Estamos ante una tragedia que puede ser mayor próximamente.

El domingo 31 de octubre a las 6 de la tarde 14 migrantes sufrieron disparos de la Guardia Nacional con dos muertes reconocidas por el mismo presidente y también hay varias personas  heridas graves, aparentemente cubanas. Los muertos serían un cubano de nombre Cristóbal sin que se sepa el apellido y un africano de nombre desconocido.

El presidente ha reiterado vamos a seguir conteniendo a los migrantes. En este caso no miente, el número de migrantes retenidos se ha incrementado en 181.9 por ciento al pasar de 45,512 “eventos” –así les llama el Instituto Nacional de Migración INM— a 117,052 en comparación con el año pasado.

Estas cifras frías no dicen el drama humano de esas personas. Durante su estancia en México sufren todo tipo de vejaciones tanto por el INM, la Guardia Nacional como por los mismos pobladores por donde transitan o se ven obligados a permanecer, como lo es el caso extremo en Tapachula ciudad fronteriza al sur del país, allí había unas 80 mil personas a fines de septiembre.

Etas personas viven a la intemperie, la inmensa mayoría, sin ingresos, deambulan por las calles, muchas con sus hijos en brazos o en el vientre de sus jóvenes madres, no tienen ninguna atención médica y a veces sufren agresiones de ciertos habitantes con claras connotaciones racistas y clasistas.

Según el INM de enero a agosto de 2021 hubo 147 mil 33 personas migrantes. Las cifras oficiales no registran a los miles de personas que se encuentran casi clandestinamente viviendo en moradas de todo tipo, incluso en cuevas.

Toda la política de “retención” de migrantes del gobierno de AMLO obedece a las instrucciones del gobierno de los Estados Unidos que impuso Donald Trump y asumió sin chistar el gobierno de la llamada 4 T. Esa política la ha continuado Joe Biden. No sabemos que tanto les debe el presidente a los gobernantes estadounidenses para llegar al punto de usar toda la fuerza armada del Estado para detener a los migrantes.

Los migrantes que consiguen ser ubicados en los Centros del INM, así les llaman a verdaderos campos de concentración; son sometidos a maltratos impresionantes: no les permiten tomar agua más de una o dos veces durante 24 horas; sus alimentos están descompuestos y se los sirven en bandejas sucias; no les permiten asearse; duermen en camastros o de plano en el piso; recientemente el INM está trasladándoles lejos de sus familiares o redes de apoyo.

La hostilidad mayor es contra los haitianos. En el consulado de México en Haití se niegan a tramitar asilo para los que lo solicitan, incluyendo a niños que quedaron separados de sus padres en suelo haitiano y buscan la reunificación familiar. El consulado simplemente está cerrado y no da ninguna cita por ningún medio ni presencial, ni telefónico ni por internet.

Es claramente una actitud racista, en consulados de otras partes del mundo si reciben las solicitudes.

La Comisión Mexicana de Apoyo a Refugiados tiene muy escasos recursos y no tiene capacidad para atender a los miles de migrantes que se hacinan ante sus oficinas, pueden durar días sin que los reciban.

El fenómeno de la migración es un problema generalizado a nivel mundial.

Según las cifras de las Naciones Unidas:

El número de migrantes internacionales a nivel global ascendió en la actualidad a 272 millones, un registro que indica un incremento de 51 millones de personas desde el año 2010.

Pese a que el número de migrantes internacionales en todo el mundo representan una proporción bastante pequeña respecto a la población total, esta ha aumentado del 2,8% en 2000 al 3,5% en 2019, lo que significa que en los últimos años el número de migrantes internacionales ha crecido más rápidamente que la población mundial.

La migración no se puede detener. Los seres humanos somos migrantes por naturaleza, lo mismo los animales y en cierta medida el mundo vegetal.

Toda política contra la migración es absurda y criminal.

El gobierno mexicano actúa contra la realidad y lo hace de manera crecientemente violenta.

Estamos a punto de que ocurra una tragedia de lesa humanidad.

Además de la política antinmigrante del gobierno, el presidente Andrés Manuel López Obrador, se ha quitado la máscara de redentor y ha dicho sin tapujos que los derechos humanos, el feminismo, el ecologismo, la protección de los animales fueron diseñados para su beneficio por el neoliberalismo al impulsar los llamados nuevos derechos.

Lo hacen para poder saquear a sus anchas y por ello alentaron esos movimientos.

Esa declaración pone de manifiesto el carácter totalitario de presidente y no es solamente un asunto de delirio mental, sino que es la verdadera visión del presidente.

AMLO es un hombre muy reaccionario.

No estamos únicamente ante un hombre desquiciado, se trata de afrontar que tenemos un gobierno convencido de que todos los males son producto de conjuras neoliberales.

Sus opiniones tienen muchos adeptos. No sirve engañarse creyendo que son solamente sus más fanáticos seguidores los que lo apoyan. Hay una base social, cultural e ideológica que comparte sus posiciones totalitarias. Una buena parte de sus seguidores, sus aliados, sus miembros del gabinete, sus gobernadores, sus senadores, sus diputados, sus jefes de MORENA, del PT y sus intelectuales orgánicos son castristas, stalinistas, maoistas y demás corrientes que dañaron profundamente a los movimientos socialistas y comunistas con sus dictaduras y lo siguen haciendo en Cuba, Venezuela, Nicaragua, Corea del Norte y varios países africanos y asiáticos.

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Esa supuesta izquierda totalitaria es en realidad profundamente reaccionaria.

La realidad es que ante la inmensa crisis de la democracia y del modelo neo liberal y del capitalismo en general, las sociedades han dado un viraje a favor de los líderes mesiánicos, los partidos enemigos de la democracia tanto los abiertamente derechistas y fascistas o los que podríamos denominar como fascismo rojo.

El anticomunismo se beneficia con esos “modelos” o “líderes”, su demagogia ahuyenta a los más oprimidos de la lucha verdaderamente radical y los hace ilusionarse en soluciones mágicas que podrán realizar esos líderes providenciales.

No es casual que AMLO   se ampare cada día más en la religión y ceda espacios a las facciones más fanáticas de las iglesias protestantes.

Tampoco es accidental su apoyo a los militares.

Toda esa visión maniquea del mundo, de la cultura, de la ciencia, de la historia, de la identidad nacional, está impulsando un modelo intolerante de vida cotidiana que comienza con las agresiones verbales, que desde la presidencia acusa a sus adversarios de enemigos de la patria y demás sandeces.

La realidad es que a tres años del gobierno de la llamada 4T los más agredidos por su gobierno son los sectores más oprimidos, los campesinos, los indios , las mujeres, los estudiantes, los críticos de su demagogia de fascismo rojo y los que él llama los pobres, puesto que aumentó el número de desempleados, creció la pobreza , no hay políticas de crecimiento, el gobierno se niega a realizar una reforma fiscal progresiva y sigue empeñado en dilapidar los recursos nacionales en sus proyectos anacrónicos y faraónicos.

Nunca será imposible derrotar a la demagogia totalitaria, si se unen todas las fuerzas partidarias de la libertad y el cambio profundo con sectores de las capas medias e incluso de algunos capitales, en un frente común.

Es hora de actuar antes que sea muy tarde.