Culminada la jornada electoral, conocidos los resultados agregados en el Programa de Resultados Electorales Preliminares (PREP), presentados los informes de los conteos rápidos en las gubernaturas que se renuevan, hechas las proyecciones de las votaciones emitidas para los órganos colegiados con representaciones de mayoría relativa y de representación proporcional e iniciados los cómputos a cargo de los órganos electorales competentes, puede intentarse una lectura de los múltiples mensajes de las urnas y sus significados.
Hay trazos claros que no se modificarán, pero también elementos complejos que requerirán de mayor y más detallada información para buscar y asumir lo que la ciudadanía ha transmitido. Hago una primera lectura para agrupar categorías o temas que requieren mayor análisis, pero que conviene apartar y profundizar para confirmar o rectificar puntos de vista, propuestas y, en su caso, estrategias y tácticas:
- La estructura institucional. El Instituto Nacional Electoral y los organismos públicos electorales locales acreditaron competencia, capacidad y profesionalismo. No obstante la hostilidad a que fue sometido el primero por parte del Ejecutivo Federal y el dirigente formal del partido del gobierno, así como por otros de sus miembros, con el liderazgo de su presidente, Lorenzo Córdova Vianello, y el desempeño de quienes conforman el Consejo General, el órgano a cargo de la función estatal electoral cumplió bien y merece reconocimiento público y acrecentar la confianza ciudadana.
- Las y los funcionarios de casilla. La jornada comicial sería imposible sin el alto espíritu cívico y la colaboración de quienes -en cada rincón del país- se capacitan para instalar la casilla, recibir y atender a las y los electores, generar el clima de confianza, identidad compartida y solidaridad entre ciudadanas y ciudadanos para acudir a votar y hacer el escrutinio y cómputo de los sufragios. Es un ejercicio relevante de construcción de ciudadanía que fortalece la convicción democrática sobre las reglas de acceso al ejercicio de los cargos públicos. Nuestras vecinas y vecinos son un referente positivo que debemos elogiar y atesorar.
- La polarización política. La simplificación del complejo mosaico político nacional a la exclusión por contraste que ha promovido el Ejecutivo Federal, al afirmar que su propuesta sólo admite lealtades y no críticas y que no suscribirla es estar en contra de ella, tuvo como saldo la conformación de dos opciones para la ciudadanía: el partido oficial y su bloque, por un lado, o la coalición, partido o candidatura que pudiera derrotarlo, por el otro. Parece paradójico: la diversidad ante la necesidad de agruparse o ceder el espacio donde no hay posibilidad de obtener el resultado favorable, para constituir el contrapeso y el freno al hombre indispensable.
El escenario de los bloques arrojó que en la votación para la renovación de la Cámara de Diputados MRN-PVEM-PT obtuvieron 42.69 por ciento de la votación y PAN-PRI-PRD alcanzaron 39.72 por ciento. Muy próximos. Y MC recibió 6.96 por ciento de los sufragios. Una parte de la pluralidad, en caso de hacer causa común y lograr el momentum de la unidad de propósitos, sería contendiente en los comicios de 2024. Bueno, al menos en los números de la votación federal del domingo pasado. Falta liderazgo y prospectos, pero la necesidad provee.
La antigua estrategia del PRI en elecciones competidas bajo reglas posteriores a 1996, de dividir a las oposiciones y triunfar con votaciones menores al 40% ha sido no sólo soslayada por el gobierno federal, sino incluso contrariada por el discurso que impulsa a los adversarios a la unidad táctica dentro de la estrategia de lograr el contrapeso efectivo y aspirar a ser mayoría como conjunto.
- Derechos políticos y programas sociales. De las varias vertientes de la polarización política promovida por el mandatario ejecutivo federal, retomo la relativa al contraste emanado de que la persona privilegie el carácter de beneficiario de las transferencias directas de recursos, sobre el rol del ejercicio de los derechos de la ciudadanía. Habrá que ir al detalle, pero quizás dos elementos que ayudan a explicar la diferencia entre la intención del voto en algunas —varias— encuestas y el resultado de la votación de distintas elecciones por la titularidad del poder ejecutivo local, es la vinculación y movilización efectivas que el gobierno federal hizo de quienes reciben esos recursos presupuestales.
La condición económica vulnerable y su mitigación con el acceso a subsidios federales, obstaculizan la politización de los problemas que enfrentan las comunidades menos favorecidas del país, y aplazan la construcción de ciudadanía. El ejercicio de los derechos políticos queda sujeto a la dependencia de esos recursos. Sin mayor fortaleza ciudadana la democracia electoral encuentra pronto sus límites.
- Narrativa oficial y ciudadanía. No obstante el punto anterior y la convergencia de la narrativa presidencial con la propaganda del MRN y sus aliados para armonizar el mensaje por aire -radio y televisión- y a través de las redes sociales con la estrategia territorial ya aludida, así como el disperso o menos coincidente mensaje de las oposiciones y el bloque que conformaron, e incluso la ausencia de capacidad para transmitir un conjunto de propuestas atractivas para la ciudadanía, llevaron a que ésta dedujera, articulara e impulsara por sí misma el hilo conductor de la razón de optar por formaciones distintas a la oficial: la necesidad de erigir un contrapeso más efectivo al voluntarismo presidencial y al desafío del orden constitucional cuando le establece límites -para eso está- a su actuación.
La ciudadanía impulsó la narrativa que articuló la coalición Va por México y está en espera de un programa claro que la haga viable ante los espacios sociales que en verdad la generaron. La transfusión de vitalidad a estas formaciones partidarias ante la realidad del uso del dinero público para hacer base electoral del gobierno federal, no podrá continuar si no hay una propuesta articulada, viable, convincente y que entusiasme.
- La proclama y la percepción. Sujeto a que resistan el análisis, varias interpretaciones aprecian sólo lo que les beneficia o potencia y olvidan lo demás. Fueron muchas elecciones y hay varios cosmos —macro, medio y micro— que merecen una visión informada y aguda. Sin embargo, la ciudadanía que observa un gobierno comprometido con la clientela electoral, pero no con el desarrollo nacional y la superación de los niveles de bienestar, parece tener una percepción más clara: tablas y a otra partida. El gobierno federal y su movimiento retrocedieron en parte y también avanzaron en parte. Lo mismo ocurre para las oposiciones. La lucha política continúa, porque es permanente.

