Hay otro contagio que recorre las calles de Acapulco y que, igual como el coronavirus, genera miedo y una sensación de indefensión. Es la violencia, el asesinato doloso.

Tanto solo en los primeros días transcurridos de agosto, a diario se han suscitado balaceras que a juicio de las autoridades policiacas han sido enfrentamientos, pero no deja de evidenciar la presencia de personas armadas buscando ultimar a otras.

En un principio hubo la versión de que se trata de ajustes de cuentas entre bandas que operan en el Valle de México y dado el periodo vacacional, el puerto es solamente el escenario de esos crímenes.

Pero los hechos dejan entrever que se trata de un asunto de carácter local y en todo caso es un ajuste de cuentas entre los grupos que se encuentran en disputa por el control de territorios, dado que el móvil operandi tiene las características de los sicarios del crimen organizado.

Salvador Rangel Mendoza, obispo de la Diócesis Chilpancingo-Chilapa, llegó a decir que, además de la pandemia por coronavirus, se tiene otra que es la inseguridad, y criticó la “tibieza” de las autoridades que “hacen alarde” de la Guardia Nacional, el Ejército y la Policía Estatal, pero que deberían diseñar una estrategia nacional para defender a la población en esta guerra de narcotraficante.

El 1 de agosto, en la isla La Roqueta se suscitó una balacera que causó pánico entre los turistas que se encontraban en el lugar, ahí fue asesinado el comandante de la Policía Urbana del municipio y un mesero resultó herido de bala.

Datos policiacos indican que los agresores arribaron a bordo de una moto acuática, a la isla, ubicada en la zona Tradicional y a la cual se llega en lancha, y dispararon contra Edgar Carillo, identificado como comandante, quien estaba en la playa con su familia.

Los otros hechos ocurridos ese mismo día fueron en la avenida Costera, frente a playa Dominguillo, en la calle Vallarta del Mercado Central, en el mercado Constituyentes; en la colonia Ciudad Renacimiento; y en la colonia Praderas de Costa Azul.

Sin embargo, al día siguiente Javier Rivas García, encargado de despacho de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP), informó que el asesinado el domingo en isla La Roqueta era un policía preventivo urbano –en un principio se dijo que era comandante– que tenía una incapacidad médica por lo cual tenía que haber estado en su casa y no ahondó en mayores detalles.

Datos policiacos indican que luego de asesinar al policía, los agresores huyeron a bordo de la moto acuática y los marinos colocaron un filtro de revisión en la avenida Costera. La moto presuntamente en la que huyeron, playa Manzanillo, fue asegurada por autoridades. Se supo que ya habían atentado en contra del policía.

En la madrugada del 4 de agosto, a una mujer y dos hombres fueron asesinados en un ataque a un bar que estaba clausurado, ubicado en la colonia 19 de noviembre, cerca del poblado de Llano Largo.

El 9 de agosto, la Fiscalía General del estado informó en un boletín de prensa que detuvo a Francisco Javier como probable responsable de homicidio calificado en agravio de dos hombres y una mujer en el bar Sambawa, en la carretera Cayaco-Puerto Marqués.

A las 2 de la tarde del 10 de agosto, ocurrió una balacera entre hombres armados en el área del Mágico Mundo Marino en Caletilla, cerca del puente que divide las playas Caleta y Caletilla, que dejó tres personas heridas a balazos.

La Policía del Estado, en coordinación con distintas corporaciones de seguridad, desplazó a un total 50 elementos de distintas corporaciones, unos se colocaron en la entrada del puente que divide las dos playas para impedir el paso para abordar embarcaciones que llevan a la isla La Roqueta o a un paseo en las lanchas de fondo de cristal, sólo se permitió la salida de quienes llegaban al muelle.

En una lancha de rescate marinos recorrían el mar y dos buzos estuvieron por lo menos media hora buceando buscando lo que al parecer arrojó uno de los detenidos, según contó un policía. Alrededor de las 3 de la tarde, policías sacaron a tres personas, dos hombres y una mujer, detenidos y con el rostro cubierto.

La Secretaría de Seguridad Pública estatal informó en un boletín de prensa que se registró “un intercambio de disparos entre civiles armados”, por lo que policías estatales en coordinación con la Secretaría de la Defensa Nacional, Secretaría de Marina y Guardia Nacional acudieron al lugar de la balacera.