La reciente encuesta del periódico Reforma respecto a los posibles candidatos para la sucesión presidencial es reveladora sobre las opiniones políticas de los mexicanos. Por ahora, no voy a cuestionar si este sondeo es bien intencionado o no, sino lo que refleja.

El resultado de la encuesta es digno de reflexiones al colocar a Marcelo Ebrard con 31 puntos porcentuales, a Claudia Sheinbaum con 30 y a Luis Donaldo Colosio Riojas con 27. Dicho de otra manera, en un empate técnico, dadas las posibilidades de error que son contempladas por los profesionales de la estadística.

Cabe destacar que la encuesta sitúa a Colosio Riojas por arriba de otros aspirantes como Ricardo Monreal y Ricardo Anaya que han estado en actividades de promoción política desde hace mucho tiempo. También es importante tener en cuenta que el partido de Colosio Riojas, el MC, solamente cuenta con un 5 por ciento de aprobación respecto a los demás partidos en la misma encuesta de Reforma.

Lo primero que se desprende de la encuesta es que los partidos políticos y las preferencias ciudadanas tienen una complejidad mayor que la tradicional. En el caso mexicano, hay muchas variables a las cuales se deberá dar un seguimiento puntual en la medida de lo posible. En este caso, que puede servir de ejemplo, un partido con poca presencia nacional tiene un militante fuertemente competitivo en las preferencias de los mexicanos para el próximo sexenio.

Que el presidente municipal de Monterrey tenga una presencia apreciable en el ánimo electoral es bueno para el país, en lo que respecta a la pluralidad y la libertad que son dos esencias de la democracia. Así, la próxima jornada electoral sería mas atractiva porque tendría a un protagonista que puede competir en lo referente a la moralidad y transparencia que mucho aprecia la República.

La presencia de Colosio Riojas obligaría a otros protagonistas a ser precisamente más competitivos en el plano de la moralidad porque, sin duda, el personaje en cuestión tiene esa prenda, afortunadamente, muy preciada para los mexicanos.

Si el hijo del excandidato del PRI puede ganar una elección, o si sencillamente quiere o no participar en la competencia, son otros asuntos. Lo que importa es entender el por qué de su aceptación en el imaginario mexicano.

Alguien por ahí ha dicho que la mejor herencia para un político es un buen apellido, aunque para citar a otro cuentista norteamericano, a veces no es conveniente sacudir los árboles genealógicos.

En este caso, el apellido Colosio es atractivo y se relaciona con la idea de promover las transformaciones que el país ha necesitado y con la vocación democrática condensada en las reformas que Colosio Murrieta construía para el Partido Revolucionario Institucional.

En segundo término, aparece otro ingrediente positivo. Los mexicanos están en una búsqueda de nuevos valores y esa búsqueda enriquece a la democracia mexicana. El caso del presidente Andrés Manuel López Obrador, es un ejemplo de las nuevas aspiraciones de la ciudadanía: sobre todo de poner fin a los esquemas viciados de la aspiración política.

Colosio Riojas puede ir en ascenso o no. Lo importante es que los mexicanos tenemos una memoria histórica y que los grandes valores, como los tuvo el candidato asesinado, no pasan desapercibidos. La memoria colectiva existe.

@Bonifaz49

 

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