Con la vacuna contra la Covid-19 al descubierto, se inició una estrategia de aplicación conducida por el Gobierno de la República que con paso constante se realiza en todo el país.
Se sigue lo diseñado en el plan. Primero, el personal de las instituciones de salud que atienden la epidemia; después se vacuna a los adultos mayores de 60 años para seguir con población de 50 años en adelante hasta lograr que toda la población mexicana se haya vacunado.
En el proceso se vacunará a personal docente del nivel básico pues es prioridad que se reinicien actividades presenciales en la educación. El esquema es racional, atendiendo a los suministros de dosis que se obtengan de distintos laboratorios y países que producen ese antídoto que conlleva la esperanza de que los índices de salud se mejoren.
De igual modo, nuestras economías se reactivarán estimando un crecimiento del Producto Interno Bruto cercano al 4 por ciento en México. Esto sería un logro extraordinario si atendemos a la incertidumbre que vivimos hasta finales del 2020, cuando se dio a conocer que la vacuna se había descubierto.
Valoremos que la estrategia de atención a la pandemia ha recaído en el Gobierno federal, que ha mostrado responsabilidad excepcional al conducir al Estado y sociedad para comprender la gradualidad que necesariamente se da en la atención del virus.
Hay problemas en la fase de producción, pero tampoco se ha detenido el suministro a distintas naciones. Así, la OMS estimaba que, al 18 de febrero de 2021, había al menos siete vacunas distintas que los países han empezado a administrar concediendo prioridad a las personas vulnerables.
Las vacunas son una herramienta nueva y esencial para poner fin a la epidemia y, no obstante que es un proceso que no se da de la noche a la mañana, no se detiene.
Consideremos que en todo el mundo, los investigadores están trabajando lo más rápido posible, colaborando e innovando para que dispongamos de las pruebas, los tratamientos y las vacunas que, en conjunto, salvarán vidas y pondrán fin a esta pandemia.
La misma OMS implementa y coordina un mecanismo de colaboración con los gobiernos y los fabricantes para garantizar la asignación justa y equitativa de vacunas a todos los países.
Analizar este ángulo del problema significa poner en la opinión pública las situaciones verdaderas que en el mundo se implementan para hacer frente al virus y desterrarlo de nuestras vidas. Por eso, hay que ser prudentes en las apreciaciones.
La vacuna en México tiene un mecanismo de aplicación y suministro muy claro y eficaz para llegar a las comunidades y núcleos sociales en todo el país sin dejar de mantener la estrategia de cuidarse y ser prudentes en las distancias entre sí y en centros de aglomeración humana para evitar la propagación del virus y los rebrotes.
Por eso, debemos rechazar la propaganda que pretende crear dudas en la población y ajustarnos a lo que hasta ahora ha sido un manejo apropiado de la pandemia por parte del gobierno del presidente López Obrador. Hemos caminado con los ritmos adecuados y con actos de solidaridad de gran valía. Y eso es lo que debemos cuidar y convertirnos en vías de información sensata y clara a una ciudadanía que confía en que pronto estaremos viendo la crisis de la pandemia como un fenómeno del pasado.
Vicepresidente de la mesa directiva de la Cámara de Diputados.
@Bonifaz49