El domingo 11 de julio de 2021 hubo movilizaciones contra la dictadura castrista en casi toda la Isla. Desde 1994 no ocurría algo semejante.

He visitado Cuba una docena de veces desde 1973. Nunca como invitado del gobierno cubano.

Mis primeras visitas estaban marcadas por la euforia que despertó la Revolución Cubana en mi generación. Era un admirador de Fidel y, paradójicamente, lo sigo siendo. Del Fidel del Moncada, del gran  abogado de sí mismo y de su histórica defensa La Historia me Absolverá.

Cuba fue un motor del sueño libertario en millones de jóvenes, no solamente en el continente sino a nivel mundial.

Es posible que las esperanzas en Cuba y en Fidel expliquen la admiración que aún le siguen teniendo al viejo Castro.

El castrismo no se usa peyorativamente como se usa el término estalinismo.

Castro consiguió, lo sigue haciendo después de muerto, convertir al imperialismo yanqui en el culpable de todas las precariedades materiales de la Isla y también de la justificación de las limitaciones a las libertades.

Sin duda el bloqueo y otras torpezas e incluso acciones criminales de los gobiernos y capitales gringos han dañado a Cuba, sobre todo a su pueblo. Paradójicamente le han servido a los Castro de coartada, para justificar sus errores en política, en la economía y en la imposición de un estado policiaco. Nada que ver, por cierto, con el socialismo genuino, hoy más vigente que nunca, para echar abajo un capitalismo voraz y criminal.

Hay estudios de muchos analistas, investigadores, reportajes, libros, páginas web, Blogs. En ellos se analiza, se debate y se aportan datos en torno a lo que ha ocurrido en Cuba.

Desde la última vez que estuve en Cuba, hace 5 años, han ocurrido muchas cosas en la Isla. Desde entonces pude apreciar el creciente descontento con el gobierno por la miseria, el hambre y la prostitución. Panorama que ahora se agudizó por la terrible precariedad del sistema de salud ante la Covid-19 y el conjunto de enfermedades. Los hospitales están saturados, los medicamentos escasean, los viejos, niños y toda la población viven angustiados y con inmenso temor a la muerte por causa del derrumbe del sistema de salud, que tanto presumía el régimen castrista.

El portal Gatopardo publica un reportaje de Abraham Jímenez Enoa, donde se dá cuenta que: “Hay montones de heridos, de detenidos, de desaparecidos, aun sin poder cuantificar. El estallido fue tan inesperado y tan masivo que los cubanos no sabemos cuántos participamos y cuántos de esos ahora nos faltan[…] Ante las movilizaciones el presidente Miguel Díaz-Canel con voz temblorosa por la TV estatal dijo: ‛Convocamos a todos los revolucionarios a salir a las calles a defender la Revolución en todos los lugares. No vamos a entregar la soberanía, ni la independencia de esta nación. Tienen que pasar por encima de nuestro cadáver si quieren tumbar la Revolución’”. El sucesor de los hermanos Castro, hacía con sus palabras un llamado a la violencia, a un enfrentamiento civil entre cubanos, entre los partidarios del régimen y sus contrarios. Y eso fue lo que sucedió en al menos 50 puntos de la isla.

Las primeras protestas sucedieron en San Antonio de los Baños, Artemisa y en Palma Soriano, en Santiago de Cuba. Dos zonas rurales del país, dos zonas pobres, donde los residentes llevan más de una semana con apagones diarios que pueden durar hasta doce horas en un solo día. Esa fue, quizás, la gota que colmó la copa, antes de extenderse al resto de las provincias… En las farmacias no hay medicinas, ni condones y pese a la producción de vacunas contra el coronavirus, el sistema de salud está colapsado por el incremento de casos que se están reportando, alrededor de siete mil por día. En los dos puntos donde todo comenzó y en los que se fueron sumando más adelante, la gente no pide más que “libertad”, “comida”, “medicamentos”. Le grita al castrismo: “váyanse y déjennos vivir”.

“En los videos que los manifestantes publicaron en las redes sociales, se veían calles atestadas de gente indignada, gritando: ‛ya no tenemos miedo, abajo la dictadura’. Cincuenta puntos a lo largo de la isla, uno lo dice y no lo cree. Han pasado sesenta y dos años desde que los Castro nos desconectaron del mundo y del resto de los latinos para convertirnos en una aldea de otra galaxia. Pero el internet nos devolvió a la Tierra y hoy nos tiene peleando con los dientes apretados por todo lo que hemos perdido. Me encanta decir que de tanto perder, de tanto que nos han quitado, o más bien robado, hasta sin miedo nos dejaron.

“Entonces, este domingo, como era de esperar, mandó a las calles como perros de presa a las fuerzas represivas. Y lo que se hubiera quedado en protestas pacíficas, se transformó en enfrentamientos populares. Patrullas volcadas, tiendas abatidas a pedradas, ciudadanos que comenzaron a defenderse de los golpes para seguir avanzando… Escenas cargadas de hartazgo: ancianos golpeando cazuelas con las manos, jóvenes mirando a los ojos a militares con armas de largo alcance, hombres lanzándo piedras a policías que respondían con fuego”.

En el mundo hay un condena a la política represiva del régimen dictatorial castrista, pero el presidente AMLO continúa repitiendo el viejo discurso hipócrita del priísmo “Consideramos que no debe haber bloqueo”. Evade el tema de fondo y recurre al viejo recurso de atribuir al bloqueo estúpido de más de 60 años, la causa de los problemas de la Isla. Es una coartada. Sin sustento en la realidad.

Esa coartada y la demagogia estan en crisis. Recuerdo aquí lo escrito por Jorge Masseti en 1999 en su libro El furor y el delirio: “En Cuba, el discurso oficial no cesa de reprobar las desigualdades. Sin embargo , todo el mundo sabe que eso no impide que existan privilegios”.

Cuba no puede ser eternamente una prisión para millones de personas, en nombre de un “socialismo” de barbarie. Un “modelo” que ha llevado a millones a huir de ese “paraíso” y a los que no lo han conseguido los mantiene en una sociedad que vive en el límite.

Los sueños de igualdad, de libertad y de construcción de una sociedad libre de explotación, de opresión fueron tirados a la basura por la dictadura castrista que ha causado un gran daño el movimiento socialista y comunista genuinos.

Es hora de poner fin a esa estafa y apoyar al pueblo cubano en su lucha contra la disctadura castrista, tan siniestra como la estalinista.