Las campañas y el debate legislativo
Frente a la reflexión de otros momentos para no llevar la elección a los debates del Congreso, la convicción gubernamental imperante parece ser la contraria, si bien con un matiz relevante…
Frente a la reflexión de otros momentos para no llevar la elección a los debates del Congreso, la convicción gubernamental imperante parece ser la contraria, si bien con un matiz relevante…
Este es el escenario de la resonancia del Poder Judicial de la Federación para atender la función del control del Ejecutivo y de sus mayorías afines en las Cámaras -el freno-, a través del análisis y resolución sobre sus actuaciones con base en la Constitución…
Se sabe dónde están los votos y cada quien podrá delinear y establecer la estrategia para buscarlos e incluso inducir a que no se materialicen, pero los debates constituyen la más amplia oportunidad de llegar a la mayor audiencia posible…
Sin embargo, por muy lamentable que parezcan, la inteligencia, capacidad de prever y disposición gubernamental para actuar no mostraron la sintonía necesaria con el problema.
Y no lo escribo sólo en tono de ironía, sino con respecto a algo mayor en doble vertiente, cuando quien determina si la ley es la ley es el ámbito a cargo de resolver, precisamente, esa cuestión.
La subversión del principio de legalidad; los valores y propósitos inscritos en las leyes se rinden a la decisión del mandatario, quien en virtud del respaldo popular se coloca por encima del orden legal.
Al final, imperó la impunidad, pues no fue juzgado ni sujeto de pena. El asesinato del asesino no es la solución del Estado de Derecho, sino del ajuste de cuentas o el riesgo último para un presunto delincuente.
Simplemente no se concretó el compromiso hecho, cambió la oferta de la solución ofrecida a plazo próximo por la petición de mayor tiempo en el uso extraordinario de las Fuerzas Armadas y ahora se plantea que el obstáculo radica en no haber tenido adecuado sustento constitucional.
El mandato de la participación democrática en las casillas fue confundido con la consigna para los adversarios políticos de su falta de legitimidad para participar, para proponer y, sobre todo, para acordar.
Pocas cosas peores que la intolerancia que muestran el inquilino de Palacio Nacional y quien recibió la estafeta de proclamar la construcción del segundo piso en una edificación carente de cimientos.
La convocatoria para el 18F se erige en un triunfo táctico de las organizaciones convocantes, como lo fueron la marcha del 13N en defensa de las instituciones electorales ante la iniciativa presidencial para anular la autonomía e independencia del Instituto Nacional Electoral…
Destacan la conculcación de la representación de las minorías en las cámaras y la conformación del poder judicial y de las instituciones electorales bajo la lógica de la mayoría en el gobierno.
Hay, desde luego, una polarización inducida desde Palacio Nacional que galvaniza los extremos y pugna por la no politización y la desmovilización de la sociedad. Se acompaña de la retórica de la ausencia de resultados por la falta de tiempo para alcanzarlos y promete hacerlo en un nuevo período presidencial.
Dos líneas de tiempo: del naciente nacionalismo revolucionario a la hegemonía política, de ahí a la transición hacia la democracia electoral y el ejercicio democrático del poder y después a la polarización excluyente…
La mala percepción pública sobre la estrategia para recuperar la seguridad pública y su ausencia de resultados se acentúa con el tiempo; un saldo similar se desprende de las opiniones sobre el sistema público de salud…
Avanzar hacia ese objetivo es afirmar la integridad de los procesos electorales, entendido el concepto como el conjunto de los componentes necesarios para la organización, desarrollo y resolución de comicios acordes al principio democrático.
Textos constitucionales diseñados para una ciudadanía restringida por razones de instrucción o de patrimonio, que, con justo asiento en la igualdad esencial de las personas, conviven con procesos intermitentes…
La convicción, el énfasis y los compromisos de la pluralidad política para construir normas e instituciones garantes de la democracia electoral, no tuvo el mismo vigor para sus otras dos dimensiones.
El Estado constitucional es una idea política clara, pero compleja: en ella convergen los derechos y libertades de las personas, por ejemplo, la libertad de expresión, las más básica en materia política…
Con el reconocimiento político de la pluralidad y la transición a la democracia de las últimas décadas del siglo pasado, cobró relevancia la creación de organismos con autonomía constitucional para establecer nuevos contrapesos…