Nuevamente en Chile se vivirá un experimento singular del rumbo del cambio social, político, cultural, económico, ambiental, étnico y la defensa de las opciones de vida de todas las personas sin importar el género.

Ante cualquier cosa tiende a usarse la grandilocuencia, lo cual disminuye esas frases hechas, sin embargo, considero no haber incurrido en ese error, cuando escribí mi primera reacción el domingo 19 por la tarde, puse en mi Twitter:

Triunfo histórico de Gabriel Boric de 35 años, con casi 12 por ciento de ventaja. Chile vuelve a ser vanguardia. Una gran experiencia de lucha extraparlamentaria e institucional. Aprendamos de Chile.

Gabriel Boric se formó en el movimiento estudiantil. Participó en la lucha de Los Pingüinos en 2006, luego en la defensa de la educación gratuita en 2012, venció a Camila Vallejo de las Juventudes Comunistas en la elección de la Federación de Estudiantes de Chile FECH y también estuvo en las movilizaciones y barricadas de la rebelión de 2019 que consiguió la convocatoria a un referéndum contra la Constitución de Pinochet y luego ganó las elecciones para el Constituyente.

Se trata de una experiencia insólita de lucha extraparlamentaria y su combinación con la lucha dentro de las instituciones del Estado.

También es la combinación del movimiento con las estructuras organizativas permanentes como la FECH que tiene un poco más de un siglo.

Sería la envidia de los estudiantes del movimiento de Trento, Italia, que proponían: darle espontaneidad a la organización y organización a la espontaneidad.

Por ese estilo movimientista y extraparlamentario, las burocracias partidistas se asustan con Gabriel Boric.

Su gran destreza le permite estar en las calles y también en las alianzas con partidos,

Apenas en noviembre en las elecciones primarias derrotó al candidato del PC chileno, Daniel Jadue quien obtuvo el 39,59 por ciento ante el 60,43 por ciento de Boric en la coalición Apruebo Dignidad.

Sin ningún esquematismo o sectarismo condujo su candidatura con el Frente Amplio aliado al PC chileno, partido histórico de gran influencia en el movimiento obrero, sigue siendo la corriente mayoritaria en la Central Única de Trabajadores CUTCh.

En su discurso ante cientos de miles de chilenos Boric refrendó su compromiso en defensa de los derechos humanos en cualquier parte, como lo ha dicho en otros momentos es inadmisible tener dos caras y no rechazar la persecución de las libertades en Cuba, Nicaragua y Venezuela. Esa postura es precisamente la que le genera tensiones con el PC chileno.

Para mi gusto esas características: movimientista, activista extraparlamentario y defensor de la libertad y los derechos humanos, junto a otros elementos, le confieren a Gabriel Boric a su gran coalición, donde él destacó a los independientes, una cualidad diferente al de las izquierdas castristas o “campistas (por seguir estacionadas en la lucha entre los dos campos: capitalista y socialista).

Una victoria movimientista, extra parlamentaria y de Frente Amplio genera grandes expectativas de una fuerza nueva, para algunos una Izquierda Nueva o simplemente una reconstrucción de una corriente histórica que deje atrás el dogmatismo y las perversiones de la lucha por posiciones en el aparato del Estado.

Además de lo anterior la Coalición triunfante en Chile tiene un líder que “no quiere hablar consigo mismo, que prefiere escuchar a hablar” para lo cual defiende el diálogo con todos y todas las chilenas, incluyendo a sus adversarios.

El discurso de Boric es abiertamente feminista. Agradeció de manera subrayada el papel de las mujeres en la lucha histórica de Chile y afirmó que sin el desarrollo de los derechos que han conseguido y los que quedan pendientes, no podrán lograrse los cambios para construir un país sin las inmensas desigualdades que padece Chile.

Boric ha sido muy vigoroso en la defensa de la lucha contra la desigualdad. Ha propuesto un piso parejo para todos y todas las chilenas. Se ha comprometido a quitar los turbios manejos de las “AFP” (las afores de pensiones)

La inmensa simpatía de Boric consiguió sumar a la DC, Democracia Cristiana en la segunda vuelta y también a los socialistas, logrando una cuestión paradójica: poner fin a 30 años de predominio del bloque centro izquierda de la Concertación del PS, y la DC atrayendo los votos de sus electores.

Habilidad para tejer acuerdos, alianzas y construir un programa viable de cambios sin una retórica populista o demagógica. Todo ello con una fórmula: realizar la política de cara a la gente sin “pactos” oscuros y sin palabrería hueca para manipular a millones por medio de las mentiras y los “otros datos”.

Por supuesto que Boric ha despertado el interés de los demagogos de Venezuela; Cuba; Perú, Argentina y México quienes trataran de seducirlo y confinarlo en el “progresismo” y el “izquierdismo” castrista.

También ha levantado una ola anticomunista de las derechas proto fascistas.

Navegar en medio de esas turbulencias es el desafío del fascinante proceso que vive Chile.

Boric tiene claro que su movimiento no es el principio, sino que ocupa en lugar en el proceso histórico, pero ello no lo reduce a presentarse como una réplica de Salvador Allende.

Para la gerontocracia es un grave defecto la juventud de Boric. Es precisamente lo contrario; su juventud es una extraordinaria virtud para imaginar caminos nuevos, no repetir rutas fracasadas y poner en la mira los nuevos problemas y por ende las nuevas soluciones, sin estar anclado en la nostalgia.

Tenemos mucho que aprender de Chile.

La segunda vuelta es una gran riqueza del régimen político electoral chileno.

Boric insistió mucho en la organización de la gente más allá de los partidos. Las asambleas en los barrios, en las fábricas, en las comunas agrícolas, en las escuelas y las universidades son la base un proceso democrático que no se reduce a la participación en las urnas, eso lo dijo muy claro Gabriel Boric.

En nuestro caso es hora de echar abajo el régimen de la partidocracia y abrir la participación electoral a todos los que quieran, para ello se requiere eliminar el actual sistema de registros. Basta que se reúnan los integrantes de una corriente, grupo, movimiento e incluso un partido pequeño para que mediante un programa se presenten ante los electores y sean ellos y solamente ellos los que decidan su permanencia y su presencia en las Cámaras del Congreso de la Unión y en las de los Estados.

No más registros para partidos negocios.

La irritación contra el dispendio inmenso de recursos mediante las prebendas electorales, puede canalizarse como lo han hecho en Chile a través del Constituyente, o a través de organizaciones autónomas aquí en México; es decir hay que ir más lejos de la democracia partidista.

Para evitar la manipulación de las franquicias electorales se requiere la representación proporcional directa. Es decir, tantos votos dan tantos representantes sin que ello se convierta en un bazar donde se otorgan diputados plurinominales según las reglas del bazar de compra de votos.

Es hora de pensar una reforma radical del sistema político mexicano

Aprendamos de Chile.