El viraje electoral en la Ciudad de México, el domingo 6 de junio, golpeó a una corriente con 24 años gobernando la gran metrópoli.

Es una sacudida impresionante. Expresa la fortaleza de la gente contra un gobierno caótico, antipopular y estafador.

El temor a la gente por parte del gobierno, los lleva a considerar que el descontento es producto de conjuras o “manipulación”. Nunca entienden las causas de fondo. Prefieren refugiarse en una torre de marfil. Aislados en Palacio, apenas se arriesgan a dar unos pasos fuera de él, cierran las calles, se protegen con decenas de guaruras y piensan que nos pueden engañar y no distinguimos a los fortachones con pelo cortado que los rodean. El Estado Mayor vestido de civil. Así salió a votar el presidente Andrés Manuel López Obrador.

Esas imágenes eran el preludio de la tormenta de votos que lo aplastó en la Ciudad de México.

Ese torrente no pudo generalizarse a nivel nacional. Aunque si logró vencer en las principales ciudades.

Según algunos, los resultados electorales del domingo 6 de junio son una victoria amarga del gobierno o una derrota agridulce de la oposición.

También se puede considerar como una rebelión inaugural de la gente en defensa de la libertad y contra la restauración de un presidencialismo autoritario.

Esa rebelión tiene antecedentes. Uno de ellos es la manifestación del Jueves de Corpus en San Cosme el 10 de junio de 1971.

Estamos en el momento que se cumplen 50 años de esa movilización libertaria, reprimida con salvajismo por el Estado a través del grupo paramilitar llamado “Halcones”. Es probable que el gobierno actual pretenda usurpar esa lucha, aparentando homenajear a algunos sobrevivientes y evitando condenar al Estado por ese crimen de lesa humanidad.

Nadie es albacea del movimiento del 10 de junio.

El legado de ese movimiento es la lucha por la libertad, su defensa es ejercer ese derecho.

Ante los innumerables casos de persecución, desapariciones forzadas e incluso ejecuciones contra feministas, ambientalistas, indios, trabajadores, acusaciones a los periodistas, a los críticos del gobierno y otros fenómenos de intolerancia y autoritarismo, cobran mucha vigencia los motivos de la manifestación del 10 de junio de 1971.

Para no permitir una manipulación perversa de esa gran lucha o cuando menos alertar a la gente de esa maniobra gubernamental, he actualizado el libro 10 de junio Ganamos la Calle y ahora se publica una edición para los 50 años de esa lucha, voy a transcribir algunos fragmentos de esa obra:

“A 50 años del Jueves de Corpus en San Cosme, donde el Estado mexicano perpetró una matanza de estudiantes, mediante el uso del grupo paramilitar Los Halcones, prevalece una visión en muchos activistas de entonces, reduciendo ese movimiento a un recuerdo doloroso por la muerte de 44 personas (comprobadas), en su mayoría estudiantes, con la frase Ni Perdón Ni olvido, algo justamente necesario; pero insuficiente para entender lo que significó esa lucha y cuáles son sus aportaciones para nuestro momento histórico y para no quedar paralizados como estatuas de sal.

“Es hora de superar es concepción nostálgica y reducida al lamento, para extraer las lecciones de esa lucha y trazar rutas hacia las tareas necesarias para hacer frente a los nuevos desafíos nacionales e internacionales, para continuar en la vía de realizar una profunda transformación social, económica, cultural, política y de todo tipo para actuar en contra de un capitalismo que nos conduce a la barbarie.

“En nuestros días, además, estamos viviendo una amenaza de extinción del planeta. El medio ambiente sufre en todos sus aspectos un riesgo de vida o muerte de miles de especies animales y seres vivos del mundo vegetal tanto en la superficie de la Tierra como bajo los inmensos océanos.

“También es momento de hacerle frente a un proceso de decadencia nacional, disfrazada de Cuarta Transformación, realmente una estafa para los anhelos de cambio de millones personas.

“La simulación del gobierno actual, pretende usurpar el legado del Movimiento del 10 de junio de 1971, mediante homenajes a los muertos y el otorgamiento de prebendas para algunos sobrevivientes, para evadir un verdadero compromiso contra la impunidad criminal del Estado, que es esencialmente el mismo hoy que hace 50 años…

“… LA REVOLUCIÓN MEXICANA HA MUERTO, VIVA LA REVOLUCIÓN SOCIALISTA.

“En esta leyenda de una manta elaborada en Economía hace 50 años, los chavos y las chavas recogieron lo esencial del contenido del movimiento del 10 de junio de 1971 y el debate previo a la manifestación.

“La discusión no era simplemente si se hacía la manifestación el 10 de junio o se suspendía; en realidad se trataba de los que de una manera u otra consideraban al gobierno de Echeverría como dispuesto a una apertura democrática y los que nos oponíamos a esa posición. Entre los que apoyaban a Luis Echeverría Álvarez como dispuesto a la Apertura Democrática estaban: Fernando Benítez (+), Carlos Fuentes (+), Víctor Flores Olea (+) y Enrique González Pedrero entre otros, su disyuntiva era Echeverría o el Fascismo.

“Incluso el Ingeniero Heberto Castillo apoyaba la Apertura Democrática y los chavos radicales le llamaban Heberturo.

“En el fondo era y sigue siendo el debate en torno a la Revolución Mexicana.

“Ese debate se daba entre chavos y chavas de l6 a 26 años. Una parte veníamos del movimiento del 68.

“…50 años después la lucha continúa.

“El socialismo y el comunismo sufrieron una gran derrota con la caída del Muro de Berlín y la desaparición del socialismo ‘realmente existente’.

“Esa catástrofe no se puede ignorar.

“Es necesario un debate, estudios y construcción de un camino diferente.

“Los ‘comunistas’ y ‘socialistas’ nostálgicos no están a la altura de los nuevos desafíos.

“Ahora se requiere una nueva ruta para continuar el viaje libertario a Ítaca.

“El Asalto al Cielo será posible con nuevos protagonistas, como el feminismo, el ambientalismo, la defensa de los derechos humanos, el apoyo a los migrantes, el rescate del movimiento estudiantil; la autonomía del movimiento de los trabajadores; la derrota del precarismo laboral y los desafíos de la pandemia del Covid 19 y sus secuelas.

“Los términos izquierda, comunismo, socialismo, social democracia, castrismo, maoísmo, chavismo y otros similares son un obstáculo para la lucha anticapitalista libertaria.

“…Históricamente el Movimiento del 10 de junio de 1971, retrasó 50 años el arribo del llamado gobierno de la Cuarta Transformación. Es decir, al exhibir la demagogia de Luis Echeverría Álvarez impedimos la subordinación del movimiento a la ideología dominante de la Revolución Mexicana. No fue suficiente, dado que renació primero con la candidatura de Cuauhtémoc Cárdenas en 1988, la disolución de los partidos y grupos socialistas y de manera impresionante con el fenómeno de Andrés Manuel López Obrador, su instrumento electoral Morena y su aplastante triunfo en julio de 2018…

“Estamos ante nuevos virajes y nuevos cambios. Solamente los gobernantes autoritarios les temen y los consideran producto de conjuras. La libertad es irrenunciable”.