La agenda del gobierno se observa complicada, tanto porque el país este inmerso en una crisis, y porque México, ha cambiado mucho y los reclamos sociales por la ingente desigualdad social se acrecientan. El país, se encuentra en un umbral decisorio, en el cual las decisiones que se tomen, proyectarán a México a incorporarse a un pleno desarrollo o bien se ampliara la abismal diferencia que tiene sumida en la pobreza a más de la mitad de la población y al país sin poder abandonar el subdesarrollo.

Las reformas propuestas por el presidente en materia de generación de energía eléctrica, en el fondo solo buscan por convicción personal, profundizar el distanciamiento de las políticas económicas neoliberales. El cambio o ajuste al modelo de desarrollo no implica ruptura abrupta o transformaciones violentas, debe ser secuenciado y sobre todo con una visión de conjunto, es urgente y prioritario definirlo, consensarlo y concretarlo. Esta reforma, tiene que emprenderse de manera racional acorde con el desarrollo mundial y el compromiso con la Agenda 2030 sobre el desarrollo sustentable, íntimamente relacionada con la reforma energética.

Por ello, la batalla debe darse en el seno del Congreso. El resultado de la reciente elección no dio al presidente y a su partido mayorías amplias para maniobrar autónomamente, arañan la mayoría simple, por lo que se deben generar alianzas parlamentarias para transitar reformas que requieren de mayorías calificadas.

También te puede interesar leer

La Procuración de Justicia a petición.

La definición de los líderes de los bloques parlamentarios, tendrá una trascendencia mayor que la de simplemente conocer quienes triunfaron en las contiendas internas de cada fuerza política. La batalla campal en el partido en el poder, está resultando más soterrada que lo esperado.

Por su parte, la alianza PRI; PAN y PRD, están en lo mismo, en este momento los combates son cuentos, y se avecina una batalla campal entre los partidos de la coalición. El PRI ha procesado sin divisionismo y confrontaciones internas esta definición, y su líder declara que no reciben presiones y que van a analizar con cuidado el Proyecto de reforma convocando a foros para tal efecto.

La resolución que tome el PRI, debe de sustentarse en políticos de tiempo completo, con perfil de oficio parlamentario e identificados como dialogantes y constructores de acuerdos; sólo si el resto de los bloques parlamentarios resultan liderados por militantes con experiencia legislativa y proclives a la construcción de acuerdos, será posible realizar los cambios que el País requiere, sin provocar un retroceso de veinte o treinta años. Hoy es el tiempo en el cual se necesita que los legisladores del PRI, actúen con visión de Estado, que superen sus mezquindades e intereses personales y de partido.