La charlatanería del presidente Andrés Manuel López Obrador, su gobierno, la mayoría del Congreso de la Unión, varios gobernadores y congresos locales y centenares de alcaldías; sus partidos, encabezados por Morena; sus propagandistas y, quizá aún, millones de seguidores de buena fe, los que sin saberlo avalan una conducta que llega a extremos de criminalidad, no debe continuar.

En la misma noche del 3 de mayo escribí en Twitter: El colapso de un puente en la línea 12 del metro, es un colapso de un estilo de gobernar, plagado de corrupción. Quieren tapar el sol con un dedo. Este gobierno está manchado por la corrupción, el nepotismo y muchos vínculos con los cárteles. Es una estafa.

Resulta extraordinario escuchar al presidente, a la jefa de gobierno Claudia Sheinbaum, a Marcelo Ebrard negar lo evidente: empleo de materiales de baja calidad, una estructura inadecuada, negligencia para atender las denuncias fotografiadas por la gente, de grietas en esa línea 12 del metro para justificar la tragedia, que causó hasta el momento 25 muertos y casi un centenar de heridos.

Es grotesco intentar culpar de esa tragedia a la “peor prensa del país e internacional” por estar atacando al gobierno y estar al servicio de los “grupos de poder y conservadores que se oponen al cambio, a la Cuarta Transformación”, sin que ello tenga relación alguna con el tema específico: el colapso del puente de la línea 12 del metro, construida por los gobiernos del PRD encabezados por muchos de los actuales integrantes del gobierno Morena, como Marcelo Ebrard.

En este caso resulta ridículo culpar a los “neoliberales”.

Por eso AMLO está evadiendo una explicación precisa de las causas de esa tragedia anunciada.

Cada vez están surgiendo informaciones en torno a las diferencias entre las empresas constructoras de Carlos Slim y las consideraciones del constructor favorito de AMLO , José María Riobóo , quien estuvo en la obra del segundo piso del periférico, cercano al presidente, su esposa Yasmín Esquivel Mossa propuesta para ser Ministra de la Suprema Corte quien hoy es parte de los 11 ministros, que encabeza otro amigo del presidente, Arturo Zaldívar Lelo de Larrea, que prorrogó su mandato por 2 años, en una decisión muy cuestionada del Senado y ratificada por la Cámara de Diputados.

Según Milton Merlo en la página digital, LPO, La Política Online:

“El accidente en la Línea 12 del Metro abre un frente de batalla en los subsuelos de la 4T: el canciller Marcelo Ebrard contra Carlos Slim, el hombre más rico de México. La Línea 12, en los tramos Periférico Oriente, Tezonco, Olivos, Nopalera y Zapotitlan fue construida por Grupo Carso, propiedad de Slim. Se las adjudicó Marcelo Ebrard cuando era jefe de gobierno capitalino. Pero la constructora de Slim, a cargo de Antonio Gómez, decidió cambiar la estructura que había recomendado el despacho de José María Riobóo. Grupo Carso optó por no hacer las trabes (conocidas como ballenas) de la L12 de concreto, como había solicitado Riobóo”.

Es evidente que ante una tragedia como la ocurrida el lunes 3 de abril de este año, van a aparecer todo tipo de buitres que tratarán de capitalizarla a su favor.

Curiosamente el presidente acusa de esa mezquindad a sus opositores y a los medios nacionales e internacionales, finge no ver o saber la lucha entre sus probables sucesores. Ve la paja en el ojo ajeno y no la viga en el propio. Su cinismo e irresponsabilidad es infinito.

Las cosas más inimaginables por sus opositores, de los agravios contra la sociedad que cometería el gobierno de AMLO, se quedan cortas, son superadas día con día por los actos del gobierno, sus legisladores, los jueces que se le han sometido, sus partidos y sus propagandistas.

Resulta inexplicable como personas con cierta formación escolar, incluyendo algunas con grados y posgrados universitarios; antiguos militantes marxistas, críticos del poder durante casi toda su vida; ante el gobierno de AMLO cierran los ojos, no escuchan y acuden a los sofismas más irracionales para justificar todo lo que haga.

Nunca se puede o debe convalidar acciones de poder contrarias a los ideales auto nombrados revolucionarios, menos aún cuando el gobierno de Andrés Manuel no ha realizado una sola reforma o práctica de signo avanzado.

La complicidad con la arbitrariedad no puede esgrimirse ante la tragedia anunciada en la línea 12 del metro.

Esa conducta no se justificó ante Stalin y sus crímenes; ante Mao y sus atropellos; tampoco a los cometidos por la dinastía Castro en Cuba; mucho menos ante los dictadores de Venezuela, Nicaragua, Camboya y algunos países de África como Angola; aunque en todos ellos se produjeron transformaciones sociales, económicas y políticas; el costo de esos crímenes ha sido inmenso en todas partes. Apenas el 4 de mayo las derechas fascistas arrollaron en las elecciones de Madrid al PSOE, a los comunistas de Unidas Podemos y del Más Madrid. Las derechas gobiernan en Rusia, Hungría, Polonia, Turquía, Reino Unido y pueden triunfar en Francia, con la derecha más fanática de la familia Le Pen.

En el sur del continente los gobiernos de la “izquierda rosada”, del socialismo del siglo XXI; han sufrido derrotas en todos los países donde hubo elecciones reales y sobreviven en donde se impusieron gobiernos dictatoriales como Venezuela, Nicaragua y Cuba; ha habido cambios de la derecha a la izquierda y viceversa en Brasil, Argentina, Uruguay, Chile y un largo periodo de gobiernos derechistas en Colombia, hoy envuelto en la barbarie represiva y violación generalizada de los derechos humanos.

Esos “comunistas, socialistas e izquierdistas” están desprestigiados en todas partes.

Otra cosa son los movimientos feministas, ecologistas, los LGBTTTI+ y la gran variedad de luchas de los pueblos originarios como el EZLN. Todos ellos, por cierto, son víctimas de ofensas, agresiones e incluso violencia represiva del gobierno de AMLO.

En pocas palabras es injustificable defender al gobierno de Andrés Manuel López Obrador, desde cualquier perspectiva de esas “izquierdas”, del comunismo, del socialismo, de la social democracia e incluso desde el nacionalismo mexicano, conocido como cardenismo.

La defensa de AMLO y su gobierno esta favoreciendo a las tendencias más derechistas y anticomunistas del llamado Bloque Opositor anti AMLO, el BOA denominado así por el propio presidente Andrés Manuel López Obrador.

La parte oculta del iceberg en la construcción y operación de la línea 12 del metro, inaugurada el 30 de octubre de 2012, por Felipe Calderón, Marcelo Ebrard, Mario Delgado y Miguel Mancera, que canceló 11 de sus 20 estaciones por errores en el diseño de los rieles, al punto de ser diferentes al tamaño de los vagones y tener también curvas mal diseñadas y que remplazó 32 kilómetros de tramos defectuosos en enero de 2015 y que fue afectada por los sismos del 19 de septiembre de 2017, es muy turbia y es la causa de la tragedia.

Esa madeja de corrupción, negligencia y complicidades no debe quedar impune.