Entrevista con Sergio García Ramírez, investigador y abogado

Hablar del doctor Sergio García Ramírez, es hablar de una voz pensante y de ununiversitario de cepa. Investigador emérito, miembro del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM, ex presidente de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, ex titular de la Procuraduría General de la República, entre otros cargos.

En esta ocasión platica con Siempre sobre los recientes ataques del gobierno a nuestra máxima casa de estudios y muestra su preocupación ante la posibilidad de que se trate de imponer un pensamiento único, Es el momento, advierte, de reivindicar el valor de la autonomía y a proteger la libertad de pensamiento, de investigación y de docencia.

 

El presidente se ha dedicado en los últimos días atacar a la UNAM, que si se derechizo, que si perdió su esencia, que si ha estado dominada por lo más retrógrada. Qué opina?

Son muy lamentables por falaces y son muy preocupantes si es que están insinuando una línea de gobierno que pudiera mellar a la universidad, así es que por una parte las deploro y por otro lado me preocupan lo que pudieran implicar y traer consigo.

Dije que eran falaces porque evidentemente quienes han formulado semejantes juicios no conoce suficientemente a la Universidad, no se ha enterado de qué es la Universidad y cómo funciona: un espacio de libertad de pensamiento, de gran trabajo intelectual en el cual se ha cultivado la ciencia y el arte, se ha contribuído significativamente a la investigación y ha servido a las grandes causas sociales del pueblo de México.

No me cabe duda y no debiera caber duda de que la Universidad está atenta a los requerimientos de nuestra sociedad y sirve al ideal que anunció en su tiempo Justo Sierra de estar pendiente de la solución de los grandes problemas nacionales, eso ha hecho la Universidad. Por ello es que mi extrañeza es muy grande al haber escuchado semejantes expresiones del jefe de Estado mexicano.

 

Usted lo ha señalado en algunos de sus textos, no es la primera vez que Amlo ataca a la universidad, ahí está la iniciativa de reforma que resultó fallida para suprimir la autonomía de las universidades públicas. ¿Cuál es la importancia de la autonomía universitaria y su defensa  en estos momentos difíciles?

La autonomía de la Universidad, de la comunidad universitaria, del pensamiento y quehacer universitario es una garantía para individuos y es una garantía para el pueblo de México.

Implica que se proteja escrupulosamente y rigurosamente la libertad de pensamiento, la libertad de investigación y de docencia. En la medida en que se agrede a la autonomía, se mellan estas libertades con las consecuencias que cabe suponer.

Ya en otras oportunidades hemos tenido como comunidad universitaria que salir al paso de ímpetus de este carácter y defender a la autonomía. En realidad ésta es una labor cotidiana, parece extraño que ahora se den nuevos ataques que ciertamente lesionan el principio de autonomía.

El Estado está obligado constitucionalmente a proteger a la universidad no a atacarla, sino a protegerla, a preservarla, mantenerla a salvo de presiones, de obstáculos que puedan desviar su marcha.

El Estado es el primer obligado a cuidar, respetar y garantizar la autonomía y por supuesto los miembros de la comunidad universitaria y la nación en general, debemos ser militantes de la autonomía. Quiero ser muy claro, no me refiero solo a la autonomía de la Universidad Autónoma de México —que es nuestra universidad señera, la que llamamos con razón universidad de la nación—, me refiero a la autonomía de todas las universidades públicas que se acogen al texto del artículo tercero constitucional, creadas por leyes que reconocen la autonomía, porque las tentaciones y las agresiones a una universidad, ponen en riesgo al conjunto de las universidades.

Hemos visto casos en que esto puede pasar y esté pasando y hay que estar en estado de alerta.

 

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¿Por qué le estorba a López Obrador la autonomía de la UNAM?, ¿qué es lo que busca?

Esa pregunta es más bien para quien le estorba la Universidad, habría que preguntárselo a quien ha hecho las declaraciones. No puedo contestar por él pero deploro que al presidente de la república le estorbe la libertad, la pluralidad, le estorbe el derecho que todos tenemos individualmente y como unidad a pensar con libertad, a investigar, a ejercer la docencia. Es muy inquietante que alguien sienta que eso es un estorbo para sus puntos de vista, para sus intereses y para sus propósitos.

Espero que eso se pueda rectficar, se pueda aclarar porque no me parece concebible que al presidente de la República le venga mal la autonomía de la Universidad cuando él mismo es un universitario y como presidente sería el primer llamado a proteger la Universidad Nacional, no arremeter contra ella, sino a defenderla, a custodiarla, a cuidarla. Es el deber primordial del jefe de Estado

 

Algunos señalan que estas críticas forman parte de un viejo debate entre Antonio Caso y Lombardo Toledano, otros,  particularmente algunos académicos, por cierto  en un desplegado, apuntan que sus  críticas se hacen desde el desconocimiento más burdo…

Ambas cosas son válidas. Esas críticas a la Universidad se han hecho desde el desconocimiento burdo de lo que es la Universidad, de cómo trabaja, de cuál ha sido su historia, de cuál es su proyecto como parte de la cultura nacional, como instrumento de la cultura nacional y desde luego viene muy invocar este debate, esta polémica que hubo en 1933 y a ella se han referido muchos analistas, muchos cronistas, yo mismo lo he hecho.

En 1933, hubo una situación muy difícil para la vida de la Universidad, una conferencia de universitarios en donde actuaron por una parte el gran maestro Antonio Caso y por otra parte, un joven profesor de aquel entonces, un hombre brillante sin duda, Vicente Lombardo Toledano y se enfrentaron dos corrientes, dos modos de ver lo que debía ocurrir en la Universidad.

Por una parte, la corriente liberal, la corriente humanista encarnada en la palabra del maestro Caso y por otra, una tendencia a implantar un pensamiento único: que la vida de la Universidad se disciplinara a una corriente de pensamiento que no permitiría la existencia y el trabajo de otras corrientes del pensamiento. Esto se dio en ese congreso, un enfrentamiento muy fuerte.

Al tiempo, la historia puso a cada quien en su lugar, la historia colocó al maestro Caso como una figura señera, no de corrientes liberales o neoliberales sino de corrientes de pensamiento libre que era lo que debia de permanecer en la Universidad y lo que ha prevalecido hasta este momento, por eso se está rescatando ese debate, ese famoso debate, en el que ya se dio un enfrentamiento entre esos dos ímpetus, esos dos modos de ver las cosas.

Estamos a 100 años prácticamente de ese congreso, parece que para quien está actualmente atacando, no ha pasado el tiempo, parece que quiere instalarse de nueva cuenta en un México de hace 100 años. Este tema está resuelto y además es consustancial a la vida universitaria, la libertad que en aquel entonces enarboló el maestro Caso y que hemos cultivado los universitarios después de esa confrontación sobre el modo de ver las cosas.

 

Usted ha hecho llamados a traves de varios foros, entre ellos en Siempre! para defender a la Universidad. Es el momento de reivindicar el valor de la autonomía, del quehacer científico, y crear corrientes de opinión en defensa de la UNAM y del resto de las universidades públicas…

Por supuesto que es el momento de que todos nos convoquemos, a nuestros colegas pero no solo a los universitarios, también a los conciudadanos porque la autonomía es una garantía para la sociedad en su conjunto, no apenas para quienes formamos parte de la comunidad universitaria. Vale la pena hacer una gran convocatoria como la que se ha producido implícitamente en estos días para que nos interesemos los ciudadanos mexicanos, conscientes de nuestra ciudadanía y de nuestro destino, para que nos unamos en una reflexión profunda acerca de la necesidad de llevar adelante las grandes causas de la Universidad.

Es obvio que hay cosas que revisar, en todas partes las hay, en todos los grupos humanos, en todas las instituciones, es evidente pero una cosa es revisar estructuras o reflexionar sobre planes de estudio, sobre actividades específicas y otra cosa es poner en juego o en jaque inclusive el fundamento de la libertad en el régimen universitario, esto último es gravísimo. Lo otro es parte de la vida cotidiana, hay que revisar, hay que modificar, hay que progresar pero sin quebrantar los cimientos de la universidad.

 

¡No al pensamiento único!..

Claro que no, en este país, en esta parte de la historia no podemos aceptar de ningún modo un pensamiento único, a eso se le llama tiranía, es un modo autoritario de conducir a una sociedad, imponer un pensamiento, imponer un punto de vista que es lo que está implícito en las expresiones que estamos cuestionando. No es aceptable que se pretenda imponer en la Universidad una línea ideológica de pensamiento, desechando las demás porque dejaría de ser la Universidad.

La Universidad por definición, es un espacio donde caben todas las corrientes de pensamiento. De ninguna manera podíamos aceptar la imposición de un pensamiento único, lo que sería propio de una tiranía. Espero que nuestro país no esté deslizándose en esa dirección.

 

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