“…Refiriéndome a los aduladores, tan abundantes en las cortes; porque tanto

complace a los hombres que les elogien y de tal modo se engañan, que difícilmente se defienden de esa peste, y si quieren defenderse

corren el peligro de ser despreciados…”

Nicolás Maquiavelo. El Príncipe

¿Le pegaron a AMLO o utilizó al tribunal para darle un madrazo al orangután de Guerrero y de pasada a la dirección de Morena? Me pregunta desde Australia, un gran amigo.

Lo cierto es que fallaron todos o casi todos los pronósticos, el Tribunal Federal Electoral votó abrumadoramente por ratificar la sanción del INE a los candidatos de Morena en Guerrero, Félix Salgado Macedonio y en Michoacán, Raúl Morón.

La sorpresa mayor, sin embargo, no es esa. EL TRIFE, por unanimidad, validó los criterios del INE para impedir la sobre representación en la Cámara de Diputados. Como ocurrió en 2018 cuando Morena y sus aliados obtuvieron el 45.9 por ciento de los votos y se subieron 15.7 por ciento de representantes, llegando a 308 curules, duplicando la llamada cláusula de gobernabilidad que establece un 8 por ciento más para un partido o coalición que obtenga el 42 por ciento. Cláusula que es, en si misma aberrante.

El asunto es que este acuerdo del TRIFE, pone en serios problemas al gobierno de la Cuarta Transformación.

Aunque todas o casi todas las encuestas dan por vencedor a Morena y sus aliados en la votación global del próximo 6 de junio, en ningún caso obtendría ni siquiera la mayoría absoluta, mucho menos la mayoría constitucional, con la maniobra del 2018 casi obtuvo las dos terceras partes al obtener el 61.6 por ciento de las curules.

Esa cantidad de votos, no alcanza para emprender reformas constitucionales, claves para los proyectos del presidente Andrés Manuel López Obrador.

Lo anterior explica, a juicio de muchos analistas de chile, dulce y de manteca el nerviosismo de AMLO, a los que el presidente llama “conservadores del antiguo régimen” que se oponen al cambio y defienden al “neoliberalismo que produjo la corrupción y la desigualdad” que padecemos desde hace casi 40 años.

En una palabra, las resoluciones del TRIFE son una sorpresa. Cabe preguntarse por qué se dio esa sorpresa.

No descartemos que sean varias e incluso contradictorias las respuestas. Tanto las contenidas en lo que me dice mi amigo de Australia, como una cierta actuación instintiva del TRIFE para evitar una decadencia mayor a la que padecemos en todos los planos: económico, de salud, las de la pandemia, crecimiento del número de pobres, incremento sostenido de los crímenes, feminicidios, masacres, amenazas a las libertades –como las proferidas ayer por el consejero jurídico de la Presidencia Julio Scherer de “tapar la boca a los reporteros”, aunque luego se disculpó y al mismo tiempo lo elogió el presidente en su “doble vertiente”, como eficaz funcionario e hijo del gran periodista Don Julio Scherer”– militarización creciente en todos los ámbitos del país, accciones represivas contra los campesinos, los indios, los migrantes, los huelguistas y no se diga las mujeres de todo tipo de corrientes feministas, a las que el presidente ofende y agrede, sin entender en lo más mínimo sus planteamientos, sus causas, sus terribles condiciones de inseguridad y por lo tanto su inmensa ira contra la discriminación, que sufren víctimas del pacto patriarcal, que el presidente desconocía y atribuye a “palabras extranjeras” .

La sorpresa, no es suficiente para considerar que el gobierno actuará para frenar la decadencia.

Tampoco hay indicios de un vuelco electoral contra Morena, sus aliados e incluso sus “esquiroles” de color naranja. Lo que no implica que ocurran también sorpresas a nivel de las gubernaturas en disputa y en varios distritos electorales y alcaldías o presidencias municipales. No todo está definido.

Para una parte de los electores, no pertenecientes al bloque gubernamental ni tampoco al llamado BOA, sigue siendo muy desagradable estar colocados ante un dilema tan aberrante, donde el pleito es entre dos bloques de la casta dominante durante más de un siglo.

Después del 4 de junio de 2021, continuarán ocurriendo todo tipo de fenómenos generados o consecuencia de la decadencia nacional que padecemos.

Eso significa que los niveles de violencia seguirán creciendo; la pobreza, el desempleo, el estancamiento económico y el conjunto de dolores sociales, familiares e individuales serán el pan de cada día.

Obviamente los problemas derivados del estilo de gobernar del presidente López Obrador, no deben soslayarse, ni siquiera con un aparente “análisis” sistémico, escondido en una palabrería manufacturada en un marxismo doctrinario, curiosamente también empleada por los “diez intelectuales” del presidente.

A los inmensos e inesperados problemas derivados de un gobierno restaurador, llámese populista de derechas, retro populismo, echeverrismo tardío, demagogia caciquil o de cualquier otro nombre, no se les puede entender sin situarlos en un marco histórico, ideológico y sistémico.

Con formas, lenguaje, prácticas obscenas y otras vulgaridades del gobierno actual, sigue rigiendo el discurso, narrativa y predominio de un pensamiento hegemónico con máscaras nacionalistas, estatistas, falsamente redentoras y perfectamente armónicas con el dominio de los grandes capitales, cuyas consecuencias han sido el desastre que padecemos y que pueden agudizarse y hundirnos aún más.

Mientras se procesa un cambio de ruta, capaz de dar un viraje profundo, es ineludible tomar posición ante el panorama decadente.

No es anecdótico el perfil criminal de muchos candidatos del partido y sus aliados gubernamentales, tampoco es accidental el sistemático trapecismo de los políticos de un partido a otro, sino que es prácticamente la característica de esta partidocracia, casi todos proceden del PRI y actúan con sus prácticas, sus hábitos, costumbres y retórica. Por supuesto, con su voracidad cleptócrata.

Hay extremos como bien los describe Aníbal Santiago: “Sí, todo debe ser cautela porque si bien en este país no hay justicia, si tu crimen es demasiado torpe, precipitado, y dejas demasiadas pistas, testigos, en la de malas acabas en la cárcel. Es decir, aunque se mata mucho, y eso es escandaloso, en los preparativos del crimen no puedes ser escandaloso: impera la prudencia. O imperaba hasta el lunes (12 de abril 2021). Porque el lunes esa premisa se borró: el hombre que el partido del poder quiere como gobernador de Guerrero porque sí, por el poder de sus gónadas, aunque cargue múltiples acusaciones de violación sexual y también viole las normas pre electorales, rompió la regla del sigilo. Arriba de una tarima, al costado del Periférico, la avenida más transitada de México, con un micrófono y ante simpatizantes y medios vociferó: “los vamos a buscar”, avisó públicamente el protegido del presidente”.

Esa vulgaridad, la propia biografía del “orangután”, más una sorprendente conducta del TRIFE, han dado un inesperado resultado que, sin cancelar la decadencia, nos da un respiro.