso y acompañó a Salgado Macedonio en las movilizaciones que impugnaron los resultados electorales en Guerrero.

La primera victoria electoral importante que tuvo el PRD en la entidad fue en Acapulco cuando en 1999 Torreblanca Galindo llegó a ser alcalde de Acapulco. Se fue generando una inercia electoral que favoreció al PRD al retener la alcaldía porteña por amplia mayoría en el siguiente periodo y lograr la alternancia por primera vez en la gubernatura.

Sin embargo, para los grupos recalcitrantes del PRD el que el empresario porteño se haya negado siempre a afiliarse al partido es, hasta la fecha, un motivo de rechazo no obstante que siempre esgrimió como argumento la frase de Cuauhtémoc Cárdenas: el PRD debe ser un vehículo de la sociedad civil y no los grupos de poder e interés como ocurre con otros partidos.

La expectativa ciudadana de que Torreblanca Galindo sea el candidato de Morena generaría una sinergia de votación que impulsaría más a Salgado Macedonio, a pesar de que su popularidad ya la ventaja.

Sin embargo, si Adela Román fuese la candidata, el efecto sería contrario dado está mal calificada en sub despeño de gobierno en la comuna y bajo este escenario, el favorecido sería el PRI, si Ricardo Taja termina como candidato.

Hasta ahora hay amistad entre Taja y Salgado Macedonio, pero en el ejercicio del poder, la posibilidad de confrontaciones se incrementa.

Bajo el escenario en que Torreblanca Galindo pueda ser alcalde y Salgado Macedonio gobernador, también se perciben algunos conflictos. La relación entre ambos es cordial pero las diferencias se mantienen. Salgado Macedonio tiende a responder que sí a toda petición que se le plantea. En aras de buscar beneficios a la población más vulnerable no calcula las posibilidades presupuestales y minimiza las consecuencias de los préstamos al poner por delante la rentabilidad política.

Una tercera posibilidad sería que resultara ser Javier Solorio Almazán actual síndico, pero aun la inercia electoral de Morena en Acapulco no serpia suficiente para garantizar el voto a quien tiene un bajo perfil en el liderazgo político.

Un caballo negro seria que la alianza PRI-PRD perfile como candidato a Víctor Aguirre Alcalde, familiar del ex gobernador perredista.

Su mandato en el municipio que genera el más del 90 por ciento de los ingresos fiscales del estado, y sus aspiraciones de llegar a la gubernatura configurarían escenarios de confrontación entre ambos niveles de gobierno

El estado de Guerrero presenta características muy particulares que colocan a la entidad entre las que presentan mayor índice de marginación, rezago, pobreza y violencia en México. Estas difíciles circunstancias se traducen en una permanente crisis de gobernabilidad que dificulta el deseable ejercicio de la democracia en la vida política guerrerense.

Guerrero tiene escenarios que se distinguen de los nacionales y están determinados por el entorno del ciudadano, particularmente por el bienestar económico del hogar, la posición social percibida y ser beneficiario o no de algún programa social, así como por elementos de su cultura política, como la confianza en las instituciones y su participación electoral, con la intervención asimismo de otros factores sociodemográficos determinantes, como la educación o la región.